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El nombramiento del expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de la Presidencia en el Gobierno de su sucesora, Dilma Rousseff, ha provocado este jueves un nuevo choque entre el poder ejecutivo y el poder judicial, después de que un juez de Brasilia haya ordenado la anulación cautelar su designación como miembro del gabinete, un cargo que le permitiría blindarse ante la justicia ordinaria pese a su implicación en varios casos de corrupción.

  • El expresidente ha jurado su cargo este jueves ante su sucesora, Dilma Rousseff
  • Casi al mismo tiempo, un juez federal ha solicitado la anulación cautelar del acto
  • El Gobierno ha recurrido y defiende que Lula es ministro, aunque no pueda ejercer
  • La distinción es clave para blindarle ante los casos de corrupción que le afectan

Brasil está envuelto en una crisis política al más alto nivel. A la decisión de la presidenta de aforar a su mentor, a José Ignacio Lula da Silva, envuelto en una investigación por presuntos delitos de corrupción, nombrándole jefe de su gabinete, hay que sumar las comprometidas conversaciones entre ambos que se han hecho públicas, en las que Dilma Rouseff trata de evitar la detención de Lula. El terremoto político y social ha sido inmediato. Miles de personas han salido a la calle pidiendo justicia y dimisiones. La Cámara de Diputados ha anunciado que retoma los trámites para un eventual juicio político con miras a la destitución de la presidenta.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, intervino para intentar evitar una posible detención de su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, según sugiere una grabación de una conversación telefónica entre ambos grabada legalmente por la policía y divulgada hoy por la Justicia.

En la conversación, Rousseff le dice a Lula que le envió con un mensajero un documento con su nombramiento como ministro de la Presidencia para que lo use "en caso de necesidad".

Cientos de personas se han concentrado este miércoles frente a la sede del Gobierno brasileño para protestar contra la decisión de la mandataria Dilma Rousseff de nombrar ministro a su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva.

El numeroso grupo se ha agolpado frente al Palacio de Planalto con carteles contra la corrupción, contra Rousseff y contra Lula, convocados por algunos de los movimientos que el pasado domingo organizaron las manifestaciones contra el Gobierno que llevaron a las calles de todo el país a cerca de 3,5 millones de personas.