Investigación: La estafa del azafrán
- El azafrán español, y en particular el que proviene de La Mancha, es reconocido como el mejor azafrán del mundo
- En La Mancha el proceso de recolección, mondado y tostado del azafrán se hace de manera totalmente artesanal, a diferencia del extranjero, que es más mecanizado porque se emplea menos cantidad de mano de obra para reducir los costes.
Nos encontramos en plena época de recolección de azafrán, un producto alimentario conocido también como el “oro rojo”. El español, y en particular el que proviene de La Mancha, es reconocido como el mejor azafrán del mundo. El problema es que muchas empresas se aprovechan para vender el producto proveniente de Irán, China o Grecia como si fuera español. Esto se debe a que la legislación no obliga a etiquetar la procedencia del producto, basta con poner un equívoco “elaborado en España” o “envasado en España” para llevar a error al cliente.
En el programa de investigación de La Mañana varios agricultores y nuestro cocinero Sergio Fernández nos facilitan las claves para diferenciar el azafrán español del que procede de otros países.
Por otra parte, hemos entrevistado a una empresa envasadora que tiene una marca con Denominación de Origen (DO) y otra con origen España. Aun así, reconoce que también envasan azafrán más barato procedente de irán.
¿Qué diferencias existen en la elaboración del azafrán expañol y del extranjero?
En La Mancha el proceso de recolección, mondado y tostado del azafrán se hace de manera totalmente manual y artesanal, a diferencia del extranjero, que es más mecanizado y en el que se emplea menos cantidad de mano de obra para reducir los costes.
Sergio incide en que el podemos descubrir las diferencias a simple vista, empezando por la tonalidad, el tamaño, y observar si tiene las hebras unidas al pistilo. Pero quizá la razón más evidente para detectar el fraude es que el manchego tiene un precio de 8€ el gramo, mientras que el del Irán es de tan solo 2€. Y también es importante saber que el primero lleva denominación de origen y el extranjero no tiene ni origen y en muchos casos ni siquiera está etiquetado.
Si por casualidad llega a nuestras manos un bote de azafrán y no sabemos el precio o nos cuesta distinguir las cualidades físicas del producto, podemos hacer “la prueba del agua”: trituramos un poco el azafrán y echamos dos vasos de agua, el manchego flota y además tiñe el agua enseguida, mientras que el iraní se hunde y colorea el agua con menor intensidad.
