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PSOE y Partido Popular han sacado adelante la reforma de la Constitución para limitar el déficit. Pero lejos de sumar apoyos han recogido el rechazo bronco del resto de la cámara. Ayer se vivió una situación insólita en el Congreso: PNV y CiU, presentes en el hemiciclo, no votaron y 5 partidos minoritarios abandonaron el pleno. Los diputados de Coalición Canaria, UPyD y dos del PSOE votaron en contra.

Sindicatos y colectivos creen que la reforma traerá un recorte de derechos sociales y que debería someterse a referéndum. La modificación del artículo 135 de la Constitución ha permitido, sin embargo, que en vísperas de unas elecciones generales se produzca el primer gran acuerdo de los dos grandes partidos.

El vicesecretario general del PSOE también ha vuelto a defender la reforma de la Constitución. José Blanco ha dicho que es necesaria para garantizar la estabilidad presupuestaria. Un objetivo que, según Blanco, el Partido Popular está utilizando para hacer recortes en las Comunidades que gobierna.

El dirigente del PSOE José Bono ha dicho que su intención es seguir en el mundo de la política "mientras viva", aunque pretende abandonar "pronto" la "primera línea". "Tengo el testigo (listo) para entregarlo", ha añadido en Radio Nacional en unas declaraciones similares a las que hizo el pasado agosto, cuando mostró su preferencia por no concurrir a las próximas elecciones. El también presidente del Congreso ha repasado en una entrevista en el informativo 24 Horas la sesión parlamentaria de este viernes en la que se ha aprobado la reforma de la Constitución.

Es una votación con mayoría más que suficiente para aprobar la reforma de la Constitución pero deja entrever la tensión del debate del PSOE y el PP con los grupos minoritarios.