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Woody Allen cumple 90 años debatiéndose entre la persona y el personaje

  • El director ha publicado su primera novela, ¿Qué pasa con Baun?, en la que cuenta la historia de muchas de sus películas
  • Admirado por su obra, las acusaciones de abuso sexual por parte de su hija adoptiva provocaron su cancelación en EE.UU.
Woody Allen cumple 90 años en activo y rodeado de polémicas
YOLANDA VILLALUENGA

"La vejez no tiene ninguna gracia; si pueden, evítenla". Lo dijo Woody Allen, quien este domingo cumple 90 años y evita su fin haciendo lo que más le gusta: escribir y dirigir. Quizá, también tenga fuerza para su otra gran pasión: tocar el clarinete.

Este año, Allen ha publicado su primera novela, ¿Qué pasa con Baum?, editada en España por Alizanza. Cuenta una historia que, con variantes, es la historia de muchas de sus cincuenta películas: un escritor judío, inadaptado y petulante, obsesionado con el vacío existencial y la culpa, que está perdiendo el juicio porque su matrimonio se tambalea y no consigue hacerse un hueco en el mundo literario.

"La gente quiere una vida ficticia y los personajes ficticios una vida real", dicen en La rosa púrpura del Cairo, una película donde un personaje consigue atravesar la pantalla y entrar en el mundo real. Woody Allen es tan personaje como persona y, como pocos guionistas y actores, traslada a la pantalla su preocupación por la muerte y la moralidad; su interés por el sexo y el amor.

Ha recibido cuatro Oscar, de las 16 veces que ha sido nominado, y fue el primero en ganar la estatuilla a mejor director siendo también protagonista. Esa película fue una de las más queridas y aplaudidas de su filmografía: Annie Hall. Su actuación con Diane Keaton, en quien se inspiró para escribir el guion, le permitió indagar en su vieja preocupación: la naturaleza del amor y el desamor.

La otra cara de su historia

Aclamado y admirado por su obra, su relación y posterior matrimonio con Soon-Yi, una de las hijas adoptivas de Mia Farrow —quien entonces era su pareja— y las acusaciones de abuso sexual por parte de Dylan Farrow, a quien él y Mia Farrow habían adoptado, terminaron provocando su cancelación en Estados Unidos y le forzó a buscar financiación para sus películas en cualquier ciudad que se lo ofreciera: en breve lo hará en Madrid.

En el documental Wild man blues retrata una de sus giras y le escuchamos decir: "No tengo nada que decir a los alcaldes y ellos tampoco a mí. Es un montaje publicitario para los alcaldes y yo recibo mis pequeños regalos". Ya lo tenía claro en los años 90.

"¿Qué pienso de la muerte?", escribió: "Muy fácil, siempre he estado en contra".