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Un 25% de los niños españoles tiene algún trastorno del sueño

  • Parasomnias son comportamientos anormales que aparecen durante el sueño
  • La padecen entre el 15 y el 25% de los niños y casi un 3% de los adultos

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En España un tercio de la población adulta y un 25% de los niños, tiene algún trastorno del sueño
En España un tercio de la población adulta y un 25% de los niños, tiene algún trastorno del sueño

Cada noche nos acostamos con la intención de dormirnos placidamente, descansar y no levantarnos hasta que suene el despertador para volver a comenzar la jornada. Sin embargo, hay personas que no cesan su actividad ni cuando duermen.

Algunas personas sonámbulas pueden comer mientras están dormidas, llamar a un amigo o levantarse en mitad de la noche para comprobar que todas las ventanas de casa están cerradas. La Noche Temática dedica su próximo programa a este inquietante y desconocido mundo.

Cuando dormir no significar descansar

Estos comportamientos o fenómenos anormales que aparecen durante el sueño son las denominadas parasomnias. “Pueden incluir movimientos, percepciones, emociones y sueños”, explica a RTVE.es Joaquín Durán Cantolla, jefe de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Txagorritxu, en el País Vasco.

Suelen ser más frecuentes en los niños que en los adultos. De hecho, la padecen entre el 15 y el 25% de los niños entre 4 y 13 años y, aproximadamente un 3% de los adultos. La disminución en el porcentaje a medida que vamos creciendo, es lógica. Nuestro cerebro madura con la edad y las parasomnias tienden a desaparecer.

“Las parasomnias, en general, no suelen considerarse patológicas pero pueden causar problemas de sueño, sobre todo en los niños. Es conveniente hacer un buen diagnóstico y evaluar la necesidad de tratamiento. En un adulto, siempre hay que estudiar este comportamiento porque puede preceder a patologías neurológicas más graves o psicopatologías", apunta el doctor Durán Cantolla.

Comer, caminar o conducir dormido

Quienes padecen trastornos de sueño pueden levantarse en mitad de la noche y deambular por la casa, cambiar los muebles de sitio, conducir, cocinar, comer… Comportamientos diferentes que siempre suelen terminar de la misma manera: volver a la cama y cuando se despiertan a la mañana siguiente no recuerdan nada.

“Los pacientes sonámbulos suelen llevar a cabo conductas automáticas no muy complejas (por ejemplo, meter los zapatos en la nevera), pero no es habitual que puedan hacer conductas complejas (abrir una puerta cerrada con llave o una ventana)”, explica Durán, quien determina que "si existiera este peligro, bastaría con poner sistemas de protección que hagan más compleja esta abertura”.

¿Se debe despertar a un sonámbulo?

“A los pacientes sonámbulos no se les puede despertar porque se asustarían mucho. Su recuerdo es de haberse ido a la cama y no el de despertarse de pronto en medio de la calle. En la mayoría de los casos tienen una conducta dócil y pueden irse de nuevo a la cama sin problemas”, concluye el doctor.

Pero, ¿se puede cometer un delito o llevar a cabo actos violentos contra seres queridos estando dormidos? ¿Es verdad que se puede llegar a asesinar sin tener la voluntad ni la conciencia para hacerlo? Parece ser que sí, de hecho no son pocos los conocidos como 'asesinos sonámbulos' que han sido declarados inocentes por un tribunal, después de alegar este motivo.

Sonambulismo y génetica van de la mano

Las causas del sonambulismo aún no están claras. Lo que sí se sabe es que hay un factor genético. Esta unión, sonambulismo-genética, se ha visto fortalecida tras la publicación de una reciente investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. Un grupo de científicos analizó el ADN de varios miembros de una familia durante cuatro generaciones: nueve afectados por sonambulismo y 13 sanos. Así, descubrieron que todos los que padecían sonambulismo tenían una alteración en el código genético de su cromosoma 20.

“Lo más importante es que casi todos los trastornos del sueño tienen tratamientos y todo comienza con un buen diagnóstico”, apunta Durán. Tratamientos, que dependiendo de la parasomnia, no suelen ir más allá de los tratamientos conductuales e incluso, muchas de ellas no llegan ni siquiera a precisar terapia.

Es importante tener una higiene de sueño que favorezca los horarios regulares, evitar el alcohol… Y si los eventos se convierten en muy frecuentes, especialmente dramáticos o comienzan a tener consecuencias durante el día, es necesario establecer un tratamiento farmacológico.

Distintas clases de parasomnias

Según el Doctor Joaquín Durán Cantolla, las parasomnias más llamativas suelen tener que ver con el sonambulismo muy elaborado. Por ejemplo:

  • Body rocking: son niños que se 'acunan' para dormir con movimientos rotatorios. "Una vez tuvimos a un niño de 14 años que llegaba a mover toda la cama durante más de dos horas, hasta que finalmente se dormía", recuerda el Durán Cantolla.
  • Trastorno alimentario relacionado con el sueño: un informe sobre parasomias elaborado por la doctora María José Jurado Luque y el doctor Jorge Hernández Vara, lo define como un trastorno que se caracteriza por "episodios recurrentes e involuntarios de ingesta durante el sueño". Es un trastorno predominante en mujeres.
  • Síndrome de la explisión cefálica: el mismo informe sobre parasomnias citado anteriormente lo describe como "un trastorno de la transición vigilia-sueño benigno, raro y de etiología desconocida. Los episodios se caracterizan por la percepción súbita de un ruido muy intenso o explosión en la cabeza que ocurre durante el adormecimiento o al despertar durante la noche".
  • Catatrenia: la doctora Jurado y el doctor Hernández recogen en su informe este otro trastorno del sueño."Los episodios se caracterizan por la percepción súbita de un ruido muy intenso o explosión en la cabeza que ocurre durante el adormecimiento o al despertar durante la noche... Los sujetos emiten durante el sueño un ruido espiratorio prolongado que se asemeja a un quejido, que aparece predominantemente en la segunda mitad de la noche y se repite cíclicamente", escriben.
  • Terrores nocturnos y pesadillas: "Son también parasomnias que, a veces, no son fáciles de diferenciar. En general, en la pesadilla el niño se despierta completamente, recuerda el sueño y busca el consuelo de los padres. En el terror nocturno, el niño grita pero no se despierta", apunta el doctor Durán Cantolla.
  • Sexsomnia: Es una conducta sexual anormal relacionada con el sueño, "incluyendo conducta de masturbación violenta o prolongada, agresión y abuso sexual, y vocalizaciones sexuales en voz alta , seguido de amnesia del episodio al despertar", recoge el informe elaborado por los doctores Jurado y Hernández.