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Corazón

Doña Letizia deslumbra en la entronización del emperador de Japón

  • Ha lucido dos diseños de gala para la cena y la ceremonia
  • Muchas casas reales han estados representadas en el acto

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Corazón - Doña Letizia deslumbra en la entronización del emperador de Japón

Ya ha empezado la cena de gala en honor al emperador en Japón Naruhito, tras su entronización esta mañana. Hasta allí se han trasladado los reyes de España, donde la reina ha deslumbrado.

Doña Letizia ha optado en esta ocasión por un vestido rosa y con detalles florales bordados, y ha llevado la corona de flor de Lis,  la tiara más importante de las cuatro que posee el joyero real, reservada a ocasiones excepcionales como esta.

Para la ceremonia,  la etiqueta marcaba vestido largo y tocado, y así lo ha respetado la reina Letizia. La mayoría de diarios nacionales y extranjeros han aplaudido este diseño de estampado floral en fondo verde, combinado con una diadema, un accesorio poco habitual en su armario. Está confeccionada artesanalmente en rafia y terciopelo rosa, y la firma una casa sevillana.

Termina el conjunto con la banda de la orden japonesa de la Preciosa Corona, y ornamenta con unos pendientes de la reina Sofía, de diamantes y esmeraldas, y con uno de los collares de chatontes de la reina Victoria Eugenia. Es la primera vez que lo lleva y está valorado en 175.000 euros.

Representación de las casas reales

Entre los representantes de las casas reales europeas se ha podido ver a Guillermo y Máxima de Holanda, ella con uno de los vestidos más originales del acto; a Federico y Mery de Dinamarca; a Carlos de Inglaterra, que ha acudido solo sin su esposa la Duquesa de Cornualles; a Alberto de Mónaco, también sin su mujer Charlenne; o a Victoria de Suecia y el Rey Carlos Gustavo; a parte de Felipe y Matilde de Bélgica.

Así ha sido la ceremonia

La ceremonia de entronización de la Casa Real más antigua del mundo se ha desarrollado al estilo tradicional, con ritos solemnes y ritos milenarios. Nahurito llevaba un traje del siglo XI que el protocolo imperial reserva para las ocasiones más solemnes. Su mujer Masako se ha puesto un kimono de doce capas, en tonos pasteles y rojizos, que buscaban evocar la luz del sol. Ha subido a un trono al lado del emperador, pero más bajo que el suyo.

Los invitados vieron la ceremonia a través de las pantallas instaladas en estancias contiguas a la sala Matsu no Ma, para preservar la intimidad del acto.