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España 4 - 0 Irlanda

DAVID RAMOS- Las claves del partido.

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España recupera las buenas sensaciones tras golear a una débil Irlanda (4-0) y cierra el debate del '9'. Torres, con dos goles, fue el hombre de un partido que, más allá de los tres puntos vitales, sirve para coger moral y confianza. España despeja las dudas que dejó ante Italia, recupera su identidad con un recital de primer toque y, lo más importante, eleva varias autoestimas. Porque no solo está el doblete de Torres, que se sacude la presión y puede abrir racha. Cesc, el damnificado por el cambio táctico, se reivindica con otro golazo, mientras que Silva se consolida como una realidad en este equipo con una obra de arte y otra asistencia. En resumen, 26 tiros a puerta, buen juego y goleada. Todo notas positivas para afrontar el último partido del grupo ante Croacia el próximo lunes, en el que a España le vale con un empate para estar en cuartos. 'La Roja' lanza un mensaje a sus rivales: la campeona está aquí.

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1-0. Torres recoge un balón en el área y en tres toques fusila a Given.

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2-0. Silva aguanta, caracolea y define como quien da un pase.

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3-0. Fernando Torres resuelve un mano a mano ante el meta Given.

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4-0. Saque de esquina en corto para Cesc, que resuelve con un trallazo.

Cuatro minutos le bastaron a Fernando Torres para reivindicarse. En su primera aparición en el partido, ganó un balón dividido en el área y se escoró en busca de ángulo y acomodo para su pie derecho, lanzando un misil que Given no pudo ni ver. El gol tempranero del 'Niño' fue el preludio a una colección de llegadas y ocasiones que dan la razón a quienes apostaban por la figura de un '9'. España ganó en profundidad e intención. El toque no era en vano. La jugada llegaba hasta el final. Es el desmarque lo que da sentido al juego de Iniesta, Xavi o Silva. Y nadie como Torres para habilitar esos espacios.  El punta del Chelsea, mucho más rápido que Dunne y Ledger, se encontró muy cómodo. El gol inicial le hizo creerse el papel que está obligado a desempeñar en esta Eurocopa. Nada mejor que la fe recobrada y el tesón para culminar una resurreción. Su segundo tanto llegaba de la mejor manera posible, sentenciando a Irlanda tras resolver en un mano a mano, la asignatura que más se le atraganta. Del Bosque, aunque sacase una pizca de su orgullo volviendo al sistema sin ariete puro con Cesc (que le regaló un derechazo pegado al palo que cerraba la goleada), ha visto que sí tiene un '9', Con Torres en racha, hay delantero centro y hay delantero fresco.

Le ha costado, pero el canario parece afianzarse por fin en el once titular. Tras algunos destellos prometedores y una asistencia ante Italia, Silva logró completar contra Irlanda su mejor partido con la camiseta nacional. Suyo fue el desmarque que generó la jugada del primer gol de Torres, participó activamente en la creación asociándose muy bien con Iniesta y Jordi Alba (otro que se destapa a pasos agigantados) y terminó luciéndose en el segundo tiempo. Nada más salir de vestuarios, abrazó un balón dentro del área y se tomó todo el tiempo del mundo, casi hasta la desesperación, para definir como los genios, con un caño milimétrico que alojó la pelota a cámara lenta en la portería de Given, cuya estirada fue estéril. Completado el cupo de magia, hizo gala de ese plus de madurez que ha alcanzado en la Premier. Silva ha ganado en implicación y trabajo. En el 70', presionó una recuperación de Irlanda, robó y se inventó la asistencia que permitió a Torres marcar el tercero de España. El club de Iniesta tiene un nuevo socio.

El césped, más rápido por la lluvia, la mejor utilización de las bandas y Fernando Torres dieron al equipo un aire que no se vio el pasado domingo. Estos tres factores, unidos a una evidente recuperación física, sacaron a relucir la fluidez en la circulación que tantos y tan buenos resultados le da a este equipo, Esta vez no hubo sensación de 'tran-tran', sino de chispa, de jugadas vivas. La diferencia entre un partido y otro es la sensación de que algo va a pasar entre toque y toque.

España gana más que tres puntos. Sabía que marcar más goles a Irlanda que Croacia (que le ganó 1-3) le daría un extra en caso de triple empate final. Con sus cuatro tantos se asegura pasar con cualquier empate el próximo lunes. Si gana será primera, si empata a menos de dos goles terminará primera o segunda en función de lo que haga Italia (que se quedaría fuera a partir del 2-2) y si pierde solo estaría en cuartos si la 'azzurra' no logra vencer a los irlandeses en el último partido.

Un 'sparring' idóneo para recuperar sensaciones, pero un 'sparring' al fin y al cabo. España no puede confiarse. La selección de Trapattoni es la más blanda del torneo, con un nivel muy justito para estar en la Eurocopa. Es inconcebible perder tantos balones en la frontal de tu propio área. Los siete goles encajados en dos partidos no son fruto de la casualidad. Keane y Duff no son ni la sombra de lo que eran y el resto del equipo tiene graves carencias tácticas y técnicas. Solo su guardameta, Shay Given, está a la altura.

Probablemente el único 'pero' que se le puede poner a España en este partido. Puede que tras un 4-0 no parezca el día más indicado, pero el equipo sigue teniendo problemas para acabar las jugadas. La facilidad para llegar hasta posiciones de disparo no sirve si luego no se tira a puerta. El toque forma parte del 'adn' de la campeona, pero no debe convertirse en recreación. El rondo tiene que tener un final y ese final  es un disparo. Ante Irlanda se volvió a ver a ese equipo que quiere entrar en la portería contraria con el balón controlado. Es cierto que España tuvo 26 ocasiones, pero pudo hacer muchas más. Ante Irlanda te lo puedes permitir, pero llegado un partido grande no.

Aunque el rival no exigió demasiado, el trabajo defensivo que desplegó España en la recuperación tiene muy buena pinta de cara a próximas citas. Los de arriba no fueron los únicos que despejaron dudas. Por detrás, las parejas Xabi-Busquets y Ramos-Piqué, en tela de juicio tras el primer partido (principalmente los dos centrales), dieron una lección de colocación y anticipación. Más de 30 recuperaciones de balón entre los cuatro, lideradas por el medio del Barça con diez. En el segundo tiempo borraron del terreno de juego al combinado de Trapattoni, que fue incapaz de salir del medio del campo.

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