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El siglo comenzó con atentados yihadistas masivos en Madrid, Londres o París, 20 años después la guerra contra el terror para expulsar a los terroristas de sus santuarios ha tenido como efecto indeseado la extensión del yihadismo a otros países. Ha cambiado el tipo de ataques, ahora cometidos con frecuencia por "lobos solitarios" y proliferan nuevos grupos terroristas en el Sahel, la zona más preocupante por su cercanía a Europa. En la imagen, la ciudad siria de Deir Al Zur, bastión terrorista destruido. FOTO: EFE/Rania Zanoun

El mundo cambió para siempre después del fatídico 11 de septiembre de 2001. Los atentados terroristas en las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington desencadenaron una ofensiva de Estados Unidos en la llamada "guerra contra el terror", que empezó en Afganistán para seguir en Irak y la lucha contra el Dáesh, y 20 años después continúa acaparando la atención de todo el mundo volviendo al punto de partida: Afganistán y el régimen talibán.

Ha sido en Kabul, cerca del aeropuerto, para neutralizar un supuesto atentado suicida. El objetivo era un coche que llevaba una gran cantidad de explosivos. Su conductor ha muerto. Este ataque habría provocado "explosiones secundarias" en una vivienda próxima al vehículo y la muerte de al menos seis civiles, entre ellos tres niños. Todo ello un día después del primer ataque de Estados Unidos contra el grupo terrorista en una provincia del este del país en el que murieron dos terroristas de "alto rango" y en respuesta al atentado del jueves en el aeropuerto de la capital afgana que dejaba 170 muertos, 13 de ellos militares estadounidenses. [Última hora de Afganistán]

Foto: REUTERS/Stringer

  • La amenaza del momento en Afganistán, al margen de los talibanes, es en estos días la filial en el país del Daesh
  • El Estado Islámico de Jorasán se fundó en 2015, en plena expansión del 'califato' que entonces lideraba Abu Bakr al Baghdadi

Los talibanes condenaron el ataque ... y horas después era el autodenomiando Estado Islámico del Jorasán quien se responsabilizaba de él...Un actor que parece complicar la situación...Jorasán son la rama afgana del DAESH surgida en 2014 y su lealtad se la debe a esa organización yihadista... Está compuesto por árabes y antiguos militantes talibanes que se cambiaron de grupo... Durante años han luchado junto a los talibanes con un objetivo común: expulsar a las potencias occidentales y hacerse con el poder en Afganistán... Pero ahora, con la victoria talibán, parecen surgir discrepancias..."Son disputas de poder. El Estado Islámico quiere mantener o renovar el califato mundial que estableció en 2014 en Siria e Irak y y los talibán quieren crear o rehacer el Emirato islámico que crearon por primera vez en 1996"...Otros análistas sugieren que desde hace unos años los talibán se han hecho con el control del Jorasán original y ahora lo utilizan como instrumento en la sombra..." Este Estado Islámico es un paraguas de los talibán para cometer los atentados y los crímenes más atroces y no salir perjudicados desde el punto de vista de las relaciones públicas"...La clave de todo sería, dicen muchos expertos, otro actor: la red o clan Haqani, la organización más temida y sanguinaria de Afganistán... Combatientes yihadistas afganos que, históricamente han estado afiliados a los talibanes y siempre han combatido juntos a ellos... Tienen, incluso, representantes en su cúpula dirigente... Sin embargo, son autonómos y hacen de puente de entendimiento entre los talibanes y grupos terroristas como Daesh o Al Qaeda. FOTOGRAFÍA: WAKIL KOHSAR / AFP.

José Miguel Calvillo, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, ha explicado que el ISIS-K o grupo de Jorasán opera en Afganistán desde 2015. "Pertenece a la familia del Estado Islámico y su área de actuación es la región persa antigua de Jorasán que incluye el este de Irán, Afganistán, el norte de Pakistán y las regiones del sur de Asia Central, pero fundamentalmente ejerce su acción terrorista en Afganistán”, ha explicado en 24 horas de RNE.  También ha señalado que el grupo terrorista busca con sus ataques demostrar que los talibanes no están capacitados para establecer un orden en Afganistán. "El ISIS-K tiene un objetivo doble: ser el azote de occidente y una alternativa a los talibanes", ha sostenido Calvillo. Además, ha comentado que los talibanes "ostentan el monopolio de la violencia" en Afganistán, pero el Estado Islámico de Jorasán "cada vez es más violento": "Sin duda, son un elemento más de inestabilidad a sumar a los existente ya en el país".

Sobre cómo llevará a cabo Estados Unidos la revancha anunciada por Biden tras el atentado en el aeropuerto de Kabul, el profesor ha considerado que, con la salida de las tropas norteamericanas de Afganistán el 31 de agosto, solo podrá realizarse mediante inclusiones aéreas, que violarían el espacio de los talibanes, o financiando a grupos internos que cometan ataques contra el ISIS-K. "Ambas son dos posibilidades complicadas", ha indicado. "Estados Unidos ha gestionado mal la salida de Afganistán, necesitaban un calendario mejor programado, pero una vez ya anunciado, llevar a cabo una misión de venganza o respuesta a los atentados es bastante difícil a corto plazo", ha puntualizado.

"Estados Unidos y los talibanes colaboran a las afueras del aeropuerto de Kabul, tal y como acordó la administración Trump en febrero de 2020. Es también uno de los motivos por los que el ISIS-K acusa de traidores a los talibanes, por colaborar con el enemigo", ha destacado Calvillo.

La rama afgana del Estado Islámico ha tomado el nombre de Jorasán, una antigua región persa que incluye ahora zonas de varios países fronterizos de Asia Central. En Afganistán opera en las provincias de Nangarhar y Kunar, con células durmientes en ciudades como Kabul. El grueso lo forman yihadistas afganos y paquistaníes reforzados por antiguos combatientes en Siria e Irak. En 2019 mataron a 90 personas que asistían a una boda en Kabul pero también han atentado contra hospitales, sin olvidar a las tropas extranjeras. El grupo de Jorasán, surgido en 2015, también está enfrentado a los talibanes porque estos no han reconocido al estado islámico y negocian con los occidentales.

Chema Gil, profesor colaborador del Centro Universitario ISEN de Cartagena y co-director del Observatorio Internacional de Seguridad dice que el escenario actual de Afganistán es el peor posible, porque hay una volatilidad total. Según Gil, el atentado de ayer es un mensaje al escenario interior de Afganistán que busca también estimular procesos de captación en Europa. “El escenario es desconcertante, incierto. Es posible que el DAESH intente volver a hacerse presente. Quiere generar nuevos contextos. Decir, estamos aquí, seguimos aquí, estáis en el punto de mira de nuestro objetivos”, ha dicho en RNE. Según Gil, incluso se puede dar la circunstancia de que ahora los talibanes colaboren con países como EEUU para intentar destruir la capacidad que pueda tener este grupo en la zona. En todo caso, descarta que las operaciones se vayan a prolongar más allá del día 31 y pronostica un olvido de la situación cuando pase un tiempo: “La realidad de Afganistán se apagará y nos encontraremos a una sociedad sometida a un régimen propio de siglos atrás”.