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La importancia de llamarse europeo

  • El prestigioso dramaturgo belga Tom Lanoye presenta La Fortaleza Europa
  • Es la única de sus numerosas obras que se ha traducido al español
  • Lanoye presenta una divertida y provocadora visión del "sentirse europeo"
  • Mi reino por un caballo, emitido el viernes, 31 de agosto, en La 2

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Mi reino por un caballo - 31/08/12

El teatro, en La 2

Arantxa Vela dirige la revista especializada en danza y teatro de La 2 de TVE.

Mi reino por un caballo es un programa sobre actualidad de las artes escénicas que se emite en La 2 de TVE los viernes, a las 18.30 horas

Y Tom Lanoye nos explicó en la entrevista: "para mí un europeo es alguien que dice a los otros: Escuchad, yo fui el que inventó que todos somos iguales y, por lo tanto, soy superior." Me reí porque me pareció que llevaba razón. Me reconocí en sus palabras y sentí, para colmo, el orgullo de ser europea.

Escuchad, yo fui el que inventó que todos somos iguales y, por lo tanto, soy superior

Es más, por mi afición a mover el tacón y por el rechazo que siempre he tenido a ese orgullo panderetero de algún que otro españolito que reivindica como un derecho la ignorancia, la incultura y la ordinariez, siempre me identifiqué más con Europa que con España. Soy de Madrid. Gata. Hija y medio nieta de madrileños. Lo digo para que nadie crea que defiendo algún pequeño localismo apuntándome a un gran continente.

Ser europeo es defender un sistema de valores, la democracia, la igualdad, la fraternidad, la Ilustración

Escuchando a Lanoye da la sensación de que ser europeo no es necesariamente haber nacido en Europa. Ser europeo es defender un sistema de valores, la democracia, la igualdad, la fraternidad, la Ilustración, y Lanoye se pregunta si los europeos de nacimiento con todas las guerras, la crueldad, el horror de los acontecimientos que ocurrieron en el siglo XX, hemos perdido nuestro derecho a suponernos superiores. Es como si no hubiéramos quedado sólo con sacar la cabeza por encima del resto y nos hubiéramos olvidado de la igualdad.

La fortaleza Europa

Entrevistamos al dramaturgo belga Tom Lanoye porque, hace unos meses, se presentó la única de sus obras que se ha traducido al español, La Fortaleza Europa. El texto tiene un curioso planteamiento. Los europeos hemos fracasado en nuestro intento de defender, cumplir y hacer cumplir ese sistema de valores por el que nos sentimos tan superiores, hemos decepcionado a Europa y deberíamos, quizá, abandonar nuestro continente y dejárselo a otros, a los africanos por ejemplo, para que probaran suerte.

Quizá ellos sepan ser más europeos que nosotros

Quizá ellos sepan ser más europeos que nosotros. Convirtámonos en nómadas, vaguemos sin rumbo y sin derechos porque no hemos sabido cuidarlos.

A la vista de la crisis actual, la propuesta de Lanoye da que pensar. ¿Somos cívicos? ¿Somos buenos ciudadanos? ¿Cuidamos y respetamos lo público? ¿Comprendemos los derechos de los otros? y, sobre todo, ¿sabemos que para defender los derechos tenemos deberes? o ¿creemos que aún somos niños y que, si nos zafamos de "hacer los deberes", sólo vamos a recibir una reprimenda de un padre más o menos amable?

¿Sabemos cuidar la riqueza y vivir y compartir la abundancia o estamos programados para el abuso?

¿Somos adultos? ¿Queremos igualdad o privilegios? ¿Igualdad cuando salimos perdiendo y privilegios cuando la situación nos es favorable? ¿Somos adultos o creemos que nuestra civilización, que tantas muertes ha costado, es una empresa de servicios que nos tiene que complacer por eso, porque lo valemos? ¿Sabemos cuidar la riqueza y vivir y compartir la abundancia o estamos programados para el abuso? ¿Nos gusta ser adultos?

Cuando acudes a un psicólogo porque andas hecho una marejada, sea lo que sea lo que pasa a tu alrededor, más te vale fijarte en lo que haces tú y en lo que podrías hacer. No porque seas el único responsable de lo que te ocurre o te ha ocurrido, sino porque eres el único sobre el que puedes trabajar.

Europa en crisis

Esta gran crisis que estamos viviendo es una oportunidad para reflexionar sobre lo que hacemos en sociedad, para exigir mejores gobernantes, gobernantes que se hagan responsables del cuidado de lo público pero, si queremos eso, tenemos también que acordarnos de que todos manejamos una parcelita de esos bienes comunes y que no sólo se clama por la igualdad cuando se va perdiendo. Es más noble y más europeo reclamar la igualdad cuando se va ganando. 

Es posible que nunca acabe de haber justicia, pero que eso no nos sirva de excusa para ser injustos

Es posible que nunca acabe de haber justicia, pero que eso no nos sirva de excusa para ser injustos. Que nuestro único defecto sea el de la vanidad, y que sea, además, una vanidad justificada.

Que realmente nos lo tengamos creído porque de verdad pesamos que todos somos iguales en derechos y deberes.

Al fin y al cabo siempre es más perdonable sacar pecho cuando las cosas se hacen bien, que creerse más listo y llevárselo crudo.