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Los profesores de escuelas públicas de Río de Janeiro (Brasil), en huelga desde hace dos meses, volvieron el martes a salir a la calle, en una marcha que acabó en choques entre la Policía y un pequeño grupo de manifestantes.

La protesta, que convocó a unas 20.000 personas, paralizó por completo el centro de la ciudad.

Media hora después de finalizar, unos 300 jóvenes se enfrentaron a la policía con piedras, bengalas y cócteles molotov. Un vehículo policial acabó calcinado y se registraron daños en algunos bancos.

Los manifestantes más exaltados, que según informa Efe se identificaron como miembros del "Black bloc", un grupo que defiende el uso de la violencia en las protestas, utilizaron como escudos las propias placas de acero que los comerciantes habían instalado como protección de sus locales.

La Policía utilizó gases lacrimógenos, lo que extendió los incidentes hacia diferentes calles del centro de Río.

Un motociclista que circulaba por las calles de la ciudad brasileña de Sao Paulo ha grabado como un menor le obligaba a detenerse a punta de pistola. Los ladrones son dos y se disponen a llevarse la moto. Pero de repente aparece un polícia, que dispara a uno de ellos. Al parecer, el asaltante sólo resultó herido y ahora está detenido.

Las marchas de apoyo a los profesores públicos que están en huelga desde el mes pasado en el estado brasileño de Río de Janeiro terminaron en enfrentamientos entre la policía y grupos de manifestantes tanto en esta ciudad como en Sao Paulo. Los enfrentamientos en Río de Janeiro ocurrieron poco después de que unas 20.000 personas participaron en la marcha de apoyo a las reivindicaciones de los profesores, Pese a que los profesores y miles de estudiantes que respaldan su huelga marcharon pacíficamente desde la iglesia de la Candelaria hasta la plaza de la Cinelandia, un tradicional local de protestas políticas ubicado frente a la sede del Concejo Municipal, pequeños grupos de encapuchados se infiltraron entre los manifestantes y provocaron a la policía.

La Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, NSA, espió directamente a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y al de México, Enrique Peña Nieto, según reveló el pasado domingo el canal de televisión Globo.

El Gobierno brasileño, que ha reaccionado con indignación frente a la denuncia del espionaje de los teléfonos y correos electrónicos de la presidenta Dilma Rousseff, ha pedido explicaciones "rápidas" y "por escrito" a Estados Unidos, pero no ha aclarado qué respuesta concreta dará a lo que ha calificado de "violación inaceptable de la soberanía".

Por su parte, el Gobierno de México ha pedido una "investigación exhaustiva" que determine las responsabilidades correspondientes. La Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE), indicó en un comunicado que ha citado al embajador de Estados Unidos, Anthony Wayne, para expresar su "enérgico extrañamiento".

Por el momento han sido rescatados siete cuerpos sin vida y 22 heridos, y se cree que podría haber todavía varias personas atrapadas bajo los escombros. Los servicios de emergencia brasileños continúan buscando superviviente. La mayoría de las víctimas son obreros ya que se trataba de un edificio en construcción, aunque también han quedado sepultados varios transeúntes. Por el momento se desconocen las causas del desplome.