Hacemos historia: por primera vez una nave entra en la atmósfera solar
- La sonda “Parker” de la NASA llega a la atmósfera solar por primera vez en la historia
- En los próximos cinco años prevén que se acerque tres veces más al sol, alcanzando su máxima cercanía
- Te lo contamos en La Mañana
El ser humano ha vuelto a hacer historia: la sonda “Parker” de la NASA ha logrado llegar hasta la atmósfera solar por primera vez, en un ambiente que se encuentra a un millón de grados y con vientos que rondan los 150 Kilómetros por segundo.
La nave “Parker Solar Probe” despegó en 2018 con la misión de estudiar al astro rey. En abril y noviembre del 2018 Parker tuvo dos acercamientos al Sol, una proeza porque hasta ahora solo se había conseguido realizar mediciones a la distancia de una unidad astronómica (150 millones de kilómetros)
Ahora, desde la NASA, informan sobre los primeros resultados proporcionados por esta sonda solar, que revela que la estrella es más violenta de lo que en un principio se estimaba.
La misión principal de los científicos en esta incursión consiste en tratar de comprender por qué las capas más superficiales de la atmósfera solar, denominada corona, alcanzan unas temperaturas de un millón de grados, mientras que en las que están en superficie se encuentran a tan “solo” 5.000 grados. Unos datos que ayudarían a comprender cómo se produce las ondas de partículas y campo magnético que constituye el viento solar. Un viento que transporta energía hacia el espacio a una velocidad que puede alcanzar los miles de kilómetros por segundo.
Esta investigación también tiene mucha importancia para la Tierra, porque conocer cómo ocurre el calentamiento o cómo fluye el viento solar, mejorará las previsiones para saber si una eyección de masa coronal, es decir, una erupción del Sol, podría impactar en la Tierra o ser una amenaza para los astronautas.
En los próximos cinco años está previsto que la sonda Parker se acerque tres veces más al sol, llegando hasta los seis millones de kilómetros de su superficie, su máxima cercanía al astro. Un hecho que permitirá a los científicos seguir investigando si las ondas solitarias son las que calientan la corona, y comprobar si la rotación del viento alrededor del Sol sigue aumentando o no.
