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'Lo que el pulpo me enseñó', el documental que demuestra que la amistad hombre-pulpo es posible

  • Puede parecer un documental más de animales, pero nada más lejos de la realidad, es una historia de curación
  • "Me enamoré de ella, pero también de ese mundo salvaje que ella representaba y que me cambió totalmente", afirma su protagonista
  • La pulpo le enseñó a sentirse parte de la naturaleza y no un "visitante"

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Pulpo
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La historia de Craig Foster y su pulpo (hembra), ya que en todo momento se refiere al animal en femenino, es increíble. El trabajo audiovisual de Foster trata sobre la amistad real que ha desarrollado en cuestión de días con un pulpo. No se trata de un cuento de Disney, ni de una película de ciencia ficción, es algo totalmente real y documentado por la cámara del propio Craig, que confiesa que hasta ese momento no había sido alguien muy sensible con los animales. Él interfiere en la vida del animal y llega a tener sentimientos por ella después de verla todos los días. Por eso es uno de los documentales nominados a los Óscar este 2021.

Craig, harto de ser cámara y ver las cosas desde el objetivo, pero sin formar parte de ello, decide pasar de "visitante" a ser parte de la naturaleza. "Nuestras vidas eran paralelas de algún modo", llega a decir Craig mientras nada en las frías aguas del Cabo Occidental de Sudáfrica sin neopreno ni bomba de oxígeno. Cree que así es cómo el humano puede formar parte del ecosistema.

Un cambio radical en su vida

'Mi maestro el pulpo' es la historia de un hombre agotado, desconectado del mundo. "Pasé dos años infernales. Estaba muy metido en el trabajo, ya no quería ver una cámara delante, ni un programa de edición", relata. Este documental muestra un proceso de terapia, a través de la que dice haberse conectado con su infancia, con la tierra y con los humanos. Empieza este viaje solo, pero pronto se encuentra con una fiel amiga a la que sigue durante días.

En sus primeros días como realizador de documentales en África, Foster se da cuenta de lo que es ser "uno más" o estar "dentro" de la naturaleza al observar a la tribu San en el Kalahari Central. Él ve que son rastreadores increíbles que pueden identificar, encontrar e interactuar con animales ocultos. Quiere ser cómo ellos, comprender lo que ocurre a su alrededor y formar parte del ecosistema. La pulpo le da esta oportunidad, enseñándole todo sobre las sutilezas y sinergias de la naturaleza y profundizando su conexión con ella. Como reflexiona Foster en el documental, "Lo que me enseñó fue a sentir que eres parte de este lugar, no un visitante."

En el agua se relaja, se siente como en otro planeta y recupera las ganas de hacer fotos y de grabar todo lo que ocurre en el fondo submarino. Encuentra una zona muy especial protegida por un bosque de algas. El habitat natural de un pulpo que en un principio se le escapa. "Sabía que estaba ante un animal poco corriente, especial", apunta Craig. Empezó a visitarla todos los días. Dice que las primeras veces le afectaba su presencia, por eso solo dejó la cámara apoyada y se fue. Usaba una concha como escudo, pero poco a poco se interesaba por la cámara y se acercaba a ella. Al cabo de los días, la pulpo se fue acostumbrando y empezó a confiar en él, incluso le extendía las tentáculos, como cuando un perro le da la patita a su dueño.

"Ya estaba pensando como un pulpo y era algo muy agobiante", destaca

Se convirtió en una especie de obsesión para él: “No podía pasar más de un día sin verla. ” Además, se dio cuenta de que era un ser muy vulnerable, atacado por miles de depredadores que la acechaban a diario, como el pez gato. Al final, él se convierte en su guardian y la protege de alguno de estos ataques.

El documental demuestra que si queremos conectar con la urgencia de la crisis climática y motivarnos a actuar, no podemos desvincularlo de nuestras emociones. Debemos involucrarnos en el proceso y ver que no son seres tan diferentes a nosotros. Los sentimientos de pérdida, dolor y duelo siempre han sido parte del viaje humano.

Por increíble que parezca, el animal puede aprender de nosotros y nosotros de él. "Me costaba creer que ella aprendiera algo de mí: '¿Por qué iba un animal salvaje a aprender algo de un humano?'", apunta Foster. "Poco a poco empiezas a preocuparte por todos los animales, incluso por los más pequeños, y te das cuenta de que son tan vulnerables como nosotros."