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La reunión de los ministros de Finanzas del G20 ha concluido sin un consenso sobre las relaciones comerciales, pero con importantes cambios impulsados por el rechazo de la administración estadounidense a valores tradicionales del grupo, como la retirada de la condena global del proteccionismo o incluir la idea del "comercio justo" y no sólo el "libre comercio".

El presidente francés, François Hollande, ha invitado al presidente del Gobierno español a participar en marzo en una reunión con Alemania e Italia para construir entre los cuatro países un frente común europeo. En la cumbre hispano-francesa celebrada este lunes en Málaga, ambos países, con los respectivos gobiernos casi al completo, han escenificado su apuesta firme por el proyecto de la Unión Europea.

Rajoy y Hollande han mantenido una reunión en la que han abordado a los principales retos a los que se enfrenta la Unión Europea. Ambos han firmado varios acuerdos en materia de lucha contra el terrorismo y contra el tráfico de drogas, además de inversiones en infraestructuras. 

El presidente francés ha invitado a Rajoy a participar en una cumbre a cuatro que se celebrará en Versalles el próximo 6 de marzo y a la que asistirán también la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni.

La Cancillería alemana como el centro de guardia en tiempos de muchas incógnitas. Ángela Merkel como anfitriona de los cinco países con más peso de la Unión Europea, los seis más fuertes en la Otan. Y sobre la mesa, la lucha contra el Estado Islámico, sobre la que Barack Obama ya dijo anoche no espera grandes cambios. Theresa May y Mariano Rajoy pusieron énfasis en el debate sobre refugiados e inmigrantes.

Las llamadas a la paz y al diálogo han resonado en la Asamblea General anual de la ONU celebrada esta semana en Nueva York. La mayoría se han centrado en la crisis bélica de Oriente Medio, especialmente la guerra de Siria, un conflicto que ha comprometido la convivencia internacional como ningún otro desde las grandes confrontaciones mundiales del siglo XX. Tanto por la tensión entre intervinientes como por la oceánica crisis de los refugiados que huyen del desastre.

La última tregua, avalada por todas las potencias en juego, Rusia, Estados Unidos, la oposición y el ejército de Asad, fue la oportunidad más respaldada desde el principio de las hostilidades para empezar a tejer la paz. Sin embargo, el alto el fuego ha quedado en un cese fallido, interrumpido por bombardeos en sus últimos días y coronado por el ataque aéreo a un convoy de ayuda humanitaria con suministros para 78.000 personas, que dejó al menos 21 muertos.

Este incidente ha desatado un intercambio de acusaciones sin responsabilidades claras que, sumado a nuevos bombardeos sobre la población civil en Alepo, ha ensombrecido el horizonte sirio y enmarañado la arena diplomática. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó el ataque de "repugnante, salvaje y aparentemente deliberado". Más fotos de niños ensangrentados para un horror cotidiano que los buenos propósitos en Nueva York no alivian.

El presidente de EE.UU., Barack Obama, ha urgido este martes a elegir un "mejor modelo de cooperación" e integración entre los países frente a un "mundo profundamente dividido", en el inicio de su último discurso ante la Asamblea General anual de la ONU. "Debemos ir hacia delante, no hacia atrás", ha dicho Obama.

En un contexto internacional muy marcado por las guerras en Oriente Medio, sobre todo la de Siria y el fracaso de la última tregua, así como la crisis de los refugiados consecuente, Obama ha hecho un llamamiento a la solidaridad. "Muchos países podrían hacer más para ayudar a los refugiados, particularmente los más ricos", ha dicho. El mandatario estadounidense ha apuntado que el mundo "será más seguro" si los refugiados reciben ayuda y ha anotado que algunos países están haciendo lo correcto, pero otros no.

Obama ha afirmado que, ante los desafíos actuales, entre los que mencionó la no proliferación nuclear, el combate a enfermedades como el zika o la crisis de los refugiados, todos los países tienen que "hacer más". El rechazo de "cualquier forma de fundamentalismo y racismo", y la defensa de la "democracia real" frente a los modelos autoritarios guiados por "hombres fuertes", han sido otros de los argumentos que el inquilino saliente de la Casa Blanca ha subrayado ante la Asamblea de la ONU.