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¿Está completo y bien preparado tu kit de supervivencia? Esto es lo que recomienda un experto

  • La Unión Europea establece una guía "poder subsistir durante al menos 72 horas" ante una catástrofe. ¿Qué debe incluir ese kit?
  • Ignacio Luis Ortega, experto en supervivencia en Podría ser peor: "Estar preparado no te garantiza el éxito, pero no estarlo te garantiza el fracaso"
Kit de supervivencia

Ciberataques, fenómenos climáticos cada vez más extremos, tensiones geopolíticas en aumento… No es ciencia ficción, es la realidad. Aunque no queramos pensar en ello, nadie está exento de enfrentarse a una emergencia. Y no es necesario que estalle una guerra o que se produzca un desastre natural para que la normalidad se convierta en supervivencia. Basta con un gran apagón o un simple fallo en el suministro para poner a prueba nuestra capacidad de adaptación.

La incertidumbre es parte de la vida y actriz protagonista del presente, y la Unión Europea ha tomado nota: el martes anunció una guía en la que recomienda a sus ciudadanos almacenar artículos necesarios para "poder subsistir durante al menos 72 horas sin necesidad de ayuda del exterior".

Pero Bruselas no es la única con esta opinión. Ignacio Luis Ortega, instructor de la Escuela Española de Supervivencia y colaborador de Podría ser peor, lleva meses insistiendo en la importancia de aprender a sobrevivir. Porque no se trata de un pasatiempo, sino de una necesidad. "¿Quién te ha dicho que a lo largo de tu vida no vas a vivir una o varias situaciones que te pongan en peligro?", plantea.

"El cementerio está lleno de 'yo creía' y 'yo suponía'", señala. Y no es alarmismo. Tampoco son paranoias. Para el experto todo esto es sentido común. Tu pasado puede salvar tu presente y también darte un futuro. "Estar preparado no te garantiza el éxito, pero no estarlo te garantiza el fracaso", advierte.

"Sobrevivir es muy difícil. La mejor supervivencia es la que no se tiene pero, para eso, hay que prever las cosas", sostiene. Sin embargo, no todo vale. De poco sirve ser previsor si no se sabe cómo.

Por ejemplo, ¿qué utilidad le puedes dar a un mechero que se te ha mojado? Exacto. Por eso Ortega lo tiene claro: "lo primero es formarse y aprender a ser más inteligente" . "No tenemos la piel del oso polar para aguantar el frío, ni la agilidad del mono para coger fruta de los árboles, pero sí disponemos del arte de razonar y de aprender", entre otras cosas, por qué no, a aprovechar las "más de 30 utilidades que ofrece una simple lata de aluminio".

Y es que, aunque el abordaje a posteriori, una vez pasado el shock inicial, será distinto según el tipo de emergencia que enfrentemos, hay unos básicos que todos deberíamos conocer. Algo así como los cuatro mandamientos de la supervivencia: saber hacer fuego, buscar o construir refugio, encontrar comida y potabilizar agua.

"El tema psicológico va después. Primero tienes que salir del tramo", comenta Ortega. "Es lo mismo que ocurre con los primeros auxilios: lo importante para salvar la vida de alguien se da en los cinco minutos del principio, porque la ambulancia tardará unos 45 minutos, si es que llega", añade.

¿Qué debe llevar un kit de supervivencia?

Así, disponer en estas situaciones de un kit de supervivencia así como de los conocimientos primarios puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. Agua, alimentos básicos, medicamentos, documentos de identidad, una linterna, un mechero, una navaja, dinero en efectivo, un cargador de móvil, una batería portátil y una radio a pilas son los enseres que, desde Bruselas, consideran imprescindibles a la hora de elaborar esta mochila. Pero, ¿es suficiente?

Para Ortega, no. Echa en falta un elemento esencial: el refugio. "Una manta térmica, que apenas cuesta un euro, puede salvarte la vida”, asegura. Porque un refugio no tiene por qué ser una tienda de campaña; basta con algo que te proteja del frío o del calor extremo.

Eso sí, de nuevo, insiste, hay que saber cómo usarlo. La información es poder: "la manta térmica no transpira, sino que refleja tu calor hacia dentro. Por lo tanto, debes ponerte una prenda en la cabeza y evitar el contacto directo con superficies frías para no perder energía".

También es crucial incluir herramientas fiables que permitan hacer fuego cuando sea necesario. Que no fallen. En este sentido, lo natural, "un eslabón de acero, un pedernal (un tipo de roca) y un poco de yesca" pueden ser una alternativa muy eficaz. "Al rachear el pedernal, saltan chispas que prenden la yesca y, soplando, consigues fuego", explica Ortega.

Algo similar sucede con una pila eléctrica y el aluminio. Si llevas ambos elementos en tu kit, al juntarlos, obtendrás fuego. Aunque, si lo prefieres, siempre está la opción de portar un "clásico de la supervivencia como es un ferrocerio, o de envolver varios mecheros en FISO para que no se mojen".

Porque del fuego sale agua. "Podemos potabilizar agua hirviéndola con una bolsa de plástico o una botella de plástico transparente y un mechero", indica un Ortega quien también recomienda incluir en el kit un recipiente para llevar a cabo este proceso y otros métodos igual de seguros y trascendentales: pastillas de cloro, unas gotas de Betadine —el yodo en pequeñas dosis elimina bacterias— o filtros cerámicos capaces de purificar incluso agua con barro.