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Rita Barberá, firme candidata a un sexto mandato en Valencia ante un rival casi desconocido

  • Tras 20 años en el cargo, la alcaldesa de Valencia es clara favorita el 22-M
  • El PSOE se presenta con un candidato casi desconocido: Joan Calabuig
  • Los grandes proyectos urbanísticos siguen marcando el debate político

Ver tambiénVer también: Perfiles de Rita Barberá y Joan Calabuig

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El nombre de la alcaldesa de Valencia los últimos 20 años estará a buen seguro en la mente de los socialistas valencianos el próximo 22 de mayo, aunque algunos lo hagan mirando al almanaque: santa Rita, patrona de los imposibles.

Y es que casi nadie pone en duda que la Barberá resultará elegida por sexta vez teniendo en cuenta la aplastante mayoría que ha obtenido el PP en los anteriores comicios y la poca popularidad de su sexto rival socialista, en esta ocasión el diputado en las Cortes Generales Joan Calabuig.

En las municipales del 2005, frente a una candidata mucho más conocida, la exministra Carmen Alborch, Barberá ganó con 23 puntos de diferencia (casi 100.000 votos). En las europeas del 2009, la última cita electoral que tuvo lugar en pleno escándalo por el caso Gürtel, la ventaja se quedó en 19 puntos.

En todo caso, fue solo unos días antes de que se conociera que uno de los presuntos responsables de esa trama de corrupción vinculada con el PP de la Comunidad Valenciana declarara que regaló bolsos de lujo a la alcaldesa.

Ella no lo negó expresamente (“todos los políticos reciben regalos”, se limitó a decir). Pero ha defendido con vehemencia la honradez de sus compañeros imputados, hasta el punto de convertirse en la principal defensora del presidente Francisco Camps, que se inició en política a su lado, cuando Barberá tomó el bastón de mando en 1991.

Grandes ideas y una estancada

Dos décadas después, es la decana en la alcaldía de las grandes ciudades españolas tras cambiar la imagen de la capital del Turia con una serie de grandes proyectos que han sido bandera de su política (hasta el punto de que el primer teniente de alcalde dirige la concejalía de Economía, Grandes Proyectos y Turismo). El principal: la construcción de un nuevo puerto deportivo para la celebración de la Copa América de vela en 2007 y de una carrera de Fórmula 1 desde el año siguiente.

Estos proyectos fueron criticados por su alto coste en una ciudad con una deuda solo superada por Madrid. No obstante, tras los últimos recortes, el Ayuntamiento dice que cumple con el límite marcado para los municipios.

El otro gran proyecto urbanístico de Barberá es la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar, un plan que ha sido paralizado por el Gobierno central y la justicia para preservar el patrimonio cultural del barrio afectado, el Cabanyal. La alcaldesa defiende que las nuevas viviendas rehabilitarán esta zona degradada.

El conflicto de competencias surgido entre el Ministerio de Cultura, que ha declarado expolio y ha ordenado la paralización de las obras en el barrio marítimo del Cabanyal y las instituciones valencianas, que siguen adelante con su plan de reforma, podría acabar en los tribunales. El proyecto que lleva en litigios once años, incluye el derribo de 450 edificios para ampliar una avenida que conecte el centro de Valencia con el mar. Informe Semanal ha recorrido las calles de este histórico barrio, singular por sus casas modernistas, pero que ha ido sufriendo un progresivo deterioro, convirtiendo algunas de sus calles en focos de marginalidad y dogas. El proyecto divide a los vecinos: mientras unos consideran la avenida una solución para el barrio, otros encuadrados en la Plataforma ¿Salvem el Cabanyal¿ llevan más de una década intentando evitar los derribos y pidiendo la rehabilitación de la zona. (23/01/10).

Otras obras, las de un aparcamiento, han causado la imputación del concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, por presunta prevaricación. Ajena a polémicas, Barberá también ha reafirmado su confianza en el edil y lo ha aupado en su lista electoral hasta el tercer puesto.

Tres candidatos progresistas

Enfrente, los socialistas se presentan con un mensaje de limpieza y transparencia con un candidato prácticamente desconocido, un experto político (ha tenido desde muy joven cargos en todos los niveles de la Administración) pero que apenas ha tenido responsabilidades de gestión.

Joan Calabuig se presenta tras ganar en enero unas primarias que apenas despertaron el interés del partido: ganó con el 61% pero solo 331 votos ya que el 70% de la militancia se abstuvo. Pero ni siquiera los dirigentes parecieron ilusionados, ya que unos días después Calabuig insinuó su retirada porque no sentía el respaldo suficiente de la cúpula regional.

De las otras 22 listas que concurren a las urnas, las dos que más opciones tienen son los otros dos grupos con representación en el Parlamento autonómico: Compromís e EUPV (Izquierda Unida).

En el primer caso, los federalistas aspiran a entrar en el Consell Municipal por primera vez con Joan Ribó, un excomunista más conocido que el propio candidato de Esquerra Unida, Amadeu Sanchís.

Estos últimos, esperan volver tras perder la representación hace cuatro años, cuando incluso la poco proporcional ley d'Hont les debía haber atribuido un concejal que finalmente no les correspondió al no alcanzar por un puñado de votos el umbral mínimo del 5%.

Así que a la noche del 22 de mayo quizá haya otros que también piensen en la patrona del día, por aquello de “santa Rita, Rita, lo que se da no se quita”.