El móvil, los videojuegos o el porno: las adicciones a las que se enfrenta la 'Generación Click'
- Los casos de agresiones de hijos enganchados a padres han crecido un 400%
- No te pierdas Generación Click, la serie documental sobre el abuso de la telefonía en adolescentes
Videojuegos, redes sociales, drogas... Las adicciones a las que se enfrentan los jóvenes hoy en día adquieren distintas formas. El tercer episodio de Generación Click aborda algunas de ellas, las consecuencias que tienen y el papel de los padres a la hora de ponerles límites.
El teléfono móvil, el mayor foco de problemas
Uno de los principales temas de este capítulo es la adicción al móvil. Para los niños y adolescentes, su uso parece inofensivo. "Si un padre quiere comprobar si su hijo tiene un problema de adicción a las nuevas tecnologías, retirándole el móvil o la tablet puede comprobar qué tipo de comportamientos tiene posteriormente", explica Pablo Fernández, director terapéutico en Clínica INTASTUR. Si desarrolla problemas de irritabilidad, ansiedad u otros trastornos, el enganche es real. Nicole, de nueve años, es un claro ejemplo. Patricia, su madre, de 41 años, cuenta que puede estar horas sin comer o sin ir al baño, pero si le quitan el teléfono llora o se inventa dolores. "'Me duele aquí, me duele aquí, estoy mala...'. Es que está muy metida, muy metida de... ¿La palabra? Enganchada".
El scroll infinito es el responsable de que muchos adolescentes pierdan la noción del tiempo. "Cuando algo no tiene fin es muy difícil, con problemas de autocontrol, que seas tú el que decida poner fin", explica el sociólogo Guillermo París. "En una película, cuando termina, te levantas y haces otra cosa. TikTok no termina nunca", detalla. Iker y Raúl, hermanos de 13 y 15 años, son conscientes de que la plataforma genera "enganche" y se han planteado dejarla. "TikTok es una droga porque te engancha y, hasta que no dices 'basta' después de un montón de 'basta' anteriores, no lo dejas", sostiene el mayor. Para Javier Albares, médico del sueño, la responsabilidad de poner límites recae en los padres.
Cuando las adicciones se van de las manos
Los adolescentes con dependencia, sea a la sustancia que sea, tienen menos empatía y son propensos a no tolerar bien la frustración. Alma (38), madre de Juan Ramón (18), explica que en más de una ocasión ha vivido momentos de tensión. "Yo he ido a abrirle la puerta, y decirle 'Juan Ramón, vamos a comer', y se ha puesto loco perdido: '¡Que me están matando! ¡Que te vayas de aquí!'", relata. En el caso de Alejandro, de 17 años, él fue más allá y le acabó pegando a su madre Vanessa (43), aunque no lo recuerda. Las estadísticas apuntan a que los casos de violencia entre padres e hijos han crecido un 400% en los últimos años, sostiene Estanislao de Kostka Fernández, sociólogo y abogado. Entre los motivos de este ascenso está el uso del móvil. Aunque son pocos, también ha habido asesinatos de padres o abuelos por haber dejado a los niños sin Wifi.
Alejandro, junto a su madre Vanessa, habla de su adicción a los videojuegos. RTVE
"Si yo pudiera volver al día en el que compré el iPhone, no lo compraría. Fue el gran error de mi vida, fue mi propia tumba", relata Carlos Rogelio Rodríguez. Fue absuelto de una denuncia impuesta por su propia hija pequeña, que declaró que la agredió al quitarle el móvil. Ahora no puede verla ni a ella ni a su otra hija, y lamenta que un móvil rompiera su familia. Maite Garaigordobil, psicóloga clínica y catedrática de la Universidad del País Vasco, sostiene que hay que poner límites a los más pequeños y que no hay que tener miedo de ponerlos. "Tienen miedo de que ese hijo o hija, si tú le quitas el móvil y le dices que no, no te va a querer", comenta la socioterapeuta Nuria Barot.
Videojuegos, cajas de recompensas y ludopatía
"En nuestro cerebro hay unas neuronas que se activan delante del placer, que nos señalizan aquello que nos gusta y los videojuegos las activan de una manera muy marcada", explica Diego Redolar, experto en neurociencia y psicobiología de la Universidad Oberta de Catalunya. Juan Ramón, que dice haber jugado con los mejores, afirma que su autoestima se ve reforzada cuando esto sucede. "No es que [el juego] cree adicción, es que esa persona se siente a gusto allí. Esa es la adicción", Nuria Barot.
Los casos que se encuentran los especialistas pueden llegar a ser severos, como adolescentes que están 48 o 72 horas delante del ordenador. "Resulta que ha estado durmiendo y lo han llamado a las 3 de la mañana: 'Juan Ramón, despierta, que están atacando la base'. Y Juan Ramón se ha tenido que levantar a las 3 de la mañana, con los ojos pegados, a defender la base que estaban atacando. O sea, una locura", cuenta su madre Alma. Su hijo y otros muchos han perdido por completo la concepción del riesgo.
Iker le pide un euro a su madre para conseguir mejoras en un juego. RTVE
Otro frente en el mundo de los videojuegos son las cajas botín o loot boxes, que animan a los menores a invertir dinero para mejorar sus posibilidades. En ocasiones, muchos lo hacen por el "postureo", por no quedarse fuera de las modas. No obstante, el peligro es caer en las apuestas reales, perdiendo su propio dinero y sorteando las limitaciones de edad utilizando el DNI de sus padres.
Bebidas energéticas, porno y drogas: los otros frentes
Pese a que algunas comunidades prohibieron el consumo de bebidas energéticas entre los menores de 18 años, lo cierto es que se siguen tomando. "Nos las vendieron como un refresco más y la realidad es que el consumo continuado de bebidas energéticas en la adolescencia produce ansiedad, exacerba trastornos mentales, insomnio...", detalla Lucía Galán, pediatra y escritora. El papel de los streamers, que muchos la publicitan en sus directos, impulsa a muchos niños a probarlas y beberlas asiduamente.
Otro grave problema es el del porno: según los datos de UNICEF, la edad de acceso cada vez se rebaja y se sitúa entre los nueve y los once años. The Economist cifra en 800 millones las páginas dedicadas a estos contenidos. Aunque han surgido iniciativas para controlar la entrada a menores, como Bouncer, de momento ninguna se ha puesto en marcha. Javier Albares, también autor del libro La Ciencia del Buen Dormir, defiende que los temas de salud pública deben ser una prioridad para la clase política: "Es hora de legislar ya".
Entre los jóvenes es realmente fácil conseguir drogas, sobre todo en redes sociales. RTVE
La mercantilización del cuerpo también está a la orden del día. "Conozco a gente que ha vendido fotos por... incluso 50 euros. Una foto. Ya sea de pies, de los pechos, de las zonas íntimas... ¡Pero por 50 euros una foto! O que se ha dejado tocar por 80 euros. Y menores de edad, que es lo más chocante", cuenta Cristina, de 17 años. El otro asunto son las drogas. "Yo tengo muchos conocidos de mi edad que venden droga", relata Laia, de 15. Para ellos, es muy fácil de conseguir y de vender, especialmente a través de las redes sociales.