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El síndrome de las piernas inquietas, cuando tus piernas no te dejan dormir

  • Se trata de una enfermedad crónica de tipo neurológico que afecta al sueño
  • En España entre un 5% y un 9% de la población sufre este problema

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Un 13% de la población no descansa lo suficiente
Un 13% de la población no descansa lo suficiente.

Principales síntomas:

- Necesidad de mover las piernas. Para aliviar esta sensación, el paciente estira o dobla las piernas, se frota, se sacude, da vueltas en la cama o se levanta y camina.

- Sensación de malestar cuando se está acostado, especialmente por la noche cuando se intenta dormir.

- Tendencia a experimentar más molestias a última hora del día.

Sensaciones que experimentan:

- Como si algo se estuviese deslizando sobre sus piernas

- Como si un insecto caminara sobre sus piernas

- Hormigueo

- Sensaciones distérmicas (frío, quemazón..)

- Tirantez

- Dolor

Escalofríos, picores, hormigueo, tirantez, dolor o golpeteo de piernas son algunas de las sensaciones que experimentan los afectados por el llamado síndrome de las piernas inquietas (SPI), una enfermedad que, aunque cada vez es más común, todavía sigue siendo una gran desconocida para la sociedad.

Se trata de una enfermedad crónica, un trastorno de tipo neurológico que afecta considerablemente a la calidad del sueño y por consiguiente a la calidad de vida.

"Los afectados tienen una necesidad irresistible de mover las extremidades cuando éstas están en reposo", explica a RTVE.es el doctor Francisco Vivancos, neurólogo del Hospital La Paz de Madrid.

Aunque generalmente este síndrome suele afectar a las piernas, "los síntomas también pueden extenderse a otras partes del cuerpo como los brazos o incluso la cabeza", apunta el doctor.

"Existen dos tipos de síndromes, los llamados primarios, es decir, los que no tienen ninguna causa concreta, y los llamados secundarios, que sí que tienen una causa concreta como puede ser una anemia, artritis, insuficiencia renal, un embarazo... ", explica el doctor Vivancos. "La mayor parte de ellos son primarios, bien esporádicos o bien familiares", apunta.

Carga hereditaria y genética

Las causas del síndrome de las piernas inquietas son aún desconocidas aunque parece claro que existe una gran carga tanto hereditaria como genética. Y es que, hasta el 70% de los casos están precedidos por la afectación de algún familiar.

El 70% de los casos están precedidos por la afectación de algún familiar

Lo que no está tan claro son los elementos genéticos que conducen a este trastorno. Como explica el doctor Francisco Vivancos hay algunos cromosomas, como el cromosoma 2, que se ha visto alterado en familias con este síndrome, "aunque los elementos genéticos en este campo siguen siendo todavía bastante desconocidos", matiza el neurólogo.

Suele afectar a 1,5 mujeres por cada hombre

Esta enfermedad no tiene un perfil claro en cuanto al rango de edad de los pacientes ya que puede manifestarse a cualquier edad, incluso en niños. Además, tiene muchas posibilidades de que aumente progresivamente con el paso de los años. "Pueden aparecer más casos nuevos con el incremento de la edad", apunta el doctor Vivancos. "En cuanto a sexos suele afectar a 1,5 mujeres por cada hombre".

El tratamiento a seguir depende del grado de la enfermedad, si se conoce la causa, como puede ser una anemia, el tratamiento sería corregir esa anemia. En cuanto a los casos en los que se desconocen las causas, la mayoría de los afectados no recibe tratamiento.

"Menos de un 25% de estos pacientes requieren un tratamiento farmacológico, pero cuando los síntomas son muy graves y lo requieren, disponemos de los llamados fármacos agonistas que -en dosis muy bajas para reducir los efectos secundarios- han mostrado su eficacia", puntualiza.

Población afectada

Según la Asociación Española del Síndrome de las Piernas Inquietas (AESPI), entre un 10% y un 15% de la población española sufre esta enfermedad, aunque solo un 3% de los enfermos se consideran de grado severo.

En opinión del doctor Vivancos, el dato sería menor. " Yo creo que a veces se inflan los datos con intereses no bien explicados. Desde mi punto de vista, la prevalencia no es tanta como se dice y lo que nos llega realmente a las consultas es mucho menor de lo que dicen las estadísticas", señala el doctor.

"Yo diría que en España entre un 5% y un 9% de la población podría tener síntomas de esta enfermedad y de ellos, solo un 25% requeriría un tratamiento, explica.

"Por ejemplo en países del norte de Europa la prevalencia de esta enfermedad es más alta, hay hasta un 15% en países con Alemania o Inglaterra", apunta Francisco Vivancos.

¿Cómo detectarlo?

La detección precoz tiene una gran importancia en esta enfermedad ya que debido a sus síntomas, tiene un gran impacto sobre el sueño y la calidad de vida del paciente.

Se trata de un síndrome difícil de detectar ya que puede confundirse con otras dolencias más comunes como el insomnio o simplemente el nerviosismo. Por ello, es muy común ver pacientes que llevan sufriendo los síntomas desde hace muchos años noche tras noche, y es que de hecho, la ignorancia puede ser el mayor enemigo de este problema.

Una buena exploración, hacer una analítica general, pruebas reumatológicas o hacer un análisis bioquímico general, son algunas de las pruebas que realizan los médicos ante un posible paciente del síndrome de piernas inquietas. "Solo en casos excepcionales podríamos hacer un estudio del sueño para valorar el diagnóstico del síndrome", apunta el neurólogo.

En opinión del doctor Francisco Vivancos, la detección precoz pasa primero por sensibilizar a los médicos de atención primaria que son los que reciben esta patología en primera instancia. "La sensibilizacion pasa por hacerles pensar que este síndrome existe, sino están pensando en ello, obviamente no lo van a diagnosticar. De hecho, muchos son diagnosticados erróneamente", apunta.

De alguna manera, el paciente también puede reducir estos síntomas. "El tratamiento no farmacológico pasa por potenciar una higiene del sueño, hacer alguna actividad física moderada antes de acostarse, darse un baño frío en las piernas y por supuesto reducir la cafeína, el alcohol y el tabaco", recomienda el doctor.

"El cuerpo se habitúa a no dormir"

Hasta aquí la teoría médica, pero el día a día de estos enfermos se convierte en un verdadero infierno cuando se aproxima la noche.

Esperanza López Maquieira es la presidenta de la Asociación Española del Síndrome de las Piernas Inquietas y padece esta enfermedad desde que tenía 20 años. Su caso es un claro ejemplo de un diagnóstico tardío.

"Yo tengo la enfermedad desde mi primer embarazo, cuando tenía 20 años, y me lo diagnosticaron con 45", cuenta Esperanza a RTVE.es. "Desde entonces, me dedico a ayudar a otros enfermos", apunta.

Una noche buena, duermo tres o cuatro horas

"Es muy duro, te levantas de mal humor por no haber descansado, sin fuerzas, no te puedes concentrar en el trabajo. En mi caso, trabajaba fuera de casa y tenía tres hijos pequeños en ese momento, imagínate", comenta Esperanza. "Una noche buena no duermo más de tres o cuatro horas".

Es muy duro, no tienes fuerzas y no te concentras en el trabajo

Pero, ¿cómo es posible vivir así? Esperanza afirma que llega un momento en que el cuerpo se habitúa a no dormir. "Hay días que digo me voy a echar la siesta, pero luego digo, si me echo la siesta ahora, por la noche será imposible dormir, asi que al final ni me echo la siesta ni duermo por la noche", cuenta resignada.