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El presunto cerebro del 11-S quiere ser condenado a muerte para "ser un mártir"

  • La Fiscalía ha pedido la pena de muerte para los cinco acusados
  • "Quiero ser un martir", ha dicho el principal acusado
  • Mohamed ha rechazado a los aboados de oficio y ha pedido defenderse él mismo
  • Ha asegurado que "esto no es un juicio, es la inquisición"

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Juicio en Guantánamo contra cinco presuntos islamistas

El presunto cerebro de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Jalid Sheij Mohamed, ha aparecido públicamente por primera vez desde su captura en 2003 en una vista en Guantánamo junto a cuatro supuestos colaboradores.

Mohamed, al que el Pentágono había sido asignado un abogado militar, lo ha rechazado y ha pedido representarse él mismo ante el tribunal militar antiterrorista en el que comparece porque sólo cree en la Sharia, la ley islámica.

"No aceptaré ningún abogado. Me representaré yo mismo", dijo Mohamed tras entonar unos cánticos religiosos en árabe. El juez Ralph Kohlmann, coronel de los Marines, respondió que "ésa es una de las opciones" que tiene.

Kohlmann le preguntó si entendía que puede llegar a ser condenado a muerte. "Eso es lo que quiero. Hace mucho que pretendo ser un mártir", respondió Mohamed, quien dijo que no admitirá a ningún abogado de Estados Unidos, por las acciones de ese país en Afganistán, Irak y "la Tierra Santa".

La misma postura que Mohamed adoptó Walid Bin Attash. El juez también le advirtió de que puede ser condenado a muerte, pero el acusado respondió: "Ustedes han matado a mi hermano, que era menor que yo. Esta es mi hora para estar en sus manos".

"Esto es la inquisición, no un juicio"

Mohamed aprovechó la audiencia para quejarse de que "todo lo que hablamos es bajo tortura" -"Esto es la inquisición, no un juicio"- y pidió que se le permita hablar con los otros cuatro procesados, pero Kohlmann dijo que no aceptará "una defensa conjunta".

Mohamed, de 43 años, ha comparecido ante el tribunal especial anti-terrorista ataviado con una túnica y gorro blancos, los que, según la coronel del Ejército Wendy Kelly usan normalmente los prisioneros en Guantánamo.

Mohamed tiene una barba larga, canosa, al contrario que en las fotos distribuidas por el Pentágono cuando fue capturado en 2003 en Pakistán, en las que aparecía con bigote. Se trata de su primera audiencia delante de un magistrado desde entonces. También comparecieron Walid bin Attash, Ramzi Binalshibh, Ali Abdul Aziz Ali y Mustafa al-Hawsawi, que estaban sentados en mesas separadas.

Confesó ser el artífice del 11-S

Mohamed ya confesó en marzo de 2007 ser el artífice "de la A a la Z" de los atentados del 11-S, que causaron casi 3.000 muertes. Binalshibh, el único acusado con grilletes en los pies, estaba presuntamente destinado a ser uno de los secuestradores, pero no pudo lograr un visado para entrar en Estados Unidos, por lo cual se convirtió en su principal intermediario con Mohamed.

Ali supuestamente se ocupó de enviar dinero a los secuestradores y al-Hawsawi fue su asistente. Bin Attash presuntamente entrenó a algunos de ellos.

La fiscalía ha pedido la pena de muerte para los cinco. Todos estuvieron confinados en prisiones secretas de la CIA desde su captura hasta septiembre de 2006, cuando fueron trasladados a Guantánamo.

Primera audiencia desde 2003

Todos están representados por abogados militares asignados por el Pentágono y tienen derecho a letrados civiles, que deben costearse ellos mismos. "Cualquier declaración de los acusados se presume que será secreta", dijo el juez Ralph Kohlmann, un coronel de los Marines, al inicio de la vista.

Eso significa que el sonido será eliminado para que la prensa reunida en Guantánamo no escuche la información que según Kohlman puede "perjudicar la seguridad nacional" de Estados Unidos.

El tribunal, levantado en una antigua pista de aterrizaje, está dotado de un sistema que permite al toque de un botón suprimir el audio en el área de observación donde se encuentra la prensa y miembros de algunas organizaciones no gubernamentales.

El sonido ha sido transmitido con 20 segundos de retraso, para que un oficial de inteligencia revise el contenido y pueda recomendar al juez censurarlo. No se cerró ninguna parte de la sesión, pero un censor militar ordenó a la autora de los bocetos de Mohamed que le cambiara la nariz. No explicó si se trataba de una corrección artística.

La defensa ha solicitado un retraso de la vista

Los abogados de la defensa han pedido que los procedimientos sean retrasados, porque dicen que no han tenido tiempo suficiente con sus clientes desde que los cargos fueran anunciados en mayo y creen que han acelerado el proceso "para influir en las elecciones de noviembre".

"Nos deberían haber concedido un razonable retraso para desarrollar una relación con estos hombres, hablar con ellos sobre el caso o discutir estrategias antes de que nos hubieran metido aquí de manera tan precipitada", ha dicho Jackson, uno de los abogados en Guantánamo.

Sin embargo, el juez Kohlman ha denegado el retraso y fuentes del Pentágono afirman que "el hecho de haber empezado el proceso no quiere decir que no tengan tiempo de prepararlo".

El primer paso de un largo proceso

La vista de este jueves ha sido el primer paso en el proceso legal que llevará al juicio colectivo, fijado para el 15 de septiembre, y que se rige según unas normas especialmente diseñadas para supuestos terroristas por la administración del presidente George W. Bush.

Se permite, por ejemplo, el uso de confesiones obtenidas tras interrogatorios en los que los detenidos fueron sujetos a frío extremo o forzados a adoptar posiciones corporales incómodas durante largo tiempo.