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El poderío de China marca la gira de Obama por Asia

  • Obama comienza su primera gira asiática, la más complicada
  • El ascenso económico de China marca toda la visita
  • China es el mayor acreedor de EE.UU. y su segundo socio comercial
  • La economía silenciará la violación de los Derechos Humanos
  • Japón quiere revisar una alianza de medio siglo
  • Obama se entrevistará por primera vez con un líder birmano

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Obama comienza este jueves su primera gira por Asia. Quizás, la más complicada de todas las que ha realizado el Presidente de EE.UU. Recalará en cuatro países: Japón, Singapur, China y Corea del Sur. Pero es el vertiginoso ascenso económico de China el que marca la impronta de la visita.

China es el mayor acreedor mundial de deuda pública norteamericana y su segundo socio comercial. Hace tan sólo una década, su PIB era ligeramente mayor que el de Italia. Hoy, amenaza con desbancar a Japón como segundo productor del planeta.

La sombra china desdibuja la alianza con Japón

Los problemas empiezan en la primera escala de Obama: Tokio. El flamante gobierno de Yukio Hatoyama quiere reforzar las relaciones con su eterno rival, Pekín, llevar a cabo una diplomacia más independiente y rebajar la tradicional alianza con Estados Unidos, que cumple su 50º aniversario el próximo año.

Días después de su victoria electoral, Hatoyama abogó por formar un nuevo bloque comercial asiático con China, uno que excluiría a Washington. Además, está la espinosa cuestión de la base aérea norteamericana de Okinawa, que Hatoyama prometió cerrar en su campaña. EE.UU. sólo quiere trasladarla a otra parte más remota y menos poblada de la isla.

Dos cumbres como aperitivo

La crisis económica y el libre comercio serán el menú del fin de semana. Obama asistirá en Singapur al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico -APEC-, cuyos 21 miembros tienen crecientes relaciones con Pekín, al que miran con creciente aprensión. Se espera que Obama abogue por mantener los estímulos fiscales y monetarios -sin concreciones- y que brinde por un acuerdo global de libre comercio.

Además, se reunirá con los diez miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático -ASEAN-. Aquí mantendrá un encuentro inédito con los líderes de Myanmar, la antigua Birmania. Obama quiere impulsar reformas de calado en uno de los países más pobres del planeta, sometido a una dictadura militar desde 1962.

China es el plato fuerte

La clave de la gira son las escalas en Pekín y Shanghai, donde Obama abordará cuestiones sustanciales con su mayor acreedor: comercio bilateral, tipo de cambio del yuan, cambio climático -no se esperan grandes avances- y no proliferación. El desmantelamiento del programa nuclear de Irán y la salida de Afganistán exigen también la colaboración de China.

Washington quiere que Pekín cambie su modelo económico, que estimule la demanda interna en lugar de seguir apostando por las exportaciones. Eso implica que accedan a revaluar su moneda, el yuan. Hay también conflictos pendientes en el intercambio comercial, desde automóviles y neumáticos a carne de cerdo y pollo.

El gran perdedor de las conversaciones serán los Derechos Humanos. Hasta ahora, Obama ha pasado de puntillas sobre esta cuestión. Es el primer presidente en 18 años que no ha recibido al Dalai Lama. No obstante, puede haber sorpresas en su encuentro con los estudiantes chinos.

Las dos Coreas de postre

La última etapa de la gira es Seúl. Al igual que en la anterior, los esfuerzos de Obama irán encaminados a atajar las ambiciones nucleares de Corea del Norte, cuyos misiles pueden alcanzar hasta Japón.

Pero además, Seúl quiere desbloquear el acuerdo bilateral de libre comercio con Estados Unidos. La mayoría de las empresas y agricultores norteamericanos están a favor, pero los fabricantes de coches y los sindicatos están en contra. Obama exige a su socio mayores concesiones.

La importancia que concede Washington a esta gira viene dada por su duración, nueve días, y por los importantes retos que afronta Obama en casa, entre ellos, la reforma sanitaria. A su vuelta, el Presidente decidirá si envía más tropas a Afganistán.