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Adorno, Horkheimer y Jorge Javier: estos son los motivos por los que el 'Merlos Place' se estudiará en las universidades

  • Elizabeth Duval analiza cómo ‘Sálvame’ es el fiel reflejo del espectador
  • La historia que amenizó nuestra cuarentena: El Merlos Place contado en memes

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Adorno, Horkheimer y Jorge Javier: estos son los motivos por los que Sálvame se estudiará en las universidades
Adorno, Horkheimer y Jorge Javier: estos son los motivos por los que Sálvame se estudiará en las universidades

¿Imaginas un programa de televisión que de la noche a la mañana pasa de ser ignorado por parte de la élite intelectual a que sea digno de estudiar en las universidades? Esto es lo que ha pasado con el archiconocido Sálvame, el formato que conduce Jorge Javier Vázquez desde hace más de 10 años. Y el motivo no es otro que el Merlos Place, el trío amoroso entre Alfonso Merlos, Alexia Rivas y Marta López que ha monopolizado nuestras televisiones durante los últimos días.

Más allá de las horas de evasión mental, entretenimiento y risas que nos ha ofrecido esta trama en plena cuarentena, enriquecido con una acertadísima narrativa (con constantes giros de guion, cliffhangers, flashbacks, etc), estos días Sálvame se ha convertido en el "terreno ideal sobre el que elaborar una reflexión filosófica y cultural y extraer teorías sobre la filosofía de nuestro tiempo, sobre cómo pensamos, sobre nuestra estética y nuestros comportamientos como personas y como sociedad ", analiza la intelectual y colaboradora de OK Playz Elizabeth Duval.

"Al analizar el Merlos Place, nos preguntamos: ¿qué significa que de repente la figura de Alfonso Merlos deje de ser la de un hombre triunfador y pase a estar denostado por Sálvame? ¿Qué significa que en Viva la vida se pongan a hablar y teorizar sobre el poliamor como una posibilidad? Son cambios estéticos y cambios sociales que se ven gracias a Sálvame. Porque el consumidor no existe como una realidad predeterminada, sino que Sálvame lo construye y lo refleja", explica Duval.

OK Playz - Elizabeth Duval analiza el trasfondo de 'Merlos Place'

Tal y como nos recuerda Duval, Theodor Adorno y Max Horkheimer ya hablaron de algo parecido en su análisis sobre la cultura de masas en su célebre libro Dialética de la ilustración, en el que cuentan que "se utiliza mucho artificio dentro del mundo del capitalismo para conseguir mayor popularidad y rédito. Y esa 'cultura mainstream' que se produce gracias a ese artificio construye a los consumidores, consumidores de un cierto nivel y estilo de vida. Por eso hay que estar muy atentos a cuáles son las morales y los mecanismos de programas como Sálvame para ver qué tipo de consumidores somos y qué tipo de sociedad somos".

¿El confinamiento ha sido la clave del éxito del Merlos Place?

No cabe duda de que durante este confinamiento ver series y películas nos ha aliviado un poco el aburrimiento diario. Hemos consumido más tele e internet que nunca. Y el Merlos Place ha sido el culebrón real que necesitábamos. Millones de telespectadores siguiendo el último minuto de esta historia, cientos de miles de tuits, con destacados personajes ajenos al mundo Sálvame hablando sobre el asunto (hasta Whoopi Goldberg no ha podido resistirse a analizar esta historia). Pero, ¿hubiese tenido el mismo éxito el Merlos Place de no haber sido por el confinamiento?

"Claro que la gente estaba aburrida, y empatizas fácilmente con historias como esta sobre infieles y amantes, que los hay en Murcia y en todos lados. Pero esta forma de entretenimiento, este tipo de contenido dice muchas cosas de qué somos nosotros como consumidores y nos enseña mucho sobre cómo construímos nuestros afectos", puntualiza Duval.

