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Francia, Alemania y Reino Unido abogan por seguir las ratificaciones del Tratado de Lisboa

  • Sarkozy dice que el 'no' irlandés "no es una casualidad ni una sorpresa"
  • El presidente francés cree que hay que "cambiar nuestra forma de hacer Europa"
  • De la Vega dice que es una "dificultad" que hay que superar
  • El presidente portugúes, en contra de los referéndums para los tratados internacionales

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De la Vega dice que hay que superar la "dificultad" del 'no' irlandés

El presidente francés y próximo presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, ha llamado a continuar el proceso de ratificación del tratado europeo de Lisboa para que el "incidente" del rechazo irlandés a ese texto no se convierta en una "crisis". Según Sarkozy, Alemania y Reino Unido comparten la opinión de Francia.

También es preciso "cambiar nuestra forma de hacer Europa" con el fin de responder a las inquietudes de los ciudadanos, ha dicho Sarkozy, resuelto a impulsar ya iniciativas para "ser más eficaces al servicio de la vida cotidiana de los europeos", durante su presidencia semestral de la UE en el segundo semestre del año.

A preguntas en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en el Elíseo, Sarkozy ha afirmado que el "no" irlandés al tratado de Lisboa es "una realidad política".

La cuestión "no es saber si nos gusta o no. El pueblo irlandés se pronunció. Es una realidad. Hay que aceptarlo", ha sentenciado Sarkozy.

Posición común de Francia, Alemania y Reino Unido

Sarkozy ha dicho que él y la canciller alemana, Angela Merkel, opinan que debe continuar el proceso de ratificación del tratado, que ya ha sido ratificado por 18 de los 27 Estados de la UE, para que "este incidente irlandés no se convierta en una crisis". Ha señalado que ésta es también la intención del primer ministro británico, Gordon Brown, con el que conversó ayer.

Por tanto, el "primer elemento" es continuar con el proceso de ratificación, ha recalcado el presidente francés, antes de añadir que el segundo es la necesidad de "reflexionar todos juntos", ya que el "no" irlandés "no es una casualidad ni una sorpresa".

"Muchos europeos no entienden la forma en que se construye Europa en este momento. Tenemos que tenerlo en cuenta muy rápidamente" y "cambiar nuestra forma de hacer Europa", ha argumentado, al insistir en que "no hay derecho de sabotear" la "gran" idea que es la UE.

Para Sarkozy, es preciso "actuar de forma diferente" dado que Europa, concebida para "proteger", "inquieta" a tantos europeos. "Hay que tenerlo en cuenta. No dentro de seis meses sino ahora mismo", dijo el presidente, resuelto a que se tomen "iniciativas" como acordar una política europea de inmigración y dar "una respuesta europea a la escalada sin fin del precio del petróleo".

"Tenemos un deber de ser más eficaces al servicio de la vida cotidiana de los europeos", ha añadido Sarkozy, que ve el "no" irlandés al tratado como "un llamamiento a hacer más y mejor, de forma diferente, y a encontrar juntos las soluciones".

Ha reconocido que el rechazo irlandés al tratado "no facilitará" la labor de la Presidencia francesa de la UE, que asume el próximo 1 de julio.

Sarkozy fue uno de los principales artífices del tratado de Lisboa, destinado a sustituir a la fallida Constitución europea, cuyo rechazo por los franceses y los holandeses en sendos referendos en 2005 sumió a la UE en una grave crisis institucional.

Posición española

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha afirmado que el rechazo del Tratado de Lisboa por parte de los irlandeses en referéndum es "una dificultad más que habrá que superar".

Según la vicepresidenta primera, se trata de "sumar voces y unir voluntades. Eso es lo que llevamos haciendo en Europa desde hace décadas y nos ha permitido avanzar, a pesar de dificultades".

 

Portugal, contra los referéndums

Por su parte, el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva, ha dicho que los tratados internacionales no deberían ser sometidos en ningún caso a referendos nacionales, puesto que los ciudadanos los utilizan, en muchos casos, para castigar a sus gobiernos por políticas internas.

Silva, presente en la Expo de Zaragoza, ha recordado que la situación tras el "no" de los irlandeses es muy similar a la que se dio tras el rechazo en 1992 de los daneses al Tratado de Maastrich, cuando Portugal ostentaba la Presidencia de la UE. 

A su juicio, los tratados internacionales "nunca" deberían de ser sometidos a referéndum y en este caso la campaña de los que apoyaban el "no" nada tenía que ver con el Tratado de Lisboa sobre el que se preguntaba.

Fue un "error", por tanto, plantear el referéndum sobre el tratado y lo que debe de hacer ahora Irlanda es resolver su propio problema, que ningún otro país de los 27 tiene porque ninguno ha planteado una consulta popular.