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Hermanos, pero desconocidos

  • Isabel y Rosco son hermanos pero apenas han tenido trato
  • Tras el divorcio de sus padres, se criaron en internados distintos
  • La falta de cariño de sus padres, un trauma que Rosco no podrá superar

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Esta semana, Rosco ha tenido un motivo de alegría: Isabel, su hermana pequeña, ha acudido a Mansilla de las Mulas para hacerle una breve visita. Sin embargo, y a diferencia de como hemos vistos con otros presos, en este vis a vis no hay abrazos, ni emoción ni apenas palabras de ánimo. Y es que aunque Isabel y Rosco son hermanos, crecieron como desconocidos.

Isabel ha explicado ante las cámaras de "El coro de la cárcel" que, tras la separación de sus padres, ella y Rosco fueron enviados a internados distintos y apenas mantuvieron contacto. Por eso, Isabel confiesa que visita cada mes a su hermano sólo porque comparten "la misma sangre", y no porque sienta ningún especial aprecio hacia él.

"Mi hermano no es ningún santo, pero por culpa de todo lo que le ha pasado. Nuestros padres se separaron y nunca hemos tenido ni cariño, ni comprensión, ni nada de nada. Mi padre era un borracho empedernido, no le ha sabido ni educar ni ponerle recto. Y a mi madre le interesaba un bledo como estuvieran sus hijos. Por eso, cuando le das un poco de cariño, a mi hermano le llevan por donde quieras", dice Isabel entre lágrimas.

Quizás por ello, no se sorprendió cuando hace unos meses cuando un policía le llamó por la noche para comunicarle que su hermano estaba detenido tras cometer atracos en dos gasolineras.

"No me sorprendió porque sabía que esto iba a pasar", afirma Isabel, que jura ante las cámaras que si su hermano mayor "vuelve a liar alguna" no volverá a verle nunca más. Sin embargo, en esta ocasión cree que algo ha cambiado, ya que ve a su hermano muy distinto, "incluso ha cambiado su manera de expresarse". Ahora sólo espera que este nuevo Rosco "siga así cuando salga".