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El entusiasmo de Gabriel Lacomba

  • Lacomba protagonizó dos capítulos de El escarabajo verde sobre Mallorca
  • Es un incansable explorador documental de la Serra de Tramuntana
  • Recuperamos una amplia entrevista con este apasionado artista y naturalista

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El escarabajo verde - Aniversario de la declaración de la Serra de Tramuntana como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

Gabriel Lacomba, es una suerte de franquicia escarabajera en Mallorca.

Como muestran las fotografías, podemos considerarlo un incansable explorador documental de los paisajes de su isla y especialmente de la Serra de Tramuntana.

Con motivo de la declaración de esta última como Patrimonio de la Humanidad en junio de 2011, abordamos su trabajo sobre estas agrestes montañas en las dos entregas que le dedicamos en el programa: Tramuntana, una sierra de libro (I) y Tramuntana, una sierra de libro (II).

Fotógrafo y diseñador, en 1999 funda LACOMBA Produccions, empresa que desde entonces se dedica al diseño gráfico y editorial, al marketing y la publicidad y que está especializada en proyectos web. Como trabajo profesional de encargo, es destacable la campaña institucional realizada en favor de la consecución de la candidatura de la Serra de Tramuntana para optar a la citada distinción de la UNESCO.

Entrevista

EV: ¿Qué diferencia estableces entre una obra personal o un encargo?

GL: La verdad es que la frontera puede llegar a ser muy difusa… La situación más óptima siempre es la que permite que ambas áreas se retroalimenten. Siempre puedes extraer una buena experiencia de un trabajo de encargo que luego te sirva para desarrollar tu obra personal y, a la inversa, cuando te enfrentas a un nuevo encargo el bagaje artístico puede jugar una baza importante ya sea en el enfoque inicial y/o en el desarrollo, ejecución del mismo.

Tal vez, en ese sentido, la única frontera posible sea la finalidad por la cual se realiza el trabajo. Cuando es un encargo siempre hay unos requerimientos previos, una misión a cumplir, un cliente que persigue una idea o un resultado.

Sin embargo, en el trabajo personal, el cliente, en primera instancia, es uno mismo. Quizás no está tan clara la finalidad y el acento se pone en la búsqueda, en la experimentación, en la interrogación. O al menos así debería ser…

EV: Siendo así ¿un encargo puede ser artístico?

GL: La historia nos dice que, rotundamente, ¡sí!, ¿no? De alguna manera, desde el momento que el poder existe, el arte coexiste ligado a él. El poder es el que siempre propicia el arte. El que lo sostiene y lo hace evolucionar.

EV: Pasando al ejemplo práctico del trabajo que te encargaron de la Serra de Tramuntana, explícanos un poco como surgió y como se desarrolló.

GL: Pues, por una situación previa que sería largo relatar y que, por tanto, omitiremos, gestionábamos un grupo de dominios de internet con el nombre de la sierra.

El Consell de Mallorca contactó con nosotros por ese motivo. Tenían un objetivo muy claro, conseguir que se convirtiera en Patrimonio de la Humanidad UNESCO. Por todo ello, el primer encargo fue diseñar y programar una página web. Aquello fue solo el principio.

Mi empresa, LACOMBA Produccions y nuestro equipo, poco a poco, fue asumiendo más y más áreas de las diferentes campañas que se lanzaron para conseguir esa meta.

Al final la implicación era muy grande. Entre otras cosas complementamos la Declaración, elaborada desde Consell, que se presentó a UNESCO, en París en febrero de 2010, con unos artículos a doble página, publicados cada domingo en la prensa local durante 9 meses. 'Històries de la Serra'.

Eso marcó un punto de inflexión.

EV: ¿Por qué?

GL: UNESCO premia especialmente el soporte popular obtenido directamente de la población local desde donde se presenta la candidatura ¿Qué sentido tenía que la Serra de Tramuntana fuese declarada Patrimonio de la Humanidad, además en la categoría de Paisaje Cultural, si los mallorquines no lo deseábamos, o peor aún, si no sabíamos del por qué?

Eso implicaba resaltar un conjunto de valores denostados en favor del turismo agresivo de sol y playa por el que somos sobradamente conocidos desde los años 60.

Valores bastante ocultos, poco conocidos o completamente desconocidos por la mayoría. Era un reto muy atractivo ¡Se trataba de crear ilusión! En una clave muy directa, muy amena, muy divulgativa. Contando pequeñas historias… Si te dan una cierta libertad, no puede haber mejor tarea.

Con el tiempo he llegado a identificar que los trabajos que mayor rédito personal tienen son en los que se invierte una dosis creciente y equilibrada de entusiasmo.

Una especie de energía lo suficientemente vívida como para que tenga un toque de arrebato, de pasión alegre, eufórica y optimista, incluso vehemente.

Si a eso le sumamos el placer de ir descubriendo uno mismo aquello que tiene, y que aún no conoce, con la misión de darlo a conocer a los demás, el trabajo sobre Serra de Tramuntana me contagió del suficiente entusiasmo no solo para llevarlo a cabo sino también para considerarlo mi propio proyecto personal.

EV: ¿Eso quiere decir que, dos años después de que la Serra de Tramuntana obtuviese la candidatura como Patrimonio de la Humanidad (27 de junio de 2011), continúa siendo objeto de tu obra?

GL: Sí, eso es. La culminación del encargo fue la publicación de un libro con las 'Històries de la Serra' completadas con una selección de las cerca de 20.000 imágenes que llegué a hacer.

Después de entregarlo, de un año de mantenimiento de la web y de la situación de crisis actual, no hay ningún compromiso de trabajo, sigo con ello por puro placer pero también con una cierta responsabilidad y conciencia de que es un paraíso que peligra enormemente y que conviene preservar aunque sea mediante imágenes.

Descubrí muchos sitios que no conocía a pesar de ser mallorquín y vivir en Mallorca. No solo eso, aprendí a contemplar el paisaje de una manera en la que antes nunca había reparado. Me gusta mucho vivirlo en solitario. Y aún puede hacerse.

Sigo yendo de excursión y cuando más recóndito, inaccesible o poco conocido es el sitio más me motiva. Sigue constituyendo un reto y el entusiasmo no ha desaparecido.

Sigo fotografiando la Serra y ahora además he incorporado la técnica del time-lapse, que retomé, de los tiempos del cine super-8, cuando colaboré con vuestro programa.

El año pasado renové mi equipo fotográfico al completo y ahora además de tener mejor cámara y objetivos dispongo también de una guía de dos metros de longitud que añade a los time-lapse el movimiento de travelling.

Por si fuera poco, aprovecho el verano para practicar algo similar al coasteering, trasladando el equipo en una mochila estanca al agua y la guía time-lapse en un tubo fitosanitario de PVC también estanco.

Si hubiese que trasladar este equipo por tierra sería bastante pesado, en cambio por mar, nadando con careta de buceo, resulta mucho más descansado, a la vez que lúdico y… entusiasmante, ¡por supuesto!