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Las raíces de las castas

  • El Rig Veda es uno de los textos sagrados más antiguos de la India
  • La casta es hereditaria e intransferible
  • La palabra "casta" es de origen portugués

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Las raíces de las castas
Las castas de la India.

De su boca surgieron los sacerdotes, de sus brazos los guerreros, de sus muslos los comerciantes y de sus pies los sirvientes. El sacrificio del Hombre Primordial, además de la creación del universo, supuso el origen de estos cuatro varnas o grandes estamentos en la India, de los que más tarde nació el orden social en el que se organiza este país: las castas. Así narra este episodio religioso hindú el Rig Veda, uno de los textos sagrados más antiguos de la India, posiblemente escrito por los arios.

Esta civilización de pueblos indoeuropeos llegó a la India hacia el año 1500 a.C. Su organización social era la misma que la narrada en el texto sagrado y se estructuraban en Brahmanes (sacerdotes), Kshátriyas (guerreros, gobernantes y administradores), Vaishyas (productores y comerciantes) y Shudras (sirvientes). La historia cuenta que su llegada al país supuso la instauración de esta organización con la que, además, evitaron la sublevación de los aborígenes. Sin embargo, algunos historiadores aseguran que en la India ya existía una estructura similar a las castas antes de su invasión. Con todo, el origen de las castas hoy en día sigue siendo un enigma.

El bautizo de las castas

De cara a Occidente este sistema siempre ha despertado grandes críticas, sin embargo, Europa también ha dejado su huella en esta estratificación social. De hecho, la palabra casta es de origen portugués. Con la llegada del explorador luso Vasco de Gama a la India en 1498, los portugueses detectaron esta organización y la bautizaron con el nombre de “castas”. Es el mismo término que españoles y portugueses utilizaban en las colonias americanas para categorizar a los nativos de las tierras según su grado de adaptación a los cánones culturales que los europeos imponían.

Por otro lado, la conquista británica a partir del siglo XVIII impulsó la formación de una identidad de casta como medio de control social. Este sentimiento de pertenencia a un grupo se propició, sobre todo, a través del censo de la población india, elaborado por primera vez en 1872, en el que se inició la categorización de la población según su casta.

La sociedad india hoy

En la práctica hay miles de castas en la India, organizadas según el oficio al que se dediquen, y con tradiciones y prácticas religiosas comunes. Las llamadas castas altas son las que ejercen el control político y económico, mientras que las bajas tradicionalmente tienen escasos recursos y realizan diversas profesiones: los nai son los peluqueros, los dhobi los lavanderos y los barhai los carpinteros, por citar algunos ejemplos. Sin embargo, por mucho que estas personas de los estratos más bajos prosperen, no podrán cambiar de casta, ya que es hereditaria e intransferible.

Esto tiene que ver con la pureza, cuestión omnipresente en la India, que está relacionada con las reencarnaciones del hinduismo. Cuanto más alta es la casta, más puras son las personas porque están más cerca del paraíso o el fin de la reencarnación; del mismo modo, cuanto más baja es la casta, el tipo de trabajo que realizan las personas es más impuro.

Los dálits, condenados durante siglos a la exclusión social

Por debajo de todas estas castas se encuentran los dálits, antes llamados intocables hasta que la Constitución india de 1950 abolió el término. Sus profesiones como trabajadores del cuero, incineradores o barrenderos, en contacto con cuerpos muertos o deshechos, les condenaron durante siglos a la exclusión social. Eran impuros y nadie les podía tocar. Su karma se encontraba muy lejos de alcanzar el paraíso. Hoy, la situación actual de los dálits ha mejorado, ya que la Constitución prohíbe la discriminación por motivo de casta y los estratos más desfavorecidos cuentan con una reserva de plazas en puestos públicos, entre otras medidas.

Esta organización social sigue vigente hoy en día, traspasa las fronteras de las religiones y afecta tanto a hindúes como a musulmanes, cristianos, budistas y personas de otros credos. A medida que pasa el tiempo las divisiones entre castas se van disolviendo, especialmente en las grandes ciudades, donde las personas acceden a puestos de trabajo por méritos propios y donde apenas influye en las relaciones sociales. Sin embargo, los matrimonios concertados siguen siendo entre personas de la misma casta. En algunos documentos de identidad aparece el estamento del que se procede y en ocasiones se solicita en las entrevistas de trabajo, sobre todo en las zonas rurales. El testigo del Hombre Primordial permanece latente en el siglo XXI.