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La exconsellera valenciana Salomé Pradas ha negado este viernes ante la juez que ella estuviera al mando del operativo de respuesta el día de la dana. La que fuera titular de Justicia e Interior durante la tragedia del pasado 29 de octubre, que dejó 227 muertos y un desaparecido, ha asegurado que ella no dirigía nada y que no tenía experiencia ni conocimientos en emergencias, según fuentes presentes en la declaración.

Pradas, que ha llegado a los juzgados de Valencia entre abucheos y gritos de "asesinos" y "Mazón dimisión", es junto a su ex 'número dos', el ex secretario autonómico de Emergencias Emilio Argüeso, la única imputada en la causa que investiga las responsabilidades penales de la dana.

También ha asegurado que el mensaje de alerta a la población (ES-Alert) enviado a las 20:11 horas aquel día no se retrasó por esperar a la llegada del president de la Generalitat, Carlos Mazón, al Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi), sino por los técnicos. Para la emisión del referido mensaje siguió las indicaciones de los técnicos presentes, ha aclarado.

La comparecencia, que ha tenido lugar a puerta cerrada, ha durado unas tres horas y se ha tenido que suspender en varios momentos por su estado emocional.

El ingeniero geólogo Alberto Martínez ha declarado este martes como testigo y perito ante la jueza que investiga la gestión de la dana que causó 228 muertes. Durante la declaración, el experto ha asegurado que la alerta enviada a los móviles a las 20.11 fue "tardía y confusa". Según él, hubo tiempo para evacuar a las personas de zonas inundables. Solo era necesario subirlas a pisos más altos, no evacuar todo el pueblo.

Cinco meses después de la dana, la reconstrucción todavía tiene mucho recorrido por delante en espacios imprescindibles como los centros educativos o en los edificios de viviendas. En estas aún persiste la falta de accesibilidad, que sigue limitando los movimientos de personas mayores o con discapacidad. La mayoría de los ascensores de la zona 0 todavía no han sido reparados. Hablamos con algunas de las personas que están sufriendo esta situación.

Miguel, un hombre sin habla ni movilidad a causa de un ictus, estuvo mes y medio sin poder salir a las calles de la localidad valenciana de Aldaia. Ahora puede hacerlo gracias a las sillas de rueda "oruga" que proporciona la Cruz Roja para poder bajar escaleras.

Una situación parecida es la que vive Eloísa, con movilidad reducida por un accidente. Son ya cinco los meses que lleva sin ascensor desde que se estropeó como consecuencia de la dana: "Con menos ganas de hacer cosas, si sales tienes que bajar cuatro pisos. Mañana me va a tocar otra vez volver a bajar".

Desde la dana, hay más de 300.000 personas sin ascensores, que necesitan unas reparaciones que oscilan entre los 10.000 y los 80.000 euros. La Generalitat ha cifrado en 6.000 los ascensores averiados y en 311 los edificios con personas de movilidad reducida.