La mejora en la esperanza de vida en Europa se ralentizó en la última década
- A pesar del freno, España sigue destacando por su alta esperanza de vida en Europa, según un estudio internacional
- La falta de políticas que fortalezcan el sistema sanitario es una de las causas, según Óscar Zurriaga, epidemiólogo
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En España, en el año 1900, la esperanza de vida al nacer era de tan solo 34 años para los hombres y de casi 36 para las mujeres. Ahora, 125 años después, gracias a los avances médicos y a las mejores condiciones de vida en general, los últimos datos del INE de 2022, sitúan la media en los 80’3 años para hombres y 85’7 para ellas.
Un incremento de 50 años en algo más de un siglo, supone un crecimiento magnífico y en perspectiva temporal, se podría calificar como vertiginoso. Sin embargo, este estudio que publica la revista The Lancet Public Health nos revela que, en la última década, ese ritmo se habría ralentizado en 20 países de Europa, entre ellos España.
La esperanza de vida aumenta la mitad que hace 20 años
Los investigadores han compilado la información de otro estudio, el Global Burden of Disease, que recoge datos precisos sobre mortalidad. La tendencia general es una desaceleración en el ritmo de crecimiento de la esperanza de vida al nacer, que el INE define como, el número medio de años que se espera que un individuo viva desde el momento de su nacimiento, si se mantiene el patrón de la mortalidad del periodo observado.
El estudio de The Lancet se fija en tres períodos, 1990-2011, 2011-2021 y 2021-2024. Los datos revelan que, a partir del segundo período, el ritmo de crecimiento desciende. Por ejemplo, en España, entre 1990 y 2011 crecía a un ritmo de 0’25 años por año y entre 2011 y 2021, lo hizo al 0’13. Esto significa que entre 1990 y el 2011, aumentó unos 5 años y medio. Y entre el 2011 y el 2021, solo incrementó en algo más de un año.
Una mujer de edad avanzada pasea al atardecer GETTY
La crisis y la pandemia marcan un antes y un después
“En ese segundo período, estamos inmersos en plena crisis financiera y eso debilita los mecanismos de apoyo social, también en el sistema sanitario, las diferentes políticas que pueden hacerse en favor de la salud... y esas son unas de las principales causas que pueden tener”, explicaba en Las Mañanas de RNE Óscar Zurriaga, epidemiólogo e investigador del Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat de València.
El período 2011-2021 se caracteriza además porque en sus últimos años, coincidió con el estallido de la pandemia del COVID-19. En julio de 2022, según Reuters, el coronavirus había dejado en Europa más 2.283.000 de muertes documentadas. Estas cifras acusaron el descenso del ritmo de crecimiento, pero no afectaron igual en todos los países que contempla el estudio.
“El estudio menciona que aquellos países que ya venían debilitados del período anterior, precisamente por las políticas que se habían ido haciendo, cuando llega la pandemia, son los que más la acusan, en términos de esperanza de vida. Mientras que otros, principalmente países nórdicos que habían tenido mejor desempeño en el período anterior, precisamente cuando llega la pandemia, son los que menos acusan este golpe”, decía Zurriaga.
Los países que menos notaron la desaceleración fueron Noruega, Islandia, Bélgica, Dinamarca y Suecia. En el otro extremo de la tabla, Grecia e Inglaterra. La conclusión es que los países que más recortaron en recursos para la sanidad, son los que más acusaron el descenso de su ritmo de aumento de la esperanza de vida.
La esperanza de vida en España es de las más altas de Europa
A pesar de que también frena su crecimiento, la esperanza de vida en España es una de las más altas de toda Europa: 84 años de media en el año 2024, a lo que podemos añadir la cantidad cada vez mayor de personas centenarias que viven para contarlo. El estudio se plantea, también, si estaríamos llegando al límite de supervivencia de los humanos y de aquí vendría la ralentización.
Para el epidemiólogo, la clave está en 'cómo' se llega a esas edades: “Está muy bien y es fenomenal tener personas centenarias, pero sobre todo lo bueno es poder llegar a esas edades en las mejores condiciones de vida”.
Para ello no habría que perder de vista, además de disponer de recursos sanitarios suficientes, mantener una buena alimentación y llevar una vida activa para poder llegar lo mejor posible a edades longevas.
