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La Ley de Memoria Democrática ha entrado en vigor y ocho municipios deberían cambiar su nombre para ajustarse a ella tal y como ha solicitado un abogado, que ha presentado ocho peticiones para que lo hagan. Se trata de tres localidades de Castilla y León (Quintanilla de Onésimo, Alcocero de Mola Burgos y Leonardo de Yagüe), dos de Extremadura (Guadiana del Caudillo y Villafranco del Guadiana), dos de Castilla-La Mancha (Alberche del Caudillo y Llanos del Caudillo) y una de Andalucía (Villafranco del Guadalhorce). La anterior legislación solo contemplaba el cambio de nombre para calles o plazas. Ahora, sin embargo, se incluye la toponimia. La ley califica de infracción grave mantener estos nombres y los ayuntamientos podrían enfrentarse a sanciones de hasta 10.000 euros. La alcaldesa de Alhaurín el Grande (Málaga) municipio al que pertenece la pedanía de Villafranco del Guadalhorce ha manifestado que no tiene ningún interés en mantener este nombre y que los técnicos van a estudiar la ley de Memoria Democrática.

Fotos: EFE/Daniel Pérez

Los protagonistas de la Historia no siempre aparecen en los libros de texto. Algunos han pasado a engrosar las filas de los que anónimamente pusieron lo mejor de sí mismos para cambiar el rumbo de la vida. Este es al caso de Ana Gutiérrez, la Tangerina, incansable luchadora por las libertades en lo más negro de la noche franquista.

Documentos RNE recupera la azarosa vida de la Tangerina, una atractiva mujer, de ojos negros, grandes y profundos, y líneas elegantes, cuya determinación en la defensa de sus ideales hizo que su historia pareciera salida del guion de una película.

Nacida en Tánger, Ana Gutiérrez ya militaba en las Juventudes Socialistas Unificadas antes de alcanzar la mayoría de edad. Por ello fue detenida y lo pagó con dos años de cárcel y el exilio.

Obligada a abandonar su ciudad natal, se refugia en Málaga, donde sigue su militancia y asume encargos más arriesgados para el PCE: enlace, espía y propagandista. Otros dos años de cárcel fueron el precio a pagar por la insistencia en mantener su lucha.

Una vez en la calle, la Tangerina volvió a la clandestinidad, esta vez como apoyo del maquis asentado en las sierras del Axarquía malagueña. Allí vivió, además, un romance de alto voltaje con Roberto, el legendario jefe de la guerrilla antifranquista. Para ella supuso nuevamente dos años de cárcel; pero para Roberto, el paredón.

A la salida de la cárcel, Ana Gutiérrez, todavía joven, decide rehacer su vida, se exilia en Suiza, se casa y forma una familia. Allí vivió hasta que, tras su jubilación, volvió a España y se fue a vivir a Nerja, a una casa cuya terraza domina las sierras donde se jugó la vida por sus ideales.

El Senado ha aprobado definitivamente, sin aceptar enmiendas parciales, la Ley de Memoria Democrática, que sustituye a la de Memoria Histórica de 2007. El estado se encargará de buscar y reabrir las fosas de la Guerra Civil y se resignificarán lugares históricos como el Valle de los Caídos, que pasará a ser de Cuelgamuros.

La Ley de Memoria Democrática, que se ha votado en el Senado, incluye un apartado específico para fomentar en las aulas el aprendizaje de hechos como la Guerra Civil o la represión durante la dictadura franquista.  Un estudio realizado por la Asociación de Descendientes de Exiliados concluye que, sobre todo los más jóvenes, tienen un conocimiento muy limitado de esa época histórica.

Reparar a las víctimas de la guerra civil y el franquismo y que el Estado asuma el liderazgo en la búsqueda de desaparecidos son las claves de la ley. Pero la bronca política se ha centrado estas semanas en la disposición adicional que contempla poder estudiar casos hasta 1983. Hemos preguntado a historiadores sobre ese periodo.

Foto: La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica instala una exposición de fotografías en la Plaza de las Cortes en Madrid, coincidiendo con el registro de sus propuestas para la reforma de la Ley de Memoria Democrática. EFE/Víctor Casado

Desde el año 2000, se han abierto 900 fosas comunes en toda España y se han recuperado 11.000 esqueletos, pero el Gobierno estima recuperar unas 20.000 más. Hasta ahora el peso de las exhumaciones lo han llevado los familliares y asociaciones de víctimas, pero con la nueva ley de Memoria Democrática el Estado tiene que financiar y responsabilizarse de buscar, identificar y exhumar.

Para los descendientes de las victimas, la ley es una avance pero resulta insuficiente. Temen que con el nuevo texto el peso siga recayendo en las víctimas y queno sea el Estado quien busque activamente. Foto: EFE/Julio Muñoz

La ley de memoria democrática ha superado su primer trámite parlamentario. El texto se ha aprobado en comisión con la abstención de ERC y los votos en contra de PP, Vox y Ciudadanos, que han criticado que el gobierno haya pactado con Bildu. El ejecutivo está satisfecho porque es, dice una condena clara al franquismo y sirve de reparación para las víctimas.

El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha levantado las medidas cautelares que impedían las obras necesarias para extraer los restos de las víctimas del franquismo enterradas en el Valle de los Caídos.

La sección segunda de lo contencioso-administrativo ha dado la razón a Patrimonio Nacional y ha levantado las medidas cautelares que un juzgado mantenía sobre la licencia de obras necesaria para iniciar las exhumaciones. No obstante, la decisión todavía se puede recurrir al Tribunal Supremo.

El pasado mes de noviembre, el tribunal tuvo en consideración un recurso interpuesto por la asociación franquista por la Reconciliación y la Verdad Histórica y consideró se podrían producir daños irreparables en el mausoleo.

A las folclóricas y la copla se les identificó durante años con el franquismo, pese a que esa música se remonta a principios del siglo XX.
Últimamente hay autoras y autores que intentan ver desde otra perspectiva este género ¿Por qué?