31 y 24 años de cárcel por los homicidios del tiroteo de agosto de 2011 en Mérida
Son las mayores penas impuestas por la Audiencia Provincial de Mérida a miembros de la familia Montoya por las muertes de Isabel Vargas y su hijo Joaquín en el enfrentamiento, junto a otros 23 años y medio de cárcel para el único acusado de la familia de éstos por seis delitos de homicidio en grado de tentativa.
La Audiencia Provincial de Mérida rebaja a la mitad en su sentencia la petición de pena de la Fiscalía por el tiroteo de agosto de 2011 en la barriada de San Zázaro de Mérida entre dos clanes enfrenteados por una separación matrimonial, en el que murieron Isabel Vargas y su hijo Joaquín.
Por el fallecimiento de la mujer, se condena a 17 años de cárcel a Félix Montoya, sobre el que pesan otros seis años por un delito de asesinato en grado de tentativa, y otros siete por dos delitos de homicidio en el mismo grado, además de otro por tenencia ilícita de armas. En total, 31 años de prisión para él.
Por la muerte de Joaquín Vargas, el juzgado impone 12 años de cárcel a José María Montoya, junto a diez años y medio por tres delitos de homicidio en grado de tentativa y otro más también por posesión ilegal de armas, lo que suman 23 años y medio de prisión.
El resto de miembros de la familia Montoya acumula penas de uno, dos, diez años y medio y once años y medio de privación de libertad por delitos de tenencia ilícita de armas e intentos de homicidio.
El único acusado de la familia contraria, Manuel Vargas, ha sido condenado a 22 años de cárcel en total: 21 por seis delitos de tentativa de homicidio y uno más por posesión de armas sin licencia. Los once acusados deberá afrontar, además, diferentes cantidades en concepto de resopnsabilidad civil.
Según la Policía Nacional, efectuaron 190 disparos durante el tiroteo, que la Fiscalía considera dirigidos a personas y no al aire, como han declarado durante el juicio. La sentencia no es firme y cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo en el plazo de cinco días.