Jorge Javier, icono de la izquierda

No solo Sálvame como formato ha salido fortalecido de esta historia, sino también Jorge Javier Vázquez. Nadie puede poner en duda que es un magnífico comunicador, pero que gran parte de su carrera laboral haya estado vinculada a programas que algunos categorizan de "telebasura" ha tenido en ocasiones repercusiones negativas para él. Como cuando los periodistas Carles Francino y Àngels Barceló mostraron su rechazo a entregarle el premio Ondas al mejor presentador. Pero su papel durante la emisión del primer Sábado Deluxe sobre el Merlos Place hizo que no solo se le alabara por su maestría como presentador, sino por ser el nuevo icono televisivo de la izquierda (al menos para la comunidad tuitera). Lo de aquella noche ha dejado toda una hemeroteca de memes, momentazos y frases que ya siempre acompañarán al presentador, como "este programa es de rojos y maricones” o “si pasas una mala racha, no te f*lles a un facha” (frase que, en realidad, es del colaborador Miguel Frigenti).

Y como todo lo que alcanza el rango de “viral”, el escándalo Merlos no habría adquirido tanta importancia si las redes no hubieran tomado cartas en el asunto. Memes, hilos monotemáticos, análisis en profundidad, reacciones minuto a minuto… Todo vale para colocar a ‘Merlos Place’ en el epicentro del consumo cultural español. Tanto es así que la propia Whoopi Goldberg se prestó a opinar sobre ello.

Pero también ha dado pie a versiones. Esta vez más cómicas, es cierto. Pero Jorge Cadaval, el 50% de Los Morancos, aprovechó su entrevista en Viva la vida para "marcarse un Alexia" en mitad del directo. Todo ello con la ayuda del actor y su actual pareja, Ken Appledorn.

Éxito por los cuatro costados

Que Alfonso Merlos ha conseguido colocar su vida privada en el escalón de “historia de la televisión” es un hecho. Y los datos no hacen más que corroborarlo. Sábado Deluxe, Viva la vida o Socialité han sido los espacios más beneficiados al respecto. Su audiencia se disparó más de 4 puntos por encima de los datos de la semana anterior. De hecho, el programa conducido por María Patiño en el que Alexia ejercía como reportera alcanzó su récord histórico con 2,3 millones de espectadores, mientras que Viva la vida hacía lo propio anotando el cuarto mejor dato de su historia.

Parece inasumible que en tiempos donde el consumo a la carta se adueña de los hogares españoles, un espacio en televisión aglutine a 6,5 millones de espectadores en algún momento de su emisión. Y no hablamos de un documental, una serie o un espacio de actualidad política. Hablamos de Sálvame, un programa que no solo ha conseguido que Jorge Javier se convierta en sinónimo de espectáculo televisivo y transversalidad, sino que logró colocarse por encima de la comparecencia del presidente del Gobierno en pleno estado de alarma. ¿Nos dicen algo estos datos?

El affaire llega a la prensa internacional

Lo que muchos esperaban que se quedase dentro de nuestras fronteras como un episodio más de traiciones, pasiones e infidelidades, se ha convertido en un WTF épico del que ya hablan en otros países que nunca antes habían oido hablar de los protagonistas de esta historia. Las imágenes corrieron como la pólvora y diarios como The Sun, el Daily Mail o el Daily Star se hicieron eco con titulares tipo “un presentador español es pillado con las manos en la masa”. Una cuestión que ha llevado a que muchos se planteen la misma pregunta: ¿es tan necesario informar sobre este episodio? ¿resulta tan llamativo un “descuido” de este tipo? ¿Está justificado que haya programas que hayan dedicado prácticamente todo su tiempo de emisión a este escándalo? Y la respuesta parece clara: sí. Por la propia idiosincrasia española.

Aunque a veces estemos tan habituados que no llegamos a ser conscientes, la televisión está repleta de mensajes por los que sentimos empatía. ¿Que a alguien le ocurre una desgracia? Empatizamos, porque puede que nos recuerde a algo que ya hemos vivido. ¿Que alguno de los colaboradores queda en ridículo tras haber sufrido una trampa? Lo entiendes, porque cualquiera en algún momento ha vivido algo similar.

¿Importa si todo esto es un montaje?

A esta historia aún le queda bastante. Cada día aparecen nuevos supuestos amantes, exnovixs, mensajes comprometedores, cameos increíbles... Muchos ya dudan incluso de la espontaneidad de la historia. ¿Y si todo esto es un montaje? La duda ahí permanecerá, y de ella se deriva otra pregunta, aún más relevante, y que también puede decir mucho de nosotros como sociadad... ¿acaso nos importan en exceso saber si es verdad o no?