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Liberadas 162 mujeres de una red que las obligaba a prostituirse en locales camuflados de centros de masajes

  • Han sido detenidas 37 personas, 22 de ellas en varias provincias de Valencia
  • Las víctimas vivían en condiciones infrahumanas: sin intimidad, con mala ventilación y solo dos horas al día de “libertad”
162 mujeres liberadas de una red que las obligaba a prostituirse en locales disfrazados de centros de masajes
RTVE.es / AGENCIAS

Las autoridades han liberado este martes a 162 mujeres de origen sudamericano que estaban en manos de una organización criminal, que, presuntamente, las ponían a trabajar en “locales de masajes”, que realmente eran prostíbulos donde se aprovechaban de ellas para explotarlas sexualmente.

Durante este dispositivo se ha detenido a 37 personas en distintas comunidades autónomas, nueve de las cuales se encuentran en prisión provisional, según han informado la Policía.

Los cabecillas de esta red de prostitución alquilaban locales y se aprovechaban de mujeres que se encontraban, en la mayoría de casos, en una situación de vulnerabilidad y carentes de permisos de residencia y trabajo, obligándolas a ejercer la prostitución por distintas comunidades autónomas.

Vivían en condiciones indignas

Estas mujeres vivían en una situación infrahumana: residían en lugares comerciales donde tenían que dormir unas pegadas a otras en literas o en la misma cama donde atendían al cliente. Vivián en situaciones de mala ventilación y condiciones indignas.

No conocían la intimidad, debido a que solo disfrutaban de dos horas al día en las que podían salir, pero siempre estando permanentemente disponibles. Además, se encontraban vigiladas constantemente a través de un sistema de vídeo instalado en el interior de estos centros de “masajes”.

Estos inmuebles estaban las 24 horas manejados por encargadas, que eran las responsables de vigilar a las mujeres, cobrar a los clientes y dar drogas a quien las pidiera. También respondían a las llamadas que les llegaban por los anuncios que realizaban en diferentes webs encubiertas.

Las ganancias se repartían de la siguiente manera: el 50% para la organización y el otro 50 para las mujeres, pero estas podían ser multadas por diferentes motivos.

Conteo de dinero (billetes de 5, 20 y 50 euros y monedas) con guantes azules, sobre mesa blanca. Presentes logos de Policía Nacional y Guardia Civil.

 Fuente la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera

La pista que desencadenó el caso

La Policía empezó a investigar sobre este tema cuando tres víctimas decidieron denunciar por haber sido explotadas sexualmente por varios individuos en diferentes comunidades autónomas.

Esta organización estaba dividida en tres niveles: el primero de todos estaba formado por los líderes, que tenían vínculos familiares y sentimentales entre ellos. Estos obtenían el mayor número de beneficios y eran los encargados de obtener los inmuebles. El segundo nivel estaba compuesto por personas de confianza que supervisaban los locales, recaudaban el dinero y coordinaban a las encargadas. Y el último nivel estaba compuesto por aquellas personas que vigilaban a las víctimas, conductores, reformistas de locales y distribuidores de estupefacientes.

Esta red, que empezó en Valencia, comenzaba a tener planes de expandirse a Cataluña, Murcia y Málaga, donde se habían abierto nuevos prostíbulos.