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Muere Dick Cheney, exvicepresidente de EE.UU y figura clave en la guerra contra Irak

  • Murió por complicaciones de una neumonía y problemas cardiovasculares, según el comunicado emitido por su familia
  • Fue uno de los arquitectos de la llamada "guerra contra el terrorismo" y fue clave en la guerra de Estados Unidos contra Irak
Muere Dick Cheney, exvicepresidente de Estados Unidos, a los 84 años
Muere Dick Cheney, exvicepresidente de Estados Unidos, a los 84 años REUTERS / Larry Downing
RTVE.es / AGENCIAS

Dick Cheney, exvicepresidente de Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush entre 2001 y 2009, ha fallecido este lunes 3 de noviembre a los 84 años de edad, según un comunicado emitido por su familia. Cheney, considerado uno de los arquitectos de la llamada "guerra contra el terrorismo" y que fue una figura clave en la guerra de Estados Unidos contra Irak, murió por complicaciones de una neumonía y problemas cardiovasculares, según el comunicado. 

Los historiadores presidenciales le consideran uno de los vicepresidentes más influyentes de la historia de EE. UU.. Un personaje clave en la invasión estadounidense de Irak en 2003. El republicano —excongresista de Wyoming y exsecretario de Defensa— ya era una figura importante en Washingtón cuando el entonces gobernador de Texas, George W. Bush, lo eligió como su compañero de fórmula en la contienda presidencial del año 2000, que Bush ganó.

Entre 2001 y 2009, como vicepresidente, luchó por la expansión del poder de la presidencia, pues consideraba que este se había ido erosionando desde el escándalo Watergate, que obligó a su antiguo jefe, Richard Nixon, a dimitir. También amplió la influencia de la vicepresidencia al conformar un equipo de seguridad nacional que a menudo funcionaba como un centro de poder dentro de la administración.

Cheney fue un firme defensor de la invasión de Irak en 2003 y estuvo entre los funcionarios de la administración Bush que más advirtió sobre el peligro que suponía el supuesto arsenal de armas de destrucción masiva de Irak. No se encontraron tales armas. Tuvo enfrentamientos con varios altos asesores de Bush, incluidos los secretarios de Estado Colin Powell y Condoleezza Rice, y defendió las técnicas de interrogatorio "reforzadas" de sospechosos de terrorismo, que incluían el ahogamiento simulado y la privación del sueño. Otros, incluyendo el Comité Selecto de Inteligencia del Senado de EE. UU. y el relator especial de la ONU sobre la lucha contra el terrorismo y los derechos humanos, calificaron estas técnicas de "tortura".

Se cumplen 20 años de la invasión de Irak

Su hija, Liz Cheney, también se convirtió en una influyente legisladora republicana, sirviendo en la Cámara de Representantes, pero perdiendo su escaño tras oponerse al presidente republicano Donald Trump y votar a favor de su destitución a raíz del ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio por parte de sus partidarios. Su padre coincidió con ella y dijo que votaría por la candidata demócrata Kamala Harris en 2024.

"En los 248 años de historia de nuestra nación, nunca ha habido un individuo que represente una mayor amenaza para nuestra república que Donald Trump", ha dicho el hombre que durante mucho tiempo había sido un enemigo de la izquierda. Cheney padeció problemas cardíacos durante gran parte de su vida, sufriendo el primero de varios infartos a los 37 años. Recibió un trasplante de corazón en 2012.

Impulsó la invasión de Irak en marzo de 2003

Cheney y el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quienes habían sido colegas en la Casa Blanca de Nixon, fueron figuras clave que impulsaron la invasión de Irak en marzo de 2003. En el período previo a la guerra, Cheney sugirió que podría haber vínculos entre Irak y Al Qaeda y los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos. Una comisión sobre los ataques del 11-S desacreditó posteriormente esta teoría.

Cheney predijo que las fuerzas estadounidenses serían "recibidas como libertadoras" en Irak y que el despliegue de tropas, que duraría alrededor de una década, "se llevaría a cabo con relativa rapidez... semanas en lugar de meses". Aunque no se encontraron armas de destrucción masiva, Cheney insistió años después en que la invasión fue la decisión correcta, basándose en la inteligencia disponible en ese momento y en la destitución del presidente iraquí Sadam Huseín.

Más de una década antes, como secretario de Defensa bajo la presidencia de George H.W. Bush, Cheney había dirigido la operación militar estadounidense para expulsar al ejército de ocupación iraquí de Kuwait en la primera guerra del Golfo. Instó a Bush padre a adoptar una postura intransigente contra Irak después de que Sadam Huseín enviara sus tropas a ocupar Kuwait en agosto de 1990. Pero en ese momento Cheney no apoyaba una invasión de Irak, argumentando que Estados Unidos tendría que actuar solo y que la situación se convertiría en un atolladero.