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Se cumple un año del último enfrentamiento bélico serio entre Hamás e Israel. Analizamos cómo están las cosas a día de hoy con nuestra corresponsal en Jerusalén, María Gámez. Conectamos con Fran Sevilla, nuestro enviado especial a Kramatorsk, en Ucrania. Hablaremos con la analista Ágeuda Parra sobre las consecuencias a medio y largo plazo que puede tener el conflicto en Ucrania en cuanto a la geopolítica mundial. También estamos en Afganistán, donde los talibanes han impuesto el "burqa" a las mujeres del país. Y estamos pendientes del resultado electoral en Filipinas.

Según los sondeos, las elecciones en Filipinas tienen un claro ganador: quien sucederá al actual presidente, Rodrigo Duterte, es Ferdinand Marcos Junior, hijo del fallecido dictador, Ferdinand Marcos, que dirigió con puño de hierro el país durante dos décadas. Analizamos quién le apoya, sus propuestas y las posibilidades de la otra candidata con más respaldo, Leni Robredo, actual vicepresidenta. Un reportaje de Isabel Dólera.

Lula da Silva regresa a la arena política. A sus 76 años busca su tercer mandato como presidente de Brasil y llama a la unidad para recuperar la soberanía y la democracia. Un antiguo rival, el liberal Geraldo Alckmin, será su número dos en un intento para atraer al centro y al mundo empresarial. Lula se ha enfocado en la pobreza y en los muertos por la COVID-19 para atacar al Gobierno del ultraderechista Bolsonaro.

Foto: REUTERS/Carla Carniel

Buena parte del planeta ha celebrado la victoria de Emmanuelle Macrón en las elecciones presidenciales francesas. Se enfrenta a su segunda legislatura en el Palacio del Elíseo, pero lo hace con una especie de luz de alarma encendida: la ultraderecha ha cosechado sus mejores resultados en las urnas. ¿Cómo han reaccionado a esto la Unión Europea y el resto del países del continente? En la Mesa del mundo del informativo 24 horas, analizamos la recepción de la nueva etapa de Macron desde Bruselas, Berlín, Roma y Londres.

Con los corresponsales María Carou, Beatriz Domínguez, Jordi Barcia y Sara Alonso.

La ultraderecha ha logrado el mejor resultado de su historia en las elecciones francesas del domingo, pero ha vuelto a perder en una segunda vuelta electoral. En la formación de Marine Le Pen, Agrupación Nacional, también se abre la incógnita sobre qué estrategia seguir en las parlamentarias que se celebran en junio. Cada vez que se cuentan votos en unas elecciones europeas, los partidos de ultraderecha suman más. En enero, el líder portugués del Chega multiplicó por cinco su apoyo en un país sin apenas presencia de la extrema derecha en el Parlamento. Chega significa Basta. La indignación forma parte de la explicación, aunque las causas son múltiples y distintas.

El recién reelegido presidente francés, Emmanuel Macron, estudia cambios hacia la izquierda para no defraudar a los que le han votado solo con la intención de frenar a Le Pen, y hacia la derecha para responder a los que votaron a su rival. Pero, por el momento, se conocen pocos detalles de sus intenciones. se sabe que va a remodelar su gobierno en unos días, sin esperar a las legislativas de junio, eligiendo quizá a una primera ministra y dando más protagonismo al ecologismo. El presidente francés necesita convence de que esos cambios no son solo cosméticos para no perder el control del Parlamento en las legislativas.

Emmanuel Macron ha sido reelegido este domingo presidente de Francia tras imponerse con claridad en la segunda vuelta de las presidenciales a la ultraderechista Marine Le Pen, que firmó su mejor resultado en unas elecciones, pero fue insuficiente para acceder al poder.

El liberal, de 44 años, ha conseguido el 58,5% de los votos, con lo que vio como se evaporaba la mitad de la ventaja que hace cinco años le permitió ganar la Presidencia, lo que muestra las heridas abiertas en un país por un periodo marcado por las crisis, desde los "chalecos amarillos" a la pandemia.

Otro signo inquietante es la baja participación, con una abstención se ha situado en el 27,6 %, la más alta en medio siglo en una segunda vuelta, solo superada por las presidenciales de 1969, marcadas por la retirada de De Gaulle tras las revueltas estudiantiles del año anterior y por un claro llamamiento a la abstención de la izquierda.