Los estragos de la dana en Castilla-La Mancha: el día que el agua arrasó Letur y Mira
- Un año después de la dana sigue la reconstrucción de estos municipios de Albacete y Cuenca
- También la localidad de Villel de Mesa, en Guadalajara, se vio afectada por la riada
- Aniversario de la dana, en directo hoy
El 29 de octubre de 2024 Castilla-La Mancha amanecía con aviso naranja en varios puntos de Albacete, Cuenca y Guadalajara. Se esperaba que una dana dejase hasta 30 litros en zonas de la Sierra del Segura, pero nadie imaginó la magnitud de la lluvia que caería durante las horas siguientes.
En la zona de las ramblas de la Sierra de Moratalla se registraron más de 230 litros por metro cuadrado en apenas unas horas. El desbordamiento del arroyo provocó graves inundaciones en la localidad de Letur. Allí fallecieron seis de sus vecinos: Dolores, Antonia, Mónica, Jonathan, Manuel y Juan.
En Mira, en la provincia de Cuenca, la tormenta dejó más de 80 litros y provocó la evacuación de una residencia de mayores. Al día siguiente se confirmó la muerte de una de sus vecinas, Celsa, de 88 años.
Según datos oficiales del Gobierno de Castilla-La Mancha, el servicio de emergencias recibió más de 25.860 llamadas y gestionó un total de 341 incidencias en los días posteriores al temporal.
Letur, un año después: el pulso de un pueblo en reconstrucción
En pocas horas la vida en Letur dio un vuelco irreversible. La localidad albaceteña fue devastada por unas riadas que transformaron por completo su urbanismo. El agua se llevó todo a su paso, desde la calle Moreras hasta el Mirador de la Molatica. Se cortó el acceso al casco histórico.
Un año después de este trágico episodio, los casi mil vecinos del municipio han vuelto al día a día rodeados de un paisaje y una imagen que les recuerda que nada es como antes. Faltan infraestructuras, decenas de viviendas siguen afectadas y los daños en calles y plazas son visibles.
Imagen de una casa destruida en Letur tras la dana que se cobró la vida de seis personas. RTVE CASTILLA-LA MANCHA
Una de las casas que pudo salvarse, pese a los destrozos, fue la de Pedro, un vecino de 87 años. El agua entró por puertas y ventanas. Pedro tuvo que refugiarse en el segundo piso de su vivienda. "Cuando pude salir el agua me llegaba por el hombro. Menos mal que tenía seguro. Eso me ha dado la vida", relata Pedro, quien ha podido volver a su casa, ya reformada, tras meses viviendo con una vecina.
El papel de Manuel, arquitecto técnico y responsable de seguridad de las obras del municipio, fue clave para que los damnificados como Pedro pudiesen entrar en sus casas después del desastre. Durante meses, él ha sido el encargado de asegurar la zona cero del pueblo: "Me encargaba de evaluar el estado de las viviendas. Si tenía que apuntalar, apuntalaba. Una vez que la zona ya era segura, los vecinos podían pasar a recuperar sus recuerdos y objetos personales. La parte humana es la más difícil de sobrellevar".
Alrededor de 250 personas trabajan a diario en la reconstrucción del pueblo. Todavía hay zonas del casco antiguo por las que está prohibido el paso hasta que se estabilice el terreno. Por ejemplo, en el mirador de la Molatica los arquitectos y técnicos instalan soluciones de pilotes para sustentar el firme.
La desaparición de parte de los colectores de la red de saneamiento, como consecuencia del arrastre de la crecida del agua, ha sido otro de los quebraderos de cabeza que ha lastrado la recuperación del municipio. Aunque los suministros básicos se restablecieron a finales de 2024, todavía están en marcha obras de recuperación de infraestructuras hidráulicas como el colector o la Estación Depuradora de Aguas Residuales. Según apuntan desde el Gobierno regional, "su ejecución es complicada porque implica escalar barrancos o sortear pendientes muy abruptas para llegar a acometer las obras necesarias".
Mira espera la rehabilitación de decenas de casas
Hace justo un año esta zona de la Serranía Baja de Cuenca recibió en pocas horas la cantidad de agua que los municipios de Fuerteventura reciben en todo un año. En menos de un día, cayeron 80 litros que provocaron el desbordamiento del arroyo que cruza el casco urbano.
Calles, sótanos, garajes y negocios quedaron anegados, lo que obligó a evacuar la residencia de mayores San José. El Servicio de Emergencias 112 de Castilla-La Mancha registró más de una veintena de incidencias en el municipio y sus alrededores durante ese día.
Al igual que sucede en Letur, un año después, la localidad conquense trata de convivir con los efectos de este desastre natural. Todavía hoy, decenas de caminos rurales presentan cortes y varias viviendas permanecen en obras.
Imagen de los destrozos que provocó la dana en Mira, Cuenca. RTVE CASTILLA-LA MANCHA
La casa de Tomás Viana, presidente de la Asociación Afectados por la dana en Mira, es uno de los 180 inmuebles dañados. La mayoría de estos afectados han cobrado los seguros, aunque las obras aseguran que van lentas. "Todavía quedan vecinos que siguen esperando volver a su casa. Muchas reconstrucciones están al 50% del proceso debido a la enorme demanda que hay", relata Viana.
Según el Gobierno de Castilla-La Mancha, los daños cuantificados en el sector agrario superan los 18 millones de euros: se han visto afectados casi 1.500 kilómetros de caminos y se han perdido 1.900 hectáreas de suelo de cultivo y diez toneladas de almendra.
Desde el punto de vista municipal, las actuaciones de emergencia han permitido reparar el muro de contención del cauce y parte del asfaltado urbano. "Actualmente tenemos a 25 personas trabajando en todo el municipio, tratando de recuperar muros y perimetrando zonas de seguridad. También estamos centrados en cambiar el servicio de saneamiento que se vio gravemente afectado. Trabajamos para que a futuro esto no se vuelva a repetir y, si llegase el caso, poder primar la seguridad de nuestros vecinos", afirma Miriam Lava, alcaldesa de Mira.
Landete y Villel de Mesa, un susto que continúa vivo
Los efectos de la dana en Letur y Mira han capitalizado gran parte de la atención mediática debido a las siete víctimas mortales en ambas localidades. Sin embargo, las consecuencias del desastre meteorológico también afectaron a otros dos municipios castellanomanchegos: Landete y Villel de Mesa.
En Landete, Cuenca, la dana descargó cerca de 70 litros por metro cuadrado en una tarde. El agua provocó cortes de luz y complicaciones en los accesos a varias explotaciones agrícolas. Las lluvias arrastraron sedimentos y destrozaron muros de contención, afectando sobre todo a los cultivos de viña y cereal, que constituyen una parte esencial de la economía local. Aunque los trabajos de limpieza y reparación comenzaron al día siguiente, un año después todavía hay parcelas que no han podido recuperarse por completo.
"Las consecuencias de la riada han sido nefastas y a día de hoy nos siguen afectando. Hay caminos que no hemos podido recuperar. Desde entonces, los vecinos tienen que hacer recorridos alternativos de nueve kilómetros de ida y nueve kilómetros de vuelta", afirma Marciano Turégano, alcalde de Landete.
En Villel de Mesa, Guadalajara, las calles del centro histórico se llenaron de barro y varias viviendas antiguas sufrieron desprendimientos parciales en sus fachadas. La población, envejecida y con pocos recursos técnicos, dependió en gran medida de la ayuda vecinal y del apoyo de los municipios cercanos.
Efectivos trabajan en Villel de Mesa, Guadalajara, después de la dana producida el 29 de octubre de 2024 RTVE CASTILLA-LA MANCHA
Hoy, en ambos pueblos, el susto todavía permanece. Al igual que sucede en otras localidades afectadas, más allá de los daños materiales, la dana dejó una sensación de fragilidad que persiste cada vez que la previsión meteorológica avanza lluvias. Aunque el paisaje comienza poco a poco a recomponerse, la memoria de aquel día continúa viva en unos vecinos que han aprendido a vivir atentos al rumor del agua.