El otoño en Cantabria: La Magosta
- La tradicional fiesta de la Magosta llega con el otoño y el frío
- El Parque Natural del Saja Besaya es un paraíso natural de hayas y robles
El otoño se acerca y con él vienen el fuego, las chimeneas, las castañas y el frío. Para vivir más intensamente esta época del año nos movemos al Parque Natural del Saja Besaya, el más grande de la comunidad cantábrica.
Parque Natural del Saja Besaya
Este parque natural se creó por la necesidad de preservar sus innumerables valores naturales, geomorfológicos, botánicos, faunísticos y paisajísticos, y tiene una estrecha vinculación con la Reserva Nacional del Saja, dentro de cuya superficie se ubica.
Se puede pasear y realizar diferentes rutas por el parque y sus bosques de hayas y robles. La superficie del parque ocupa zonas de seis municipios: Ruente, Cieza, Arenas de Iguña, Cabuérniga, Los Tojos y Campoo de Suso. Esta reserva constituye un paraíso natural llena de colores.
Y además de colores, Cantabria posee muchos productos que forman parte de la gastronomía tradicional de la tierra, como las setas, las castañas, la alubia, … Y es que el otoño es época de castañas y setas.
Los bosques de castaños en el norte de España propician una fiesta en la que los árboles están presentes de dos modos distintos: con la castaña, fruto del árbol; y con el fuego que procede del carbón vegetal elaborada a partir de la leña del bosque.
La Magosta
Con estos fuegos y estas castañas cobra vida una de las fiestas más tradicionales de regiones del norte: el Magosto en Galicia y la Magosta en Cantabria. Estas fiestas señalan la llegada del frío y despiden cualquier atisbo del sol del verano.
Con estas temperaturas, lo que más apetece es asar las castañas al fuego en la Magosta, como ocurre en Ruente, Coo y demás pueblos de Cantabria.
Los vecinos cántabros asan las castañas al son de la música de gaitas, pito y tambor. Durante el transcurso de la Magosta, algunas mujeres reparten las ‘carboneras’, unos dulces típicos de la zona elaborados a base de chocolate, castañas y miel. Tienen forma de un trozo de carbón, de ahí su nombre.
En Coo, localidad del municipio de Los Corrales de Buelna, las carboneras son un homenaje a las mujeres mayores del pueblo que iban cada día a llevar la comida a sus maridos que trabajaban en el 'joyu' (las pilas de joyos o joyas para elaborar el carbón vegetal) del monte produciendo carbón vegetal. Eran ellas, además, las que después cargaban los pesados sacos de carbón y los llevaban hasta pueblos o ciudades vecinas como Los Corrales o Torrelavega a vender este combustible.