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Grupos antifascistas protestan ante la BBC por invitar al líder de la ultraderecha

  • La BBC rechazó un llamamiento del ministro para Gales de retirar la invitación
  • Aseguran que si tiene algún problema que ilegalice el partido de ultraderecha
  • Ya hubo precedentes con el Gobierno de Margaret Thatcher
  • El escándalo sólo ha provocado más publicidad para el líder de la BNP
  • Lea la opinión sobre el tema de la corresponsal de Londres, Ana Bosch

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El líder de un partido racista, en la BBC

Grupos antifascistas han convocado una protesta ante los estudios londinenses de la BBC por la decisión de la emisora pública británica de invitar al líder del Partido Nacional Británico (BNP) y eurodiputado, Nick Griffin, a un popular programa de debate.

El órgano de gobierno de la BBC rechazó el miércoles un llamamiento del ministro para Gales, Peter Hain, de que retirara la invitación al dirigente de ese partido, que obtuvo dos escaños en el Parlamento de Estrasburgo en las últimas elecciones europeas.

El director general de la BBC, Mark Thomson, defiende en una carta al diario "The Guardian" la decisión de invitar a Griffin y reta al Gobierno a cambiar la legislación si quiere censurar a ese partido de ultraderecha.

Precedentes con Margaret Thatcher

Según Thompson, el Gobierno tendría que prohibir expresamente a la emisora airear las opiniones del BNP, como hizo la primera ministra conservadora Margaret Thatcher con el Sinn Fein durante los años ochenta pues en las circunstancias actuales boicotear a Griffin sería violar "el principio básico de imparcialidad" de la BBC.

Refiriéndose a la prohibición del Sinn Féin (el Partido Republicano Irlandés) en los ochenta, Thompson señala que la BBC se opuso en su momento a la censura impuesta por el Gobierno de Margaret Thatcher, pero acató la orden gubernamental, algo que haría también ahora si el Gobierno decidiese obrar igual con el BNP.

Un lugar secreto para el encuentro

Griffin viajó a Londres desde Estrasburgo, donde representa a su partido, y se ha estado preparando en un lugar mantenido en secreto para el debate, que se graba en los estudios de la BBC.

El intento de los grupos antifascistas y de algunos miembros del Gobierno laborista de censurar a Griffin ha tenido un efecto bumerán, pues sólo ha servido para dar más publicidad al líder de un partido abiertamente antieuropeo y racista.