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Asturias, nuevo destino de Un país para comérselo

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Un país para comérselo - Asturias azul y verde

Ana comienza su viaje en el occidente de Asturias, un lugar de tradición y leyenda. Muchas de las historias populares de esta tierra tienen como motivo el mar y los tesoros que esconde. Ana se sumerge en las frías aguas del Cantábrico para visitar uno de los pecios encallados en sus fondos.

El verdadero tesoro que esconden estas aguas es gastronómico, como puede comprobar Ana en su visita a una granja de ostras cerca de Castropol. Después de degustarlas crudas y aderezadas, Ana emprende camino hacia Taramundi,  tierra de seres fantásticos como xanas y trasgos, y de otros muy reales, como la vaca autóctona de Asturias, una raza muy apreciada por su exquisita carne.

En Cangas del  Narcea, Ana se detiene para  aprender sobre el cultivo de la vid en esta zona, que como en muchos otros sitios, tan unido estuvo en el pasado a la existencia de monasterios, como el de Corias.

Y del vino al condumio. En Tineo, Ana descubre un embutido artesanal, el chosco, que se condimenta utilizando la misma técnica desde hace varias generaciones, y  con el que Ana prepara más tarde un delicioso potaje de berzas.

De vuelta a la costa, Ana se detiene en Luarca para pescar un pulpo del “pedreru” y prepararlo más tarde en forma de  empanada. Un plato que disfruta con una buena sidra y mejor compañía, la de un grupo de gaiteros,  al borde del mar.