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COVID-19, el otro enemigo de Sudáfrica (III)

Vivir con VIH en tiempos de COVID-19

  • Sudáfrica es el país del mundo con mayor prevalencia de VIH en los adultos
  • Desde hace 15 años, tiene el sistema más completo para que los pacientes lleven una vida lo más normal posible

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Cinco continentes - RNE en Sudáfrica | Vivir con VIH en tiempos de COVID-19

“Cuando empezó la pandemia, entramos en pánico. Pensamos que las personas inmunodeprimidas iban a morir en masa”. No lo dice un cualquiera. Es Eric Goemare, histórico director de MSF en Sudáfricaen el país con mayor tasa de prevalencia de esta enfermedad.

Según ONUSIDA, uno de cada cinco infectados por el VIH en el mundo vive en Sudáfrica. En la década de los 90, con cientos de sudafricanos contagiados y muriendo sin freno, Goemare pudo explicarle a Nelson Mandela la necesidad de tomar medidas y cómo hacerlo. Había que conseguir que el tratamiento antirretroviral llegara a todos. Y la batalla por reducir el coste fue dura, pero se logró. Recuerda que se conocieron por el fundador de la Treatment Action Campaign, una combativa organización que hoy sigue dedicada a intentar que todos los pacientes tomen sus tratamientos y venzan el estigma.

Cuando empezó la pandemia, entramos en pánico. Pensamos que las personas inmunodeprimidas iban a morir en masa

“Le expliqué mi idea y, a las pocas semanas, me citó con los responsables de Finanzas y Sanidad. Él les preguntaba por qué el Estado podía comprar fragatas a Alemania y no tener dinero para salvar las vidas de su gente; les puso contra la pared. No he conocido nunca un político tan directo y claro como Mandela”, recuerda este médico belga que llegó a Sudáfrica huyendo del trabajo burocrático. No todo fueron sonrisas. La llegada a la Presidencia de un negacionista como Thabo Mbeki le generó hasta tres órdenes de expulsión del país. Y hoy cree que, gracias a que organizaciones como MSF se implicaron con el Gobierno para establecer redes de atención comunitaria, se salvaron muchas vidas del VIH entonces y hoy también de la COVID-19.

"Cuando di positivo me hundí"

La realidad que cuenta Eric Goemare tiene sus fuentes directas. Desde hace más de 15 años, MSF atiende a la población del barrio de Khayelitsa. Un gigantesco asentamiento que ha multiplicado por seis su población en apenas una década. Algunas estimaciones dicen que es el segundo núcleo urbano humilde del país tras Soweto.

Las casas de chapa y las de ladrillo se combinan en un espacio donde hay graves problemas de seguridad. De hecho, el humor sudafricano se refleja en los nombres de los nuevos asentamientos de este lugar. “Si cruzas la carretera, verás el asentamiento ‘COVID-19’. Y un poco más allá está ‘Desinfectante’. Y por el otro lado puedes llegar a ‘Pfizer’, nos dice Andile. Como él, en Khayelitsa viven cientos de pacientes de VIH. Él se enteró de que era positivo hace 17 años. “Me costó mucho ir a hacerme la prueba y cuando di positivo, me hundí. Intenté ahorcarme pero mi hija pequeña me vio y me ayudó".

"Desde ese día, ha sido mi gran apoyo para seguir adelante”, cuenta a RNE en la pequeña casa que comparte con su mujer y dos hijos.

Campaña para paliar la caída de los tratamientos

Hoy es mediador de la Treatment Action Campaign e intenta que los pacientes de VIH tomen sus tratamientos en un momento en el que se ha reducido su ingesta por la pandemia. “El número de gente que toma los tratamientos está cayendo. Por eso, hemos lanzado el programa 'Come back’ ('vuelve' en castellano) para que la gente entienda que tiene que reiniciar los tratamientos aunque haya COVID-19, asegura. Tampoco oculta que la total atención en frenar la pandemia ha dejado de lado la realidad de muchos.

El número de gente que toma los tratamientos están cayendo

“La gente que vive con VIH y SIDA ha sufrido mucho durante la pandemia. Porque el gobierno cambió el foco hacia la COVID-19 con todos los recursos y se dejó de lado la atención no solo al VIH, sino también a la tuberculosis u otras enfermedades. No digo que no nos atiendan, pero ya no lo hacen como antes”, dice, mientras intenta explicar el gran problema que supone para la confianza de personas estigmatizadas durante años. “Por eso ha caído el numero de los que van a recoger sus tratamientos. No quieren ir a las clínicas para que no les vean sus vecinos. Estamos intentando que vuelvan a ser atendidos en las consultas de forma separada para que no huyan del tratamiento”, cuenta.

Cinco continentes - La desigualdad en Sudáfrica ha aumentado desde la pandemia - Escuchar ahora

Andile dice que estos dos años han sido muy difíciles. Que vivir encerrados en las casas de Khayelitsa durante meses ha sido duro. Añade que se han disparado los casos de infecciones por tuberculosis y que están en riesgo muchas vidas de Khayelitsa. Y que se conforma con volver a la vida anterior a la pandemia. Como todos.