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'Una batalla tras otra', la llamada a la acción (y una joya del cine de acción) de Paul Thomas Anderson

  • El director deslumbra con un espectáculo que mezcla la sátira política con el entretenimiento
  • La película protagonizada por Leonardo DiCaprio se estrena este viernes 26 de septiembre
Tráiler de 'Una batalla tras otra', la película de Paul Thomas Anderson con Leonardo DiCaprio

Hacer una película con grandes interpretaciones, entretenida y que resulte atractiva para el gran público. Ese, aunque parezca extraño en un director con títulos como The Master o El hilo invisible, ha sido el empeño de Paul Thomas Anderson desde que vio Huida a medianoche en 1988. Eso es lo que confesó a Leonardo Di Caprio en una charla para la revista Esquire. La comedia de acción protagonizada por Robert de Niro y Charles Grodin fue en su momento un ejemplo de película inteligente, bien actuada y con un buen equilibrio entre géneros. Pues bien, Anderson ha logrado su objetivo con creces en Una batalla tras otra, en un ejercicio de maestría en la escritura y dirección que le deja a las puertas de su primer Oscar.

El director californiano nos lleva sin respiro, en el mejor de los sentidos, por las cicatrices de unos Estados Unidos obsesionados en combatir la inmigración. La jazzística banda sonora de Jonny Greenwood, guitarrista de Radiohead y habitual colaborador de Anderson, marca como un metrónomo las escenas de una película que, en sus 2 horas y 41 minutos, no llega a aburrir en ningún momento.

Nostalgia por un buen sabotaje

Hay consenso en que Una batalla tras otra es la película más accesible del hasta ahora considerado cerebral autor de Magnolia y Pozos de Ambición. A ello contribuye que el reparto esté encabezado por la estrella entre las estrellas, Leonardo DiCaprio, en su primer trabajo con Anderson. El reparto incluye a otros tres ganadores del Oscar: Sean Penn, Benicio del Toro y Regina Hall.

Benicio del Toro, en 'Una batalla tras otra'

Benicio del Toro, un sensei con un fuerte sentido del honor WARNER BROS.

La historia arranca en un tiempo que se parece mucho a nuestro presente, con un grupo revolucionario llamado 'el 75 francés' liberando a migrantes de sus jaulas en un campo de internamiento. Pero ahí Anderson nos cuela la primera, porque la narración salta 16 años hasta, esta vez sí, el presente.

En esos 16 años, Bob (DiCaprio) ha pasado de ser un idealista a vivir en la clandestinidad en un bosque, la mayor parte del tiempo colocado y obsesionado por la seguridad de la hija que tuvo con otra guerrillera, Perfidia, que lo abandonó para seguir en la lucha. La reaparición de un viejo enemigo, el coronel interpretado por Sean Penn, pondrá a los exrevolucionarios en alerta y obligará a Bob a buscar a su hija cuando se separan. Pero su estilo de vida ha dejado huella y a Bob le costará recordar los fundamentos del "manual de la rebelión", lo que dificultará la búsqueda con algunos momentos hilarantes, como las conversaciones por teléfono con la central de los antisistema.

La actriz Teyana Taylor, en 'Una batalla tras otra'

La cantante y actriz Teyana Taylor interpreta a Perfidia WARNER BROS.

Con un envoltorio de comedia frenética, Una batalla tras otra contiene una elegía por los tiempos en los que se combatían las injusticias con acciones, no con tuits. Aunque caricaturiza algo a los insurrectos, quienes salen mal parados son los del otro bando. Los que tienen el poder militar y político para imponer su racismo. Atentos al 'Club de amantes de la Navidad', una joyita de sociedad secreta de la que no queremos desvelar mucho más.

En el camino hacia el complicado reencuentro, Bob contará con la ayuda del sensei Sergio St. Carlos, un genial Benicio del Toro que comparte su visión del mundo. En paralelo, su hija Willa (interpretada por la debutante Chase Infiniti) emprenderá la huida para ponerse a salvo junto a la antigua rebelde Deandra (Regina Hall).

Chase Infiniti debuta en el cine interpretando a la hija del protagonista

Chase Infiniti debuta en el cine interpretando a la hija del protagonista WARNER BROS.

Los pecados de los padres pesan

El mérito de Paul Thomas Anderson, que se ha inspirado en la novela Vineland de Thomas Pynchon para la historia, es mezclar los ingredientes sin que ninguno chirríe. Encontrar el tono adecuado en una película como esta es complicado. Podía haber caído en el humor fácil, pero deja que los personajes, desde ese Bob un poco "Lebowski" hasta los villanos, resulten entrañables en su patetismo. Hasta podemos llegar a entender las incoherencias que comete el sádico coronel interpretado por Sean Penn. Y empatizamos con ese Bob que solo quiere que su hija no pague el precio de los actos de sus padres en el pasado.

Una película como Una batalla tras otra merece ser vista en el cine. Anderson ha rodado en celuloide en el formato Vistavision, el que ya utilizara Brady Corbet en The Brutalist. Este formato, en el que la película se desplaza horizontalmente en vez de verticalmente, da un aspecto espectacular a los escenarios naturales de California y Texas en los que se ha rodado. Además, el montaje de Andy Jurgensen, unido a la ya mencionada música de Jonny Greenwood, mantiene al espectador en el filo de la butaca.

Con su última película, Paul Thomas Anderson se muestra además como un excelente director de escenas de acción. Comenzando por el primer asalto hasta un clímax en la carretera con tres coches que haría sentirse orgulloso a Alfred Hitchcock. El director ha renunciado a los efectos digitales y muestra accidentes, persecuciones y tiroteos en los que, afortunadamente, se entiende todo lo que pasa. Algo raro de ver en el cine actual. Una de las influencias confesadas por Anderson es Contra el imperio de la droga (The French Connection), y en la pantalla se nota su amor por el cine de la década de los 70.

Una batalla tras otra puede ser para Anderson lo que No es país para viejos supuso para los hermanos Cohen tras Fargo. La película que adapta una novela y que le dé el Oscar a mejor director y mejor película tras varias ocasiones en las que estuvo cerca, como en 2008 con Pozos de Ambición. Ya va tocando.