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Alrededor de 40.000 niños en España viven en situación de desamparo

  • El 75% de ellos son mayores de 7 años y "cuesta encajarlos en adopción"
  • En EE.UU. se recurre al marketing para impedir que crezcan en los centros
  • Iniciativas como las norteamericanas serían impensables en nuestro país

Ver también: Infancia sin padres en LA NOCHE TEMÁTICA

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Paula, Sergio, Amaya, Gonzalo, Elena, Antonio... Todos ellos comparten junto con un grupo de entre 35.000 y 40.000 personas, algo en común: son menores y viven en centros de acogida o tutelados por las administración publica. De ellos, alrededor del 75% son mayores de 7 años. En la mayoría de los casos, estos niños pierden su infancia en los centros de acogida o “pasando” de una familia a otra.

Javier Álvarez-Ossorio, coordinador general de CORA (Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopción y el Acogimiento), achaca está situación al "excesivo predominio de la institucionalización por parte de las comunidades autónomas". Para Álvarez-Ossorio, "se trata de una solución fácil que conlleva el que muchos menores permanezcan mucho más tiempo del necesario en una insitución"

Aunque pueda parecer contradictorio, en ocasiones, lo complicado no es adoptar en el ámbito nacional, sino encontrar familias para aquellos niños que lo necesitan. En España los niños de 0 a 3 años tienen a muchas familias dispuestas a adoptar. Los problemas empiezan a crecer, a medida que crecen los niños. Muchos de los menores que permanecen en los centros de acogida se convierten, entonces, en “menores en situación especial”. Es decir, tienen más de 7 años, padecen algún tipo de enfermedad o son grupos de hermanos -en el 99% de los casos se adoptan juntos-.

'Los niños de la pasarela"

Esta no es una situación única de España. Lo mismo sucede en Estados Unidos: 600.000 niños en el sistema de acogida. Unos 28.000 de ellos cumplen los 18 años y siguen institucionalizados. Cuando salen a la calle, lo hacen sin ningún tipo de ayuda. En Reino Unido, la historia se repite: 60.000 niños en el sistema de acogida; el 80%, mayores de 5 años. Así lo muestra el documental “Los niños de la pasarela”, que emite el programa “La Noche Temática”, el sábado a las 23:30 horas.

Sin embargo, el sistema de adopción americano dista mucho del español. En Estados Unidos la adopción está en manos privadas y el uso del marketing para la captación de familias es común: programas de televisión, vídeos en internet, libros, pasarelas infantiles donde los niños muestran sus virtudes para así “conseguir unos padres”...

Pero, ¿esto sería posible en España? "Al final se está comercializando con los niños. ¿Dé que se trata? ¿De vender un producto? No me parece que sea la mejor forma de encontrar la familia que esos niños necesitan. ¿Y qué hacen con los que no tienen la imagen necesaria para enganchar? Van de rechazo en rechazo?", se pregunta el coordinador de CORA.

Un marketing salvaje e impensable en un país como el nuestro, sí; pero que ha hecho que los americanos adopten a más niños que en todo el resto del mundo.

La adopción en España

Nuestro país es el primero de la Unión Europea en adopciones internacionales y el segundo del mundo, sólo por detrás de los Estados Unidos. Según los últimos datos recogidos por la Dirección General de Política Social, de las Familias y de la Infancia, en 2008 en España se decidieron 3.156 adopciones internacionales, frente a 672 nacionales.Ese mismo año había en territorio nacional 40.000 niños declarados en situación de desamparo.

Según los datos, hay más niños que padres. Sin embargo, los orfanatos están llenos y las listas de espera de adopciones nacionales en España oscilan entre cinco y nueve años.

Mientras que sean menores, el problema "es menor", porque las instituciones seguirán haciéndose cargo de ellos pero, ¿qué pasa cuando estos niños se convierten en mayores de edad y siguen en situación de desamparo, viviendo en orfanatos o bajo tutela de la administración? En España las competencias sobre adopción están delegadas a las comunidades autónomas, por lo que el destino del menor, depende de cada una de ellas.

Dime dónde naces y te diré cuál será tu futuro

"En algunas pasan a pisos de transición, donde se sigue ejerciendo algún tipo de protección sobre ellos, en otras, directamente van a la calle, ya que deja de ser un problema de los servicios de menores (y por tanto de su presupuesto), y los que tienen más suerte, y han estado en un acogimiento familiar, solicitan al llegar la mayoría de edad, ser adoptados por la familia que les ha tenido en acogimiento", comenta el coordinador de CORA.

Ante está situación, haber nacido en el norte en lugar de en el sur, unos kilómetros más arriba o más abajo, puede resultar determinante para los niños en situación de desamparo. Además, las comunidades autónomas apenas aportan datos sobre las adopciones llevadas a cabo en su territorio y, mucho menos si hablamos de fracasos en la adopción.

“La adopción en España es un tema tabú, en todos los sentidos. También en el sentido de los datos. Nosotros nos encontramos con verdaderos problemas a la hora de hablar con las comunidades autónomas y preguntar datos reales de fracasos en adopción. Esos datos o no existen, o no interesa tenerlos porque son datos que no serían bien vistos”, comenta David Azcona, presidente de la asociación “La voz del adoptado”.

España, en busca de soluciones

Después de dos años de trabajo, la Comisión Especial de estudio del Senado sobre la problemática de la adopción nacional y otros temas afines aprobó, por unanimidad, un informe que recomienda al Gobierno modificar la legislación vigente en la materia. Ahora, está sus manos hacerlo o no.

La mitad de los padres españoles que quieren adoptar se van fuera en busca de niños, incluso niños con “necesidades especiales”. Mientras que aquí esos niños están creciendo sin familia. Las distintas asociaciones españolas que ayudan en los trámites de adopción, buscan familias adoptivas para niños extranjeros con problemas, pero no pueden solucionar las necesidades de los niños españoles. Mientras, los menores se irán haciendo mayores, gastarán la mayor parte de su vida en un orfanato, esperando que alguna familia les venga a "buscar".

Y el día que eso pase, puede ser ya tarde para ellos. "La dura realidad, es que la mayoría de los que han vivido gran parte de su infancia institucionalizados, cuando llegan a la mayoría de edad son carne de cañón", concluye Javier Álvarez-Ossorio