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Robben, la espina de la Champions clavada

  • El extremo holandés vive su segunda juventud en el Bayern
  • Fue finalista de la pasada edición con el conjunto alemán

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El jugador holandés del Bayern de Múnich Arjen Robben
El jugador holandés del Bayern de Múnich Arjen Robben

El holandés Arjen Robben tiene una espina clavada con la Champions League. El año 2010 parecía que iba a ser su año después de convertirse en el héroe del Bayern de Múnich con goles decisivos, pero se le escapó la final.

Robben quiere dejar atrás el sambenito de jugador frágil que le ha acompañado debido a sus numerosas lesiones. Su posición de extremo y su habilidad a la hora de encarar a los contrarios en el uno contra uno le dejan expuesto a duras entradas.

A pesar de su juventud, 26 años, se ha convertido en un 'clásico' del fútbol europeo al debutar en la máxima categoría holandesa en el año 2000, con tan sólo 16. Fue el Groningen el que le dio la oportunidad y prontó comenzó a destacar.

Al final de esa misma temporada fue fichado por el PSV Eindhoven, pero continuó un año más cedido para contribuir a la permanencia del Groningen en la Eredivisie.

En su siguiente etapa profesional formó pareja de ataque con el serbio Mateja Kezman, quien militaría posteriormente en el Atlético de Madrid. La afición les bautizó como "Batman y Robben" y juntos contribuyeron al éxito del PSV de Hiddink para lograr el título de Liga y la Supercopa.

No llegó a terminar su segunda temporada en el club de Eindhoven y ya se fijó en él Roman Abramovich, propietario del Chelsea. El acuerdo entre clubes se alcanzó en marzo de 2004 por 18 millones de euros.

Se hace mayor en el Chelsea

El final de esa campaña para Robben ya estuvo marcado por las lesiones. No llegó a debutar con el Chelsea hasta noviembre de 2004, precisamente mientras se recuperaba de una lesión producida en pretemporada.

Con el conjunto londinense logró celebrar dos Ligas y una Copa, entre otros títulos, pero el gran proyecto del Chelsea de Abramovich se centraba en formar un equipo para la Champions.

Las lesiones impedían a Robben consolidarse en el conjunto inglés y sólo en la temporada 2005-2006 parecía que iban a respetarle. Pero las puertas se le abrieron en agosto de 2007 para iniciar una nueva etapa en el Real Madrid.

Moneda de cambio en Madrid

Fue el gran fichaje de Ramón Calderón, con el que cumplía una de sus promesas electorales con un año de retraso. Esa misma temporada el club blanco se alzó con la Liga y la Supercopa, pero al año siguiente la llegada de Florentino Pérez y su política de fichajes le convirtieron en moneda de cambio.

El holandés se marchó de Madrid criticando a la nueva directiva, mientras que Jorge Valdano defendía al club asegurando que fue él quien pidió marcharse. Los casi 300 millones gastados por los blancos en fichajes, sumado al interés madridista en Ribéry, hicieron pensar a muchos que su traspaso era una manera de asegurarse el 'cambio de cromos'.

De ello se aprovechó el Bayern de Múnich, que de la mano de Van Gaal apostó por el extremo como uno de sus puntales en ataque junto a Ribéry. De hecho, Robben se acabó convirtiendo en el héroe del equipo, con goles decisivos como ante la Fiorentina y el Manchester United, al tiempo que se iba apagando la estrella de Ribéry, entre especulaciones sobre su futuro y escándalos extradeportivos.

Sólo el Inter de Milán, de su compañero de selección y amigo Wesley Sneijder, se interpuso en una temporada que podía haber sido la del triplete de haber ganado la Champions. Robben se quedó con el consuelo de haber logrado la Bundesliga y la Copa alemana con el Bayern.