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Estados Unidos

Rezos frente a una clínica abortista de Nueva York: "Cuando las mujeres se dan la vuelta es por este acoso"

  • "Estamos matando a bebés inocentes", gritan los activistas provida mientras entran mujeres para abortar
  • Muchas estadounidenses se han visto obligadas a recorrer grandes distancias para interrumpir su embarazo

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El derecho al aborto en EE.UU: crece el acoso de las activistas "provida"

Rezos frente a una de las mayores clínicas abortistas de Nueva York, que ha tenido que aumentar la seguridad desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos derogó el derecho al aborto el pasado mes de junio.

Muchas estadounidenses se han visto obligadas desde entonces a recorrer grandes distancias para interrumpir su embarazo, mientras que las protestas antiabortistas se han revitalizado en algunos estados donde aún es legal -13 lo han prohibido-.

"Estamos matando a bebés inocentes", gritan los activistas provida mientras entran mujeres para abortar. Es la imagen de uno de los asuntos más divisivos para el país y que galvaniza el voto en las elecciones legislativas de noviembre.

Algunos activistas aspiran a que las mujeres cambien de opinión justo antes de abortar, aunque no tienen constancia de que haya ocurrido. No obstante, no desfallecen. "La oración sirve de mucho", dice uno de ellos. "Ocurre poco pero cuando se dan la vuelta es por este acoso", asegura, por su parte, una voluntaria de la clínica.

Las llegadas de mujeres de otros estados se disparan

Desde la entrada en vigor en otros estados de restrictivas leyes contra el aborto, las mujeres que cogen la maleta para interrumpir su embarazo en esta clínica se han disparado un 200%.

Muchas mujeres no solo deben cruzar la frontera de su estado para poder abortar sino traspasar la frontera económica que supone el poder costearse el procedimiento y el viaje. Para evitar que eso sea un freno muchas organizaciones y clínicas ayudan a financiarlos.

"Cada vez cuesta más que los seguros cubran el tratamiento", asegura Merle Hoffman, líder internacional en la lucha por el derecho al aborto. Le critican que siga usando las perchas como símbolo del peligro que supone la prohibición. "Esto es lo que las mujeres usan y utilizarán cualquier cosa a su alcance", dice.

Hoffman fundó la clínica en 1971, dos años antes de que el Supremo protegiera el derecho al aborto en todo el país. Tiene la sensación de haber vuelto a la casilla de salida y teme que el giro estadounidense impulse las políticas antiboartistas en otros lugares del mundo.

El pasado 25 de junio, el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, anuló el fallo Roe versus Wade de 1973, que reconoció por primera vez en Estados Unidos el derecho constitucional de la mujer al aborto sin restricciones antes de las semanas 24 y 28 de embarazo.