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Víctimas de la tradición

  • Informe Semanal nos acerca a la realidad de los matrimonios forzosos
  • Cataluña es pionera en España en la lucha contra este tipo de casos
  • Noruega o Reino Unido llevan décadas intentando luchar contra esta situación

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Informe Semanal - Matrimonios forzados

En nuestro país no es delito obligar a una persona a casarse, lo mismo que en la mayoría de Estados. Pero es un fenómeno que viola los derechos humanos. Es una costumbre que persiste, en unos 100 países, sobre todo en zonas rurales y entre familias con escasa formación.

El reportaje de Informe Semanal pretende exponer la realidad de esas mujeres que además de ser obligadas a contraer matrimonio con quien no quieren, ven vulnerados sus derechos y, en algunos casos, tienen que soportar los malos tratos de sus maridos.

La historia de Yasmin

Oponerse a un matrimonio forzoso y escapar de él, suele suponer la ruptura con todo el entorno. Es lo que le ha pasado a Yasmin. Fue víctima de un matrimonio forzado en Pakistán. A los 16 años sus padres la obligaron a casarse con alguien que no conocía. Intentó huir para evitar esa boda pero su familia la encontró. Ahora, a los 32 años, se siente fuerte y ha decidido denunciar a su marido por malos tratos. Aunque tiene miedo, es de las pocas mujeres que se ha atrevido a sacar a la luz su historia, una historia de soledad y silencio.

Vive en Barcelona, tiene dos hijos y cuenta con el apoyo de los servicios sociales, de los mossos d'esquadra y de la Asociación de Mujeres Pakistanies de Barcelona, donde le han dado fuerzas para denunciar y presentar la demanda de divorcio.

El grupo de Atención a las Victimas de los mossos d'esquadra sigue el caso de Yasmin y el de otras mujeres que, como ella, necesitan ayuda. Tienen un protocolo pionero en España para actuar cuando detectan casos de este tipo: cuando hay un riesgo evidente informan de inmediato al juzgado de instrucción y a la fiscalía. Si hace falta se toman medidas cautelares. Dedican mucho tiempo y esfuerzo a la labor preventiva y hacen labores de proximidad. Funcionan así desde el año 2009. Han intervenido en 44 casos de matrimonios forzados.

Cataluña, pionera en la lucha contra los matrimonios forzados

Cataluña es la única comunidad autónoma que dispone de algún dato oficial. Eso quiere decir que falta mucho por hacer. La administración debe tomar consciencia del problema y las víctimas deben ser valientes y denunciar que han sido obligadas a contraer matrimonio.

Según los expertos, los casos que salen a la luz son sólo la punta del iceberg. Representan el 5% de la dimensión real del problema, que se produce en el seno de colectivos de distintas religiones y nacionalidades. De las 15 víctimas detectadas el año pasado, siete eran menores (la edad de riesgo es de los 14 a los 21). La mayoría de denuncias que llegan a la policía son de las propias mujeres. En el resto de casos, quienes alertan a los Mossos son los profesores, profesionales de la salud, amigas de las víctimas, vecinos o entidades sociales a las que estas han acudido en busca de ayuda.

El problema principal es que una chica de 16 o 17 años se atreva a denunciar a sus propios padres. Trabajar con los colegios para llegar a concienciar a las segundas generaciones es básico. Pero además de a los jóvenes, se debe sensibilizar también a padres, madres y abuelos. Las asociaciones que luchan por los derechos de los inmigrantes y de las mujeres juegan un papel fundamental. A veces para que la mujer sea libre y pueda decidir hace falta enfrentarse a tradiciones milenarias. Un trabajo muy difícil sin la ayuda de mediadores culturales.