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Francia prepara, para este jueves, su deportación de gitanos con 79 desplazados

  • El ministro de Inmigración lo ha calificado de "retornos voluntarios"
  • Ya han comenzado los primeros desalojos en el país

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Más de 50 instalaciones ya han sido desalojadas por las autoridades francesas
Más de 50 instalaciones ya han sido desalojadas por las autoridades francesas

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, mantiene la idea de desmantelar los campamentos ilegales de gitanos que comenzará a partir de este jueves. Las numerosas críticas recibidas, tanto dentro como fuera del país, no han conseguido frenar esta decisión.

Este mismo miércoles los gobiernos de Rumanía y Bulgaria han dejado patente su malestar por la política de Francia con respecto a sus nacionales.

Al ser miembros de la Unión Europea, sus ciudadanos pueden circular por territorio francés libremente. Lo que no pueden hacer es quedarse más de tres meses si no disponen de una tarjeta de residencia que solo se consigue con un permiso de trabajo.

De esta manera, el primer avión partirá con 79 gitanos rumbo a Rumanía, al que le seguirán otros dos (el próximo 26 de agosto y a finales de septimebre) hasta llegar, por lo menos, a las 700 personas deportadas, según ha asegurado el ministro del Interior, Brice Hortefeux.

El diario francés Le parisien, recoge este miércoles las declaraciones del ministro de Inmigración, Eric Besson, quien califica esta expulsiones de "retorno voluntario".

Según el Gobierno, son deportaciones "voluntarias" de inmigrantes que aceptan irse, a cambio de un billete de avión y 300 euros por adulto ó 100 euros por niño, y que, en muchos casos, acaban volviendo a Francia.

Solo en el año 2009, según las cifras facilitadas por las autoridades francesas, unos 10.000 rumanos y búlgaros se acogieron a esas ayudas y regresaron a sus países.

Ya han comenzado las primeros desalojos

No ha pasado más de un mes desde que Sarkozy anunciará el desmantelamiento de la mitad de los campamentos ilegales de gitanos "romaní", cuando ya se han desalojado más de 50 instalaciones con sus respectivos integrantes.

"Francia no la está tomando con los gitanos", como dijo el ministro Besson, pero sí parece haberla tomado con la inmigración irregular, a juzgar por el goteo de medidas que en los últimos días se han anunciado para combatir ese fenómeno.

Además el caso de los gitanos puede que no sea el único. El Gobierno francés también se  han planteado otras iniciativas polémicas como la retirada de la nacionalidad francesa a los delincuentes de origen extranjero que hayan atentado contra una autoridad pública, la condena de los padres de jóvenes que hayan cometido delitos o la imposición de multas a los alcaldes que no cumplan en materia de seguridad.

La izquierda habla de "racismo"

Estas propuestas han suscitado una oleada de críticas, no solo entre la sociedad civil o los partidos de izquierda, que hablan de "racismo" y "xenofobia", sino también entre las filas de la mayoría de derechas y, cada vez más, en el exterior.

A estas críticas se ha sumado también el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial de la ONU al denunciar a Francia por vincular inmigración con inseguridad.