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Da el último adiós a doña Eulalia

  • Eulalia se fue con la paz y felicidad que vivió en su última etapa
  • Escribe unas palabras de apoyo para los familiares y amigos

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Da el último adiós a doña Eulalia

Doña Eulalia era una mujer fuerte y con gran carácter,  que luchó siempre por mantener a su familia unida. Un desgraciado accidente ha acabado con todo el sufrimiento de la matriarca de los Salvatierra, que por primera vez en mucho tiempo empezaba a ser feliz.

Eulalia era estricta y distante,  pero generosa y con un gran corazón. Amó con locura a un hombre que no la correspondía, Andrés Hernández Salvatierra. A pesar de ello se casaron y formaron una familia. Pero el desprecio e ignorancia de su marido fue la principal causa de su infelicidad.

Amar - Eulalia tiene una crisis por culpa de Andrés

Ante todo fue una buena madre, que hubiese dado su vida por la de sus hijos.  Elegante y con mucha clase, fue una vecina ejemplar, que no dejó indiferente a quienes la conocieron. Educada en la fe cristiana, Eulalia se aferró a su religión en los peores momentos de su vida. Fue víctima de su propio fanatismo y supersticiones,  que la llevaron a un estado de locura y demencia, por lo que fue ingresada en un sanatorio mental.

Ha llegado la hora. Ya está todo listo para ingresar a Eulalia en la casa de reposo para que se recupere de su enfermedad. Se despide de su hija en casa porque no quiere que le acompañe hasta el centro (cap. 174 - 6T).

Tras su encierro, descubrimos una mujer totalmente distinta: tranquila, apaciguada, con su fe y principios inquebrantables, pero con una visión más equilibrada. Nada podía hacer que perdiese los nervios y estaba dispuesta a ser feliz.

Pero un maldito accidente, provocado por la persona que más la quiso,  le costó la vida.  Echaremos de menos a Eulalia que se fue con una sonrisa y un buen recuerdo de quienes estuvieron siempre con ella. Descansa en paz, Eulalia.