Enlaces accesibilidad
arriba Ir arriba

Desde el pasado mes de agosto, la ciudadanía de Bielorrusia no ha dejado de mostrar su rechazo al fraude electoral, con movilizaciones masivas cada semana en todo el país. La UE acaba de sancionar a diversas autoridades del país, aunque Alexander Lukashenko, en la presidencia de la antigua república soviética desde hace 26 años, ha esquivado estas medidas punitivas, pese a la represión con la que intenta acallar el malestar de quienes rechazan su continuidad. Frente a esa represión, la oposición ha apostado por poner a las mujeres en primera línea de las movilizaciones y de la política. Una estrategia "en femenino" que nos detalla Javier Álvarez en este reportaje.

En esta Mesa del Mundo tratamos dos temas importantes que la Unión Europea tiene sobre la mesa: las relaciones con Turquía y la situación en Bielorrusia. Sobre el primero, Francia y Alemania prefieren la vía del diálogo para resolver la crisis, aunque Merkel ha reconocido que la relación con el país de Erdogan es "compleja; relacionado con esto, Chipre bloquea la unanimidad necesaria para imponer sanciones a Bielorrusia si no se aplican también a Ankara. Preguntamos sobre estos y otros temas a nuestros corresponsales: María Carou, corresponsal comunitaria en Bruselas; Gabriel Herrero, corresponsal en Alemania; y Paco Forjas, corresponsal en Francia.

Más de un mes después de las elecciones que dieron la victoria al presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, continúan las protestas en el país y también las detenciones, casi 1.000 durante el fin de semana. Nina Bahinskaya, de 73 años, lleva toda una vida de activismo en Bielorrusia, sorteando las dificultades para protestas. El domingo fue detenida y, aunque fue puesta en libertad en unas horas, la imagen ya ha dado la vuelta al mundo. Apodada como la 'bisabuela' activista del país, Bahinskaya sigue dispuesta a luchar por el futuro de su país.

En Bielorrusia, la oposición denuncia la detención de María Kolesnikova tras negarse, al parecer, a ser expulsada a Ucrania. Un capítulo confuso que añade más incertidumbre en un país donde Lukashenko admite ha estado más tiempo de la cuenta y afirma que se queda en el puesto porque es el único que puede defender la soberanía del país frente al ataque de, según él, Estados Unidos, cuyo objetivo final sería Rusia.