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James Webb celebra su primer aniversario con una impresionante imagen de unas 50 estrellas jóvenes

  • La NASA muestra una pequeña región de formación estelar en el complejo de nubes Rho Ophiuchi, la más cercana a la Tierra
  • En su primer año de vida, el telescopio ha dado información muy valiosa a través de la luz

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Imagen del complejo de estrellas
Imagen publicada por la NASA con motivo del primer aniversario del James Webb

Para cumplir el primer año de operación científica del telescopio espacial James Webb, la NASA ha seleccionado la imagen de una pequeña región de formación estelar en el complejo de nubes Rho Ophiuchi, la región más cercana a la Tierra. Su proximidad, a 390 años luz de distancia, ha permitido al telescopio obtener un primer plano muy detallado y sin estrellas en el espacio intermedio, tal y como informa la agencia espacial en un comunicado.

La imagen de Webb muestra un espacio que contiene unas 50 estrellas jóvenes, todas ellas similares en masa al Sol o más pequeñas. Las regiones más oscuras son las más densas, allí donde el polvo espeso envuelve a las protoestrellas en formación. Dominan la imagen unos enormes chorros bipolares de hidrógeno molecular, representados en color rojo, que aparecen de manera horizontal en el tercio superior y también verticalmente en el lado derecho.

Estos chorros suceden cuando una estrella estalla por primera vez a través de su envoltura natal de polvo cósmico, lanzando al espacio estelas opuestas. Por su parte, y como se puede ver en la mitad inferior de la imagen, la estrella S1 ha excavado una resplandeciente cueva de polvo. Este es el único astro que se muestra en la fotografía significativamente más masivo que el Sol. Por otro lado, otras muestran sombras que indican discos protoplanetarios -estos don futuros sistemas planetarios potenciales en formación-

Un año entero surcando el cielo

Desde su primera imagen de campo profundo, revelada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden desde la Casa Blanca, el James Webb ha cumplido su promesa de mostrar más del universo de lo que nunca se había hecho. De hecho, ha revelado mucho más que galaxias distantes en el universo primitivo.

Más allá de las impresionantes imágenes en infrarrojo, lo que realmente ha entusiasmado a los científicos son los nítidos espectros que muestra el telescopio. Es decir, la información detallada que puede obtenerse a partir de la luz mediante los instrumentos espectroscópicos que forman el James Webb.

Estos espectros han confirmado la distancia a la que se encuentran algunas de las galaxias más lejanas que se han observado. Además, han descubierto los agujeros negros supermasivos más antiguos y distantes e identificado la composición de las atmósferas planetarias (o la falta de ellas) con más detalle que nunca. Asimismo, y por primera vez, han refinado los posibles tipos de atmósferas que podrían existir en los exoplanetas rocosos.

Por otro lado, el trabajo del telescopio también ha dado información sobre la composición química de los viveros estelares y de los discos protoplanetarios, detectando agua, moléculas orgánicas que contienen carbono, y otras características. Es por ello que sus observaciones ya han dado lugar a cientos de artículos científicos que responden a viejos interrogantes y plantean otros nuevos.