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El coronavirus ha azotado el mundo y ha alterado el deporte mundial. Las pérdidas —entre ellas económicas— son incalculables. Sin embargo, ha habido un selecto grupo de actividades que han logrado salir a flote. Son los deportes 'outdoor' o deportes al aire libre.

Surfciclismoesquí, triatlón, senderismo, entre otros... Todos ellos permiten seguir las medidas básicas de sanidad: con distancias de seguridad, en espacios abiertos e, incluso, sin mascarilla. Las federaciones y tiendas especializadas han notado el auge.

El surf español tiene 2 grandes objetivos este año: el Mundial en el Salvador en mayo y los Juegos de Tokio donde va a debutar en el programa olimpico. Y para ello el deporte ha sufrido una transformación, una profesionalización. Hemos estado con el mejor surfista de España, Aritz Aramburu, el único que ha sido campeón de Europa.

Con deportistas como Aitor y Carmen, España es la nueva campeona del mundo de surf adaptado. Lo ha conseguido dando la sorpresa a Estados Unidos y en aguas californianas, en San Diego. En esta modalidad el surf es trabajo de equipo: los invidentes llevan guías para entrar en el agua y seleccionar las olas, pero una vez arranca el movimiento sí que son solo ellos y el mar.

Estos días de invierno son los mejores para surfear en la costa Atlántica. Y no cualquier ola, sino las gigantes. Y las más altas y peligrosas se dan en Nazaré. Hemos hablado con el surfista que ahí logró el récord mundial de la ola más alta: 25 metros.

O lo que es lo mismo, la altura de un edificio de ocho plantas. Es lo que hizo en 2018 el brasileño Rodrigo Koxa, un récord Guinnes que según él, era la consecuencia de un camino elegido.

Leti Canales vuelve a cabalgar las olas sobre su tabla. La surfista vizcaína se ha recuperado totalmente de su cadera  y puede volver a hacer lo que más le gusta. "Ha habido semanas muy complciadas, pero poder volver a entrar al agua me hace sentirme nuevamente surfista"

Así rompen las olas en las playas de Nazaré, en el vecino Portugal, la Meca de las olas gigantes. Todo un reto para los surfistas más osados, capaces de cabalgar en el llamado Cañón de Nazaré, un embudo de 4.300 metros de profundidad y 210 kilómetros de largo, único en el mundo porque termina en la costa.

La surfisa vizcaína Leticia Canales ha recibido con "sorpresa" el positivo por coronavirus que ha arrojado el resultado de la prueba PCR a la que fue sometida el pasado fin de semana, antes de una operación de cadera a la que iba a ser sometida este lunes en Barcelona.

"El positivo me ha pillado totalmente por sorpresa ya que estoy asintomática, me encuentro bien y tengo especial cuidado para evitar el COVID. Es más, a menudo he tenido que recordar a varias personas la importancia de mantener distancias y utilizar la mascarilla", comenta la deportista en declaraciones difundidas por su equipo.

Saber caerse en el surf es casi igual de importante que subirse a las olas ya que una mala caída puede hacer que el surfista se meta de lleno en la parte más peligrosa de la ola. Lla liga mundial de surf ha elegido las mejores caidas de la temporada pasada. 

Con la fase 2, los deportistas pueden ir al agua en grupos, con actividades colectivas. Siempre con un protocolo de actuación establecido, con información para los usuarios, formación para los trabajadores y con medidas preventivas. Por ejemplo, la distancia con el resto, en la arena y en el agua tendrá que ser de cuatro metros, eso siempre que el viento no sea muy fuerte.

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