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El secretario del Papa y prefecto de la Casa Pontificia, Georg Ganswein, y las cuatro laicas consagradas que cuidan al Papa, acompañarán a Benedicto XVI durante su estancia en Castel Gandolfo y después en el monasterio del Vaticano donde vivirá.

Un acto emotivo en el que ha explicado cómo fue el Concilio Vaticano II en el que participó como perito. Mientras, se van desgranando detalles de cómo será su vida después del 28 de Febrero. El portavoz del Vaticano ha dicho que el grupo de personas que habitualmente le cuida, acompañará al Papa en el Monasterio.

Benedicto XVI se ha despedido del clero de Roma en una emotiva reunión en la que ha contado anécdotas, ha reído y ha confiado a los sacerdotes que, aunque se retira para la oración y para el mundo permanecerá "desaparecido", estará cerca de ellos. "Debido a mi edad, no he preparado un gran discurso para hoy sino una charla", ha afirmado el papa, que no tenía ningún texto preparado y ha hablado de forma espontánea.

"Si me retiro ahora a la oración, seguiré a vuestro lado y vosotros al mío. Incuso si permanezco escondido al mundo", ha asegurado ante los obispos auxiliares de la diócesis de Roma y los centenares de sacerdotes que le han acogidocon aplausos, vivas al papa y otras muestras de cariño a su llegada al Aula Pablo VI. Aunque la cita ya estaba prevista, ha adquirido un significado mayor ya que es la última vez que se reúne con ellos antes de renunciar al papado el próximo 28 de febrero.

IÑAKI DÍEZ (Corresponsal de RNE en Roma).- Benedicto XVI dio este miércoles su visto bueno al nuevo presidente del Banco Vaticano. Éste se hará cargo del Instituto para las Obras de la Religión en los próximos días. Al parecer se trata de un banquero belga.

Es curioso que un papa que se va cierre uno de los puestos que más quebraderos de cabeza han dado a los pontífices. Benedicto XVI es un hombre frágil de decisiones y palabras firmes. Y lo está dejando claro en la recta final del pontificado.

El sillón del presidente del Banco Vaticano estaba vacante desde el 26 de mayo. Es un puesto innecesario, sus funciones las cubren perfectamente, el Consejo de Administración, han dicho en estos meses en la Santa Sede. Y, sin embargo, en el momento del adiós, Joseph Ratzinger lo deja como herencia.

La decisión de nombrar nuevo presidente del banco alimenta las incógnitas que se viven en la Santa Sede. ¿Cómo será la convivencia de dos papas? ¿Cuál será el papel de Ratzinger? ¿Qué tratamiento debe recibir un papa dimisionario?

Pero él sigue con su agenda. Este jueves se encuentra con el clero de Roma. Les dirá unas palabras improvisadas, las últimas antes de marchar.

Por cierto que el alcalde de Roma, Gianni Alemano, ha pedido al primer ministro, Mario Monti cinco millones de euros para dotar de la infraestructura necesaria a los actos de las próximas semanas en Roma.

Consciente de la expectación que ha provocado, el Papa hacía su entrada en el Aula Pablo VI, para presidir su penúltima audiencia, muy distinta de aquella otra, la primera, el 23 de abril de 2005. Cuatro días antes había sido elegido para suceder a Juan Pablo II. Han pasado casi ocho años y, tras comunicar que renuncia por su avanzada edad, el Papa ha querido explicar ante los fieles las razones que le han llevado a tomar la decisión. "En plena libertad, ha dicho, y consciente de la gravedad de tal acto, pero consciente también de no estar ya en condiciones de ejercer el Ministerio petrino, con la fuerza que requiere". El Papa dejará de serlo el 28 de febrero a las ocho de la tarde. El cónclave para elegir al sucesor de Benedicto XVI comenzará entre el 15 y el 20 de marzo.

Benedicto XVI ha agradecido este miércoles el "amor" con que los fieles católicos le han acompañado durante su papado, y ha pedido ese afecto se mantenga "para la Iglesia y el futuro papa".

Benedicto XVI ha hablado ante centenares de fieles que han asistido a la audiencia de todos los miércoles en el Vaticano. Se trata del primer acto público del papa solo dos días después del anuncio de que renunciará a su pontificado el próximo 28 de febrero.

"Como sabéis, he decidido renunciar al Ministerio (...) lo hago en plena libertad, por el bien de la Iglesia, tras pensarlo mucho y examinar ante Dios mi conciencia", ha dicho Joseph Ratzinger. El papa ha admitido que no está en condiciones de atender a sus obligaciones "con la fuerza que eso requiere".

Tras agradecer el calor de los presentes, Benedicto XVI ha pedido que dicho amor y afecto se traslade tanto a la Iglesia como al "futuro papa". "El Señor nos guiará"ha concluido antes de pasar a comentar un fragmento de la Biblia.

Aunque Benedicto XVI no dejará el Pontificado hasta el 28 de febrero ya se barajan las quinielas sobre su posible sucesor. En Italia se habla de la posibilidad de que sea italiano pero no se descarta un Papa no europeo en esta nueva etapa.

Serán casi 8 años de un Papado que comenzó con el extraordinario reto que significaba suceder a Juan Pablo II, y en el que Joseph Ratzinger ha ido imprimiendo poco a poco su propia personalidad. Benedicto 16 no se encuentra con fuerzas para seguir y los expertos dicen que no es únicamente una cuestión de edad. Creen que está cansado y solo. Elegido a los 78 años, el suyo se esperaba un pontificado de transición, pero sus casi 8 años han resultado muy convulsos. Tuvo que afrontar los escándalos por los abusos sexuales a menores, cometidos durante décadas en la Iglesia católica. Pidió perdón en varias ocasiones y cambió las leyes para que los culpables rindieran cuentas ante la justicia, y no sólo ante Dios. Pero para las asociaciones de víctimas actuó tibio y tarde, y algunas denunciaron su propia gestión del problema, como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. La investigación que destapó irregularidades en la Banca Vaticana, la crisis en los Legionarios de Cristo o la filtración de documentos secretos, dejaron en evidencia graves deficiencias de gestión y luchas fraticidas en la Curia. El propio Ratzinger había expresado en el libro Luz del Mundo, que si un Papa no se siente con fuerzas, debería renunciar. Él lo ha hecho. En los últimos meses aparecía ante los fieles con evidentes muestras de cansancio. Lejos quedaba su imagen de todopoderoso Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la antigua inquisición, a quien llegaron a calificar como el rottweiler de Dios. Benedicto 16 se va y este gesto, dicen los vaticanistas, le humaniza. Quiere estudiar, escribir y rezar. Volver a sus orígenes de teólogo. El Colegio cardenalicio tendrá que interpretar, eligiendo a su sucesor, si ha llegado el momento de un cambio de rumbo.

El anuncio de Benedicto XVI ha conmocionado a Italia en plena campaña electoral. Y es que en las próximas semanas no sólo va a haber un nuevo Pontífice, sino nuevos responsables del gobierno y el Estado italiano.

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi dice que el Papa está agradecido por los muchos testimonios, bellos, positivos, que le llegan de gratitud por el servicio que ha cumplido y también por los que expresan disgusto, porque hubieran preferido que continuase con su Ministerio. Pero vive esta situación con enorme serenidad espiritual.

  • España es el tercer país con mayor número de purpurados
  • Cinco de ellos son electores en el proceso
  • Este lunes el papa anunció su renuncia para el 28 de febrero