A José Enrique Escardó le cambió la vida el día que se acercó al Sodalicio de Vida Cristiana. Sin darse cuenta, le fueron anulando, humillando y una tarde fue víctima de abusos sexuales por parte de un líder del Sodalicio.
Pasó el tiempo y, hace ya 25 años, se convirtió en la primera víctima que denunció al Sodalicio. Entonces nadie le creyó y se acumularon las amenazas. Sufrió un verdadero calvario hasta que un día tuvo un encuentro con el papa Francisco, que no le habló de religión. Sabía de sobra que José Enrique era ahora ateo. Seguramente lo sabía porque un tal cardenal Prevost se lo había contado. Con él se reunió Escardó ese mismo día.
Foto: José Enrique Escardó en la plaza San Pedro del Vaticano (EFE/Daniel Cáceres)