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Bautizo de película para los pandas madrileños

  • Cien días después el primero de los pandas ya tiene nombre, 'Po'
  • Signica 'naturaleza inocente' en chino, y su padrino es Florentino Fernández
  • El otro ejemplar será bautizado con el nombre que elijan los niños en Internet

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Bautizo de película de uno de los pandas madrileños

Cien días después, como reza la tradición china, uno de los pandas nacidos en el Zoo de Madrid ya tiene nombre. Se llama 'Po' (naturaleza inocente en chino) y ha sido apadrinado por el televisivo Florentino Fernández, quien pone la voz del oso protagonista de la película Kung Fu Panda.

Mientras el presentador se encargaba de 'bautizar' al mayor de los dos ositos, decenas de niños vociferaban desde el otro lado del cristal demostrando su satisfacción por ver a los pandas y al carismático humorista.

'Flo', como buen padrino, intentó tener a su ahijado entre sus brazos. Misión imposible, a pesar de la bata esterilizada que llevaba puesta. Yuan Bo -experto en pandas llegado desde China cuando nacieron los dos ejemplares- es el único que puede tocar a los animales, y como buen guardián no le dejó tocar en ningún momento a los animales.

'Po' y el 'sujeto B'

El otro pandita, que por ahora se le conoce como 'Sujeto B', tendrá que esperar una semana para ser bautizado. Su nombre será elegido por los niños que entren en la página web del recinto madrileño.

Se podrá escoger entre las opciones sugeridas por la reserva de Chengdu (China), propietarios de todos los ejemplares nacidos en cautividad en el mundo. Y han optado por Xi Bao (cariño, tesoro), Xi Huan (alegre, divertido), Shu Ya (caballero de Sichuán), y De De (apodo cariñoso de Madrid). El resultado se anunciará el próximo 29 de diciembre.

Tres meses sin parar de crecer

Los dos cachorros ya han cumplido tres meses, y según han confirmado fuentes del zoo a RTVE.es, "están en perfectas condiciones, cumpliendo todos los pasos de crecimiento; les ponemos un sobresaliente".

Aunque ya pesan casi seis kilos cada uno, todavía no han salido de la pagoda en la que viven desde que nacieron. De momento no saben ponerse de pie, pero protestan cuando están incómodos o tienen hambre.

Dentro de unos meses podrán salir al exterior, vigilados en todo momento por su madre y empezarán a comer cañas de bambú, su comida favorita y que constituye el 99% de su alimentación. Mientras, seguirán esperando en su nueva cuna y haciendo las delicias de los niños madrileños.