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Río 2016

Maracaná se vuelca con el equipo olímpico de los refugiados y recibe a España con una ovación

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Río 2016 - El equipo olímpico español desfila en Maracaná abanderado por Nadal

La delegación española, abanderada por el tenista balear Rafa Nadal en la inauguración en Río 2016, se ha llevado una de las mayores ovaciones de los 70.000 asistentes al espectáculo en el estadio de Maracaná, aunque sin lugar a dudas el recibimiento más emocionado ha sido para los diez atletas del Equipo Olímpico Refugiado ante el cual se han puesto en pie en un encendido aplauso, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach.

Además, el público, convertido en termómetro social, se ha volcado, como cabía esperar, en el aplauso al país anfitrión y en el recibimiento a otras delegaciones olímpicas de países latinoamericanos más próximos en lo geográfico, como Cuba y Argentina, y de otro país no tan cercano, pero sí estrechamente unido por la historia y los lazos culturales, Portugal.

Mientras, en el lado opuesto, la delegación de Alemania se ha llevado algunos pitos del público, recordando así que su selección de fútbol marcó siete goles a la 'canarinha' en el Mundial de Fútbol de 2014.

La delegación olímpica de Rusia llega marcada por los casos de dopaje que casi la dejan fuera de estas Olimpiadas y así se ha reflejado en la reacción del público, dividido entre los abucheos y los aplausos a sus deportistas.

Rafa Nadal guía a la delegación olímpica

España ha desfilado en el puesto 68, entre Eslovenia y los Estados Federados de Micronesia, cuando se cumplían una hora y treinta minutos desde el comienzo de la ceremonia, y mucho antes del lugar 172 que ocupó en Londres 2012 por la denominación anglosajona.

Un Rafa Nadal sonriente y emocionado ha guiado al centenar de deportistas españoles después de que hace cuatro años una lesión le impidiera hacerlo en las Olimpíadas de Londres, cuando Pau Gasol asumió ese papel.

Nadal ha expresado, a través de su perfil en Twitter, el "orgullo" de poder representar a España en estas Olimpiadas:

Mientras las jugadoras de la selección de balonmano inmortalizaban el momento con 'selfies', el vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch junior, puesto en pie saludaba desde el palco a los olímpicos.

Un desfile con contenido social

El comité organizador de estas Olimpiadas ha querido darle protagonismo en el desfile a los típicos vendedores ambulantes en las playas cariocas, figuras que pasaron a ser Patrimonio Cultural e Inmaterial de Río en 2012 y que en el desfile han tenido el cometido de auxiliar el paso de los atletas.

En esta idea de dar protagonismo a la igualdad social, de los voluntarios que llevaban el cartel anunciador de cada delegación, que lo han hecho en un triciclo cargado de plantas, cinco eran transexuales, según recoge Efe, mientras que los encargados de ubicar a los deportistas en las distintas zonas del estadio han sido veinte exalumnos del Instituto Nacional de Educación para Sordos.

Casi al final de la ceremonia, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, ha centrado su discurso en el espíritu olímpico y la igualdad, con palabras para los deportistas refugiados: "Hay una ley universal en este mundo olímpico: todos somos iguales. Vivimos en un mundo en el que el egoísmo gana terreno, pero nuestra respuesta olímpica es dar la bienvenida al equipo de refugiados".

El Equipo Olímpico Refugiado se ha llevado la ovación del público más emocionada en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Río 2016. El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, se han puesto en pie para recibir a los diez deportistas de la delegación.

La crisis política se cuela en la ceremonia

Pero sin lugar a dudas, la respuesta más contundente del público ha sido el sonoro abucheo que se ha llevado al finalizar la ceremonia el presidente interino de Brasil, Michel Temer, cuando iba a declarar oficialmente la inauguración de los Juegos Olímpicos. "Después de este maravilloso espectáculo, quedan inaugurados los Juegos de la XXXI Olimpiada" ha dicho Temer, que ha sido respondido con una contundente pitada y con gritos de "Fora Temer".

La protesta ha sido acallada de inmediato por la música y por una batería de fuegos artificiales que permitieron recuperar el tono festivo de la ceremonia inaugural.

Dada la crisis política que vive Brasil, los organizadores habían extremado las precauciones para evitar sorpresas desagradables que pudieran "aguar" la fiesta. Temer, presidente interino de Brasil desde el pasado mayo, no fue nombrado al inicio de la ceremonia, como es habitual, tras una jornada marcada por las protestas en Río y en Sao Paulo